Quedate tranquilo Guilad, nostros nos arreglamos bastante bien sin vos. En los años que estás ausente desarrollamos capacidades excelentes para sobrellevar tu falta.
Quedate tranquilo Guilad; en serio; no le haces falta a nadie. Es decir, resulta claro que tu familia se muere de añoranzas e indudablemente sus vidas agonizan, pero nosotros, todos nosotros, nos arreglamos muy bien. Ya nos acostumbramos.
Hay algunos, por ejemplo, que usan sus mecanismos de defensa y reprimen el problema. Ellos simplemente no piensan en vos. No se ocupan de la terrible realidad de que un joven israelí se encuentra hace tanto tiempo tan lejos de nosotros sin ver la luz del día.
Esa represión interior funciona con una técnica sencilla: comparan tu caso con los de Ron Arad y Gay Javer, como si fueran acontecimientos lejanos; todos entienden que el final no está tan cerca. Ellos no piensan que en tu caso, es evidente que estás vivo. No asumen que Tzáhal ya estaba en Gaza, y que anduvo, es de suponer, muy cerca de ti. Saben que la organización que te secuestró está aquí al lado: sus prisioneros están en Israel, sus líderes conversan con nosotros en vivo y en directo. Todo está tan cerca, y sin embargo tan lejos.
Los que te reprimen interiormente ya te sepultaron, Guilad. Continuaron avanzando. Les resulta difícil enfrentar la complicada realidad en la que vos, soldado israelí que podría haber sido su propio hijo, estás inmerso. Entonces decidieron simplemente ignorarte.
Hay también otros, Guilad, que en lugar de refrenar resolvieron oponerse. Ellos lógicamente explican cuán tristes están por vos, cuánto les conmueve el dolor de tu madre, cómo tu melancólico cumpleaños deprime su corazón. Pero en el momento que surge la ínfima posibilidad real de una negociación de intercambio, en algún diálogo en los oscuros corredores, saltan inmediatamente. Hablan de precios, hablan de poder disuasivo, hablan de "sangre en las manos".
Usan tantas concepciones huecas, cursilerías y frases inventadas, mientras ignoran las recomendaciones de reconocidos expertos en los sistemas de seguridad, que insisten en manifestar que no hay un peligro real en liberar terroristas a cambio de tu libertad. También ignoran que al final del día el precio no disminuirá, al contrario.
El precio que Israel pagará por vos, Guilad, se conoce desde el primer momento. No existe realmente una negociación. El tiempo que transcurre nos sirve sólo para que maduremos. El asunto es escarbar interiormente dentro de todos nosotros, y en esa contienda Israel juega consigo mismo para mostrarse, a sus propios ojos, como un Estado con dignidad propia.
Pero este no es el momento para honorabilidades, Guilad. Es imposible cargar sobre tus endebles hombros el auto respeto israelí. Imposible rehabilitar el desánimo sobre tus espaldas. Hamás te liberará cuando reciba lo que exigió desde el inicio, e Israel debe concedérselo.
¡Sí!, aún cuando exista un mensaje muy problemático. El mensaje más potente es el que recibirá el próximo soldado que salga a combatir en nuestro nombre: "Jamás te abandonaremos en el campo de batalla, cueste lo que cueste".
También existen aquéllos, principalmente en los medios de comunicación, que se pasan el tiempo contándonos que hay alguna novedad en las negociaciones. Es difícil comentar sobre tu caso, Guilad. Los medios no están realmente actualizados, no conocen los detalles. Los reporteros no pueden repetir mil días que no hay nada nuevo; es contrario a sus intereses; desvirtúa su esencia. Entonces se ocupan en difundir esperanzas; inventan avances; crean dramatismos; venden.
Los medios informaron en los últimos años, con grandes titulares, sobre tu próxima liberación: "Guilad regresa a casa para las Fiestas", "Guilad volverá en Pésaj", "La negociación está en sus últimas etapas", "Olmert te liberará como último gesto antes de finalizar su gobierno". Más y más portadas, más y más esperanzas, más y más amargas decepciones para tu familia.
¿Pero quién realmente toma en cuenta a tu familia, Guilad? Nos informan sólo cuando hay algo interesante; sólo cuando traen algún intérprete famoso para cantar una canción compuesta especialmente para vos.
¡Feliz cumple Guilad! Aún sos joven, y nosotros estamos llenos de esperanza por verte realizar todo lo que planificaste. Es difícil saber si tenés idea de que día es hoy, si comprendés que en esta semana cumplís años, si tenés una remota noción de los meses que llevás en cautiverio, cuánto tiempo pasaste sin ver la luz del día, sin ver a tus padres, sin conversar con alguien conocido.
Tanto tiempo transcurrió, y aquí entre nosotros, unos reprimen interiormente, otros se oponen y algunos inventan noticias para vender.
El poeta israelí David Avidán escribió una vez que "cada cosa lleva su tiempo, y el tiempo se lleva todo". Esperemos que en tu caso, Guilad, el final sea diferente.
Fuente: Iediot Aharonot - 28.8.09
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il