Estimados,
El periodista norteamericano, Larry King, decía que la mejor definición de Israel que escuchó es que en una discusión entre diez personas, hay al menos 11 opiniones diferentes.
La fragmentación sectorial, la diversidad de corrientes, el pluralismo de ideas, el encuentro de orígenes y el desencuentro de intereses atomiza a su Parlamento hasta tal punto que hoy en su 66° aniversario, Israel presume - o lamenta - haber tenido 33 Gobiernos.
La fórmula de «más ideas que personas» es la causa del éxito tecnológico y científico pero también de la habitual crispación en el debate público y la imposibilidad de llegar a un consenso para un acuerdo con los palestinos.
66 años después de su creación, Israel se convirtió en el lugar en el mundo donde viven más judíos. Más incluso que Estados Unidos. 6,135.000 judíos viven en el «hogar nacional» que visionó Herzl. ¡Seis millones! Una cifra dramáticamente simbólica.
A los 66 años, Israel superó la barrera de 8 millones de habitantes. De 806.000 en 1948 a 8.180.000 en 2014. 1,694.000 son árabes israelíes - en su mayoría musulmanes - y 318.0000 son cristianos no árabes y de otras creencias - en su mayoría inmigrantes y sus familiares - procedentes de las repúblicas ex soviéticas.
Israel doblega así a Estados Unidos manteniéndose Francia en el tercer puesto. «Hoy en día en el mundo hay casi 14.000.000 judíos», afirmó el profesor Sergio Della Pergola de la Universidad Hebrea de Jerusalén. El incremento de judíos en Israel contrasta con el descenso en el resto del mundo debido entre otros motivos a la asimilación y el hecho que haya más muertes que nacimientos.
Los israelíes conmemoraron el «Día de Recuerdo» en el que homenajearon a los 25,662 muertos - 23.169 efectivos de las fuerzas de seguridad y 2,493 civiles - en las guerras y atentados.
El Estado hebreo inició el lunes llorando en los cementerios, se paralizó durante dos minutos a las 11:00 de la mañana con el ulular de las sirenas y finalizará por la noche con el inicio de 24 festivas horas del «Día de la Independencia».
Israel, el único lugar del mundo con más árboles de los que tenía hace 100 años, sigue emboscado en un conflicto político, territorial y religioso mientras sus vecinos cercanos de Oriente Medio arden.
En su 66° aniversario, Israel amuralla sus fronteras con cemento y fina tecnología ante países cada vez más inestables. Por un lado, en la cúpula militar reconocen que se redujo la posibilidad de una guerra convencional con un Ejército árabe. Por otro, alertan ante el aumento del número de terroristas vinculados a Al Qaeda a pocos metros de su territorio aprovechando los dramáticos cambios regionales.
Más allá del temor ante los arsenales de organizaciones terroristas como Hezbolá en Líbano y Hamás en la Franja de Gaza, Israel sella su línea divisoria con un Egipto controlado por un Gobierno de facto y con una Siria en violenta desintegración y entregando sus armas químicas, mientras observa con preocupación lo que puede suceder en Jordania y sobre todo afronta lo que considera «la amenaza existencial del proyecto nuclear iraní.
Con todo, Israel es el octavo país más feliz del mundo, según varios índices internacionales. Una encuesta del Instituto Panels Politics refleja que el 83% de la población se siente orgullosa de ser israelí mientras el 71% sostiene que Israel es un buen lugar para vivir.
El país que nació exportando naranjas y la romántica idea colectiva de los kibutzim se entregó a la creación de chips y cámaras para Smartphones.
De inventos agrícolas y prestigiosas investigaciones científicas a la innovación de más de 4.000 Start-up cuyos productos, aplicaciones e ideas se usan de alguna u otra forma en todo el mundo.
La tierra bíblica es hoy una incubadora tecnológica. Las Tablas de la Ley compiten con sofisticadas tabletas en un país donde las multinacionales más importantes instalaron decenas de centros de desarrollo e investigación para renovar sus productos. Como dijo Bill Gates: «Israel forma parte de Silicon Valley».
Según los medios locales, la cámara Galaxy 4 de Samsung fue desarrollada casi exclusivamente en el centro de Ramat Gan así como el sistema de identificación visual que para automáticamente un clip en el móvil si el usuario desvía la vista de la pantalla. El complejo israelí de Microsoft es el más importante fuera de Estados Unidos. O el imponente centro de Apple en Haifa.
Shimón Peres, que tiene 25 años más que el país que preside, cree que el futuro no pasa por los Gobiernos sino por los grandes centros de tecnología. En una entrevista al suplemento «The Marker» del diario «Haaretz», señaló: «Los Gobiernos están diseñados para un orden mundial que ya no existe. Eran más apropiados a un mundo donde la economía se basaba en la tierra y había que defenderla, repartir y crear ejércitos. Cuando el mundo empieza a basarse en la ciencia, el orden anterior ya no es vigente. Antes los Gobiernos tenían el monopolio sobre el conocimiento. Ahora se necesita sólo un teléfono inteligente».
¡Feliz Cumpleaños Israel y Buena Semana!