Según Friedman, columnista del New York Times, los norteamericanos no llegan a comprender qué es lo que quiere Israel o hacia dónde está yendo, y además, según él, han comenzado a poner en duda su deseo de paz.
Thomas Friedman es uno de periodistas más destacados del mundo y un columnista del New York Times. La semana pasada, publicó una crítica inusualmente dura contra el gobierno israelí y su política en torno a la cuestión palestina (publicada en Argentina.co il: http://www.argentina.co.il/index.php/opinion/906-iacabemos-con-esto )Entre otras cosas, comparó a Israel con un “niño mimado". Un lector del New York Times respondió a través de una carta, acusando a Israel no sólo de estar actuando como un niño mimado, sino también de ser unos de esos se que escapan de casa y todavía siguen usando la tarjeta de crédito de la familia.
Más tarde, Friedman fue entrevistado por el programa "Encuentro con la Prensa", en el Canal 2 de Israel. Al igual que ocurrió con su inquietante artículo, verlo y escucharlo provocaron una preocupación verdaderamente profunda. En la entrevista, explicó que la conducta del gobierno israelí en el frente palestino erosiona cada vez más el estatus de Israel en los EE.UU: el apoyo a Israel va decreciendo progresivamente en los círculos gubernamentales estadounidenses, entre el público en general, y en la comunidad judía, especialmente entre los más jóvenes.
Según Friedman, los estadounidenses no llegan a comprender qué es lo que quiere Israel o hacia dónde está yendo, y además, según él, han comenzado a poner en duda su deseo de paz. Por otra parte, Friedman subrayó que la actual Autoridad Palestina, especialmente como resultado de su éxito en materia de seguridad y contención del terrorismo, merece más que nunca una verdadera oportunidad por parte de Israel a fin de asegurar un acuerdo.
Friedman es completamente consciente de la complejidad y de las dificultades inherentes a la consecución de un acuerdo entre israelíes y palestinos. Sin embargo, no duda en suplicarle a Israel que por lo menos lo intente. Él declara sentirse profundamente preocupado por el relajamiento de las relaciones entre Israel y Estados Unidos; ha protestado ante lo que considera una falta de respeto para con el presidente estadounidense, expresada con el rechazo de su solicitud de prórroga de la moratoria en la construcción por dos meses más; además, Friedman sigue alertando acerca del deterioro de los cruciales lazos entre Israel y quien es su único amigo en el mundo.
Friedman no odia su propia identidad judía
Friedman se mostró un poco agitado, sensible, e incluso, por momentos, enojado, aunque, quedó muy claro cuán dolorido está por toda la situación actual. Sus palabras conllevan una doble dificultad, pues son articuladas por un verdadero amante, una persona que no oculta su profunda e inalterable simpatía para con el Estado de Israel.
Tengamos cuidado: Friedman debe ser tomado en serio, muy en serio. No sólo en razón de que es un hombre importante e influyente, sino, sobre todo, por sus relaciones, su conocimiento, su capacidad de discernimiento y su amplia experiencia.
Friedman mantiene vínculos directos con los líderes, muestra una familiaridad poco común con los acontecimientos en Israel, en la región, y en los EE.UU., y posee una formación académica complementada por decenas de años de investigación, participación y una observación periodística en profundidad de la región, tanto desde cerca como de lejos.
Friedman ha mantenido cálidos y estrechos lazos con el Estado de Israel, ya desde su adolescencia. Por lo tanto, es difícil excusar la gravedad de sus palabras por medio de esa habitual acusación de “judío que se odia a sí mismo”.
Sus palabras deberían provocarnos una gran preocupación. Necesitamos escuchar a Friedman muy de cerca; escuchar y preparar un cambio, tan pronto como sea posible.
Fuente: YediotAharonot - 29.10.10
Traducción: www.argentina.co.il