Pensé escribir sobre la masacre a la que se somete diariamente al pueblo sirio ante la indiferencia del mundo, o sobre la reciente victoria de los Hermanos Musulmanes en las primeras elecciones democráticas celebradas en Egipto en toda su historia, o quizás sobre la reciente evacuación de habitantes judíos efectuada por el gobierno israelí en el barrio de Ulpana, en el asentamiento de Bet El, en Cisjordania.

Todos esos temas me resultan demasiado dolorosos. Pero quiero ser optimista y reseñar un esfuerzo, proyecto y compromiso de los israelíes, que estimula el alma: MASHAV.

A diferencia de los infundios y mentiras que durante siglos se han difundido sobre el apego de los judíos al dinero y los bienes materiales, nuestros «libros de instrucciones», o sea, nuestros códigos y tradiciones, establecen constantemente la responsabilidad social y la ayuda a los más indefensos, como los pobres, los niños y las viudas.

Tikún Olam en español significaría algo así como «reparar el mundo». Esta práctica que no sólo se considera obligatoria desde el punto de vista religioso, es también un método para conseguir el mejor funcionamiento de la sociedad. En resumen, que el resultado de la suma de nuestras buenas acciones tiene como consecuencia la obtención de un mundo mejor, reparado.

El Estado de Israel en sus primeros años de existencia fue liderado por dignatarios como Ben Gurión y Begin, quienes basados en el principio de Tikún Olam creían que las relaciones internacionales entre las personas deberían cimentarse en la igualdad, la solidaridad, la fraternidad y la asistencia mutua en todas las esferas de la vida, sea económica, social o científica.

En 1956, Golda Meir hizo un recorrido por diferentes países africanos poco después de que estos alcanzaran su independencia y tanto le conmovieron las realidades que palpó, que regresó a Israel convencida del papel que debía jugar el Estado hebreo en cooperar en el campo de la salud, la educación, la desnutrición, la situación de las mujeres y la explotación de los recursos naturales.

El capital inicial era el dominio de la técnica y los conocimientos que los israelíes habían conseguido en los últimos 100 años aún bajo el mandato otomano y británico. Ese compromiso de Golda hizo nacer en 1957 lo que hoy es toda una agencia internacional de cooperación y desarrollo que opera en diversos países de África, Asia y América Latina llamada MASHAV - Agencia israelí de cooperación y desarrollo - como una división especial dentro del ministerio de Exteriores israelí.

El programa tiene dos aspectos fundamentales: entrenamiento y cooperación. Los entrenamientos se llevan a cabo en el país receptor, a donde se trasladan los expertos israelíes a impartir cursos en el idioma local o en inglés, de acuerdo al nivel de los participantes o, por el contrario, son los estudiantes los que son trasladados a Israel a recibir el entrenamiento. Desde su fundación en 1957, MASHAV ha entrenado a más de 250,000 personas de los tres continentes mencionados.

MASHAV se fundamenta en la facultad que tienen las personas de capacitarse y crear. Funciona según los principios y las normas internacionales. Cree en la participación activa de sus contrapartes locales.

Los programas de cooperación son el resultado de los esfuerzos multilaterales de Israel, organismos internacionales y el país receptor.

Las áreas fundamentales de trabajo de MASHAV son a través de la educación de adultos, en administración de recursos acuíferos y riego, agricultura desértica y combate contra la desertificación, educación de párvulos, desarrollo rural y comunitario, educación sexual y prevención para trasmisión de enfermedades, salud pública, medicina de emergencias y desastres, protección del medio ambiente y programas de ciencia y tecnología.

En todas estas actividades se estimula la participación de mujeres con vistas a lograr para ellas una posición destacada en la sociedad.

Todos los planes se realizan de acuerdo a las necesidades y características de la comunidad.

Aquí les presento un secreto muy bien guardado de la sociedad israelí y su vocación solidaria.

Existen programas de MASHAV funcionando en más de 90 países.

Si alguien está interesado en conocer más acerca de alguno de sus programas, puede indagar en su página:

http://mashav.mfa.gov.il 

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