No es que llegue una bala perdida o encontradaa cortarte el aliento,a meterse en tu sueño.Mario Benedetti - Poema Frustrado Pensaba contar sobre Jan: Jan Berman, de un kibutz vecino, Nir-Oz.
Pensaba contar como Jan, que estaba celebrando el cumpleaños de su hijo, lo pudo salvar, abrazándolo para evitar que la bomba disparada desde Gaza hiriese al niño.
Pensaba contar que Jan recibió las esquirlas y está internado en el Hospital Soroka de Beer Sheva.
Pensaba contar la diferencia entre Jan y los que dispararon el proyectil desde Gaza; mientras allí Hamás utiliza a los chicos como escudos humanos, Jan se coloca delante para salvar a su hijito y a los compañeritos que celebraban con él su cumpleaños.
Esta pequeña historia es parte de la pesadilla que llamo
«trece años y quince segundos» (13 años de ataques balísticos desde Gaza más 15 segundos para llegar al refugio).
A veces logramos despertarnos de la pesadilla, como Jan, cuando recuperó el conocimiento en la sala de guardia del hospital.
Otras veces, la bala penetra en el sueño, perfora toda esperanza y no tiene salida.
Es lo que sucedió ayer con un chiquito llamado Dani. Daniel Tregerman, de otro kibutz, Nahal Oz. Tenía apenas cuatro años y medio, tenía muchas ganas de jugar, de vivir.
Tenía Daniel una camiseta del seleccionado argentino. Tenía hermanitos y amigos. Hasta que, desde una escuela en Gaza, un bombardeo de Hamás le quitó la vida. Daniel no alcanzó a llegar al refugio.
Una noticia, como una bala, que corta el aliento, quita el sueño, aleja la palabra, sumerge en el silencio lo que pensaba contar.
* El autor es israelí de origen argentino, miembro del kibutz Nir Itzjak, ubicado en la frontera con la Franja de Gaza