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¡Nos ahorraron el trabajo!


Los palestinos volvieron a perder otra oportunidad de perder la oportunidad. Utilizar el Informe Goldstone en una forma tan desequilibrada, asegura el veto de EE.UU en el Consejo de Seguridad.

La falta de equilibrio daña, pero en ocasiones puede servir de ayuda. El Informe Goldstone es una prueba de ello. Se trata de un reporte desequilibrado, y el trato que le dieron los palestinos en Ginebra fue más desequilibrado todavía (para nuestra suerte).

El mes pasado, cuando se publicó el informe, la dirigencia en Jerusalén se enfureció. El juez sudafricano logró hacer, con una varita mágica, lo que ningún proceso de paz pudo hasta ahora: colocar a Israel y a Hamás en un mismo nivel; no como hermanos, pero sí como socios en desgracia.

Las normas en el mundo cambiaron. Lo que era permitido o tolerable hace 200  o 100 años, o incluso el mes pasado en Afganistán, ya no es válido en Oriente Medio. El conflicto sigue siendo el mismo, pero el mundo decidió modificar las reglas de juego. Lástima que no las tradujeron al idioma árabe.

Este fin de semana debatieron en Ginebra la propuesta palestina. Los incisos tan unilaterales originaron que hasta el mismísimo ingenuo Goldstone (¿?) se arrepintiera. Ese no era ya el bebé que acunó.

Incluso un diario suizo, "La Tribuna de Ginebra", protestó por el mal trato que se le otorgó al informe del "valiente juez sionista judío" en la Comisión de Derechos Humanos, que simplemente lo eliminó. Una propuesta como ésta, no tiene posibilidades de esquivar el veto norteamericano en el Consejo de Seguridad.

Israel respira tranquilo. Los palestinos nuevamente nos ahorraron el trabajo. Pero el informe continúa siendo difícil, grave, problemático, peligroso y muy amenazador.

Peor aún; una aplastante mayoría cada vez más numerosa de naciones ilustradas del mundo, ven en Israel un país agresor y detrás de cada operativo militar nos espera un nuevo Goldstone. La legitimidad de actuar es cada vez más reducida.

"Quizás les perdonemos por haber matado a nuestros hijos, pero nunca les perdonaremos que nos hayan obligado a matar a los suyos", manifestó Golda Meir en su momento. Eso ocurrió decenas de años antes de de la operación "Plomo fundido", decenas de años antes de Goldstone, decenas de años antes de que el mundo pretendiera enseñarnos qué es moralidad.

Fuente: Israel Hayom - 18.10.09
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il