El lema del actual Gobierno de Israel es "El No es un Sí". No es el nuevo Sí. ¡Bienvenidos al frente negacionista! Desde este mismo momento se solicita pasar a la posición de negativismo.
Desde la más temprana edad de mis hijos, incluyendo los más salvajes, les enseñé que siempre es preferible contestar "No". "No" es casi la mejor respuesta a cualquier pregunta.
Por ejemplo en los viajes a EE.UU, cuando a los viajeros que no son ciudadanos americanos se les reparte un cuestionario con preguntas como: ¿Introduce drogas? ¿Tiene Sida? ¿Usted o sus amigos tienen contactos con Al-Qaeda? ¿Trae más de 50 mil dólares en efectivo? ¿Tiene la intención de trabajar en EE.UU?
¡No. No. No. No. No. Y no!
El solo error de un "Si" y dos personas corpulentas del FBI lo llevarán a un lugar de donde pocos regresan.
Volvamos a mis hijos (ya los estoy extrañando). Hasta el día de hoy recuerdan la lección del "No" que recibieron de mí cuando eran pequeños:
- ¿Cómo te llamas?
- No
- ¿Cuántos años tienes?
- No
- ¿Dónde vives?
- No
- ¿Quieres alistarte en el ejército?
- No, gracias.
Al comienzo de la semana pasada, Yossi Peled volvió a aterrorizar al pueblo. "No se puede dormir en paz", manifestó el ministro en total estado de alerta, dado que muy pronto espera un enfrentamiento violento en la frontera norte. Como respuesta, Netanyahu utilizó la política del famoso No y envió un mensaje apaciguante a la Nación: "¡No!, Israel no tiene la más mínima intención de realizar un operativo de ataque en Líbano".
Si la consigna de Obama fue "Yes, we can", el lema del actual Gobierno de Israel es "El No es un Sí". No es el nuevo Sí, y nuestro primer ministro lo luce de igual manera que los trajes de lujo que aparentemente le robaron, a él y a su Evita, quien también dijo No y nu nu nu a su mucama.
La política del gobierno es No.
No a congelar los asentamientos y continuar con empuje la construcción en Ariel. No responder al Informe Goldstone a pesar de que la Presidente de la Corte Suprema recomendó este paso con fruición. No a la Comisión de Investigación; apenas un informe contradictorio que demuestre que no atentamos intencionalmente contra civiles y tampoco contra infraestructuras en la Franja de Gaza (y eso porque nos ocupamos de que en Gaza no quedasen infraestructuras antes de que entráramos allí). No decirle ¡Cállate! al Jefe de los Servicios de Seguridad General cuando se le escapa: "Nosotros convertiremos Cisjordania en una segunda Gaza". Y además No ayudar a los refugiados a los que No les infringimos ningún daño en la Franja.
De tanto en tanto se infiltra algún Sí. Sí a volar 14 horas para escribir un informe arrogante y excelentemente filmado en las zonas de desastre del terremoto de Haití, que por lo visto no fue originado por nosotros, aunque de alguna manera en todo lugar donde Tzáhal interviene "mueren decenas de civiles".
Sí a adoptar huerfanitos de Haití, y antes que nada convertirlos para fortalecer al sector religioso. Pero al mismo tiempo No a los hijos de los trabajadores extranjeros candidatos a ser expulsados.
No a la ONU que se ensaña con nosotros y al mundo que nos odia.
No al amor humano y No a la compasión en la región.
Y en los cementerios, detrás de la hilera de aquellos que tuvieron buenas intenciones, se encuentran los que, por error, pronunciaron la palabra Sí.
Fuente: Maariv - 29.1.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il