Esta mañana (viernes 11/7) Hamás obtuvo un primer logro: un cohete lanzado desde Gaza impactó en una estación de servicio de Ashdod, incendiándola e hiriendo a varias personas, una de ellas en estado grave.
Se trata de un incidente importante, porque hasta el momento Hamás no había alcanzado ningún objetivo: sus cohetes habían logrado producir algún daño material - a algunos automóviles, una casa en Beer Sheva y no mucho más; sus atentados cualitativos han sido frustrados uno por uno.
En lo político, no ha logrado despertar el apoyo significativo de Occidente, que en su gran mayoría que entiende que es Hamás el que ha atraído el fuego adrede y sobre las sufridas espaldas de su población civil; ni siquiera ha logrado el apoyo del mundo árabe, el cual, denunció ayer el vocero de Hamás, ha dejando a Gaza a la deriva; la Autoridad Palestina (AP) de Cisjordania, con su presidente Mahmud Abbas a la cabeza, dijo el mismo portavoz, «no nos ha enviado ni armas, ni medicamentos ni alimentos».
Por primera vez, Hamás no logra vender su acostumbrada mercadería de martirologio, y cada vez más gente en Occidente se da cuenta de que se trata de un sufrimiento forzado, evitable, autoprovocado y, por lo tanto, criminal.
Ayer Hamás recibió un nuevo golpe de aislamiento. El EIIL (Estado Islámico para Irak y el Levante), ese desprendimiento de Al Qaeda en Irak devenido en ejército, y que está conquistando Irak, anunció que no lo apoyaría.
«El precepto es matar ante todo a aquellos que tergiersan el Islam, y sólo después a los herejes de fuera». En la página de Twitter de la organización se leyó ayer: «Alá no nos ordenó matar a los judíos y a Israel hasta que no matemos a los herejes».
Así, Hamás, que perdió a Irán y a Siria como padrinos al apoyar a los rebeldes sunitas sirios, y luego a Egipto al caer los Hermanos Musulmanes, está verdaderamente solo en la partida. Ello no implica necesariamente un pronto izamiento de bandera blanca por parte de esa organización fundamentalista. Al contrario, podría indicar que seguirá huyendo hacia adelante tantos días como se lo permita su arsenal de cohetes, acumulados durante la anterior época de vacas gordas. Ante ello, Israel decidirá en estos días si lanza su ofensiva terrestre, por ahora intentando a toda costa evitarlo.
Esta mañana, también, se registró un disparo desde un nuevo frente: un cohete cayó desde Líbano en la zona de Metula, en terreno abierto. El ejército israelí disparó hacia la fuente del lanzamiento, pero aún no se informó qué organización lo había efectuado. Otras alarmas se escucharon en la zona de Hadera hasta Haifa.
Jerusalén, ayer: mensaje de tranquilidad a turistas (y sus padres)
Ayer la operación israelí continuó, llegando a atacar unos 800 blancos operativos del Hamás. Los muertos del lado palestino alcanzaron más del centenar, según cifras suministradas por esa organización, que mantiene bien controlado el flujo de información.
Entre los muertos se hallan varios jefes y operativos del andamiaje terrorista y de lanzamiento de cohetes de Hamás y Yihad Islámica. Entre ellos fue liquidado desde el aire Aymán Siam, jefe del sistema balístico de Hamás, que era también uno de los jefes del brazo armado de esa organización.
El atentado cualitativo de ayer fue un coche bomba, que nunca llegó a destino pues fue interceptado en un «check point», una barrera de control del ejército, sobre la ruta 5. Por la noche se registraron impactos directos en Ashdod y Beer Sheva, sin que se registraran víctimas.
A eso de las 18:00, a punto de encontrarme con jóvenes argentinos del programa Taglit (BRIA) en Jerusalén, sonó la alarma en esa ciudad. Entramos todos a salones internos, protegidos, previamente asignados por oficiales de seguridad del hotel, todo muy bien organizado y en calma.
La charla que les di luego sirvió sobre todo para calmar su ansiedad, y explicarles (y por estas vías a sus padres) que ellos (y todos los turistas en paseos organizados) están más seguros aun que los habitantes comunes: el equipo profesional de sus programas está en contacto permanente con cuartos de control, a su vez en contacto con el ejército, que los ponen al tanto permanentemente acerca de lugares a los cuales ir o no, medidas de seguridad adicionales, etc.
Pero era la primera vez que las alarmas sonaban en la capital, y también se las escuchó hasta en el Mar Muerto. Hamás había lanzado 4 cohetes. Dos fueron interceptados por el sistema Cúpula de Hierro, y otros dos cayeron en terrenos abiertos, y hubo esquirlas que impactaron en viviendas de palestinos.
Hamás se adjudicó los disparos e indicaron: «Apuntamos a la Knéset». Pero en algún lado de Oriente Medio, alguien está anotando en el protocolo que Hamás, organización islámica radical, disparó en pleno mes de Ramadán contra Al Quds (Jerusalén), el tercer lugar más sagrado para el islam.
Fueron también disparados decenas de cohetes (70 sólo hasta las 14:00 de ayer), a todos los poblados del sur israelí, y también a lugares más alejados como Cesárea en el norte. 16 de ellos fueron interceptados por Cúpula de Hierro.