En víspera de las elecciones generales del 22 de enero, el elector israelí demuestra mayor realismo que los políticos. Los cuidadanos del Estado judío resaltan las imperativas de seguridad cuando responden a encuestas impulsadas por la realidad, las cuales presentan preguntas basadas en el tormentoso «invierno árabe y no en la ilusión de la «primavera árabe».
En crecientes números, los israelíes reconocen que en Oriente Medio la seguridad reforzada constituye una base sólida para la supervivencia y la búsqueda de paz. Reconocen que la búsqueda de paz, al reducir el nivel de seguridad, podría poner en peligro la supervivencia, además de reducir la escasa probabilidad de alcanzar dicha paz.
En pocas palabras, la gran mayoría de israelíes - derecha, centro e izquierda - entienden que paz motivada por seguridad es prioritaria a seguridad motivada por paz.
En diciembre del 2012, la Dra. Mina Tzemaj - una de las líderes de encuestas en Israel, realizó un completo y detallado sondeo para el Jerusalem Center for Public Affairs.
La encuesta demostró que los israelíes responden a acontecimientos locales y regionales reales - más que a ilusiones - al opinar sobre asuntos como proceso de paz, requisitos de seguridad, tierras por paz, solución bi-estatal e Irán.
Tales opiniones están directamente influenciadas por las vivencias desde los Acuerdos Oslo de 1993: un gesto israelí sin precedente respondido con educación de odio, terrorismo e incumplimiento palestino igualmente sin precedente.
Las opiniones israelíes también son influenciadas por la actual turbulencia, imprevisibilidad, falta de fiabilidad, traición e inestabilidad en el mundo árabe y musulmán. La mentalidad hebrea está moldeada por la violenta respuesta palestina - miles de cohetes lanzados sobre el Estado judío antes y después de la desconexión de Gaza en 2005.
De acuerdo a la encuesta de la Dra. Mina Tzemaj, del Instituto Dahaf, la mayoría de israelíes consideran que los palestinos están preocupados por la existencia - y no por el tamaño - de Israel y, por los tanto, son muy escépticos acerca de la fórmula tierras por paz. La mayoría no confía en que los palestinos cumplirán con los acuerdos y dudan de la solución de dos Estados, a la cual consideran una ilusión.
El 76% de los ciudadanos israelíes - 83% entre los judíos - piensa que una retirada israelí a las líneas del '67, hacia orillas del Mediterráneo, no dejaría satisfechos a los palestinos. Sólo un 22% - 15% judíos israelíes - consideran que tal concesión conllevaría al fin del conflicto.
El 74% está convencido de que la profundidad estratégica - una palabra clave para Cisjordania - es pertinente para la seguridad de Israel. 21% subestima la importancia de la profundidad estratégica. 66% está en desacuerdo - y un 29% aprueba - con una retirada a las líneas existentes antes del '67 a cambio de un acuerdo definitivo con los palestinos y los países árabes que determine el fin del conflicto. El 63% se muestra en contra de un repliegue hacia las líneas de '67 con intercambio de territorios.
Una proporción de 65%-33% se opone a la división de Jerusalén en el contexto de un acuerdo final; 65%-31% rechaza el abandono israelí del Valle de Jordán; 68%-28% niega la evacuación de Ariel y Samaria occidental; 72%-22% insiste en mantener control sobre los grandes bloques de asentamientos judíos; 73%-18% ve desfavorable ceder el control de los montes de Cisjordania, los cuales dominan el aeropuerto Ben Gurión; 67%-22% insiste que Israel mantenga el control de la Ruta 443 que conecta, pasando por territorios de Cisjordania, a Jerusalén con la planicie costera.
Sólo 20% del público israelí considera que los acontecimientos recientes en los países árabes son irrelevantes para el conflicto israelí-árabe-palestino. 21% mantiene que estos eventos ameritan que se acelere un proceso de paz.
52% - comparado con 49% en 2005 - considera la seguridad fronteriza superior a la paz, frente a 36% que cree que la paz es un requisito previo para la seguridad.
La inmensa mayoría de los israelíes sólo confía en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para proteger al Estado. 39% considera que, en caso de emergencia, Israel puede depender de ayuda militar de EE.UU. 68% se opone a la permanencia de tropas extrajeras - incluyendo norteamericanas - en el Valle del Jordán. 26% apoyaría tal desplazamiento.
El 68% no cree que las sanciones económicas constituyan una opción eficaz contra el régimen de Irán para que detenga su programa nuclear; 53% presume que EE.UU no utilizará su Ejército para evitar la nuclearización de la República Islámica; 53% apoya una acción militar preventiva israelí en caso de que EE.UU no actúe.
Esta completa encuesta de Mina Tzemaj resalta al elector israelí como fuertemente realista; alguien que no se deja llevar por ilusiones.
Los ciudadanos de Israel no compran slogans como «Nuevo Oriente Medio», «Avance árabe a la democracia» o «Revolución juvenil organizada por redes sociales». La mayoría de ellos se prepara mentalmente para un Oriente Medio real con sus amenazas claras y actuales.
Es un extraño punto de vista entre las democracias occidentales, realzar el poder de proyección de Israel y su rol como cabeza de puente hacia el mundo libre en un Oriente Medio económica y militarmente crítico.
Es una fuente de optimismo.