Estimados,
El 9 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención para la prevención y el castigo del crimen de genocidio, cuyo tercer artículo inciso C dice expresamente que será pasible de castigo «la incitación directa y pública a cometer genocidio».
Irán ha violado sistemáticamente este artículo de la Convención con una retórica permanente acerca de la destrucción de Israel. Esto no sólo no ha provocado condenas en el mundo, sino que no ha sido un obstáculo para el polémico acuerdo nuclear con las grandes potencias.
Más aún, parece que el acuerdo, ha estimulado a la dirigencia de la teocracia iraní a ser más insistente y más explícita en cuanto a sus intenciones de destruir no sólo el Estado sino hasta el último de sus habitantes.
La más reciente declaración sigue a la visita del ministro de Exteriores de Reino Unido, Philip Hammond a Irán, para la ceremonia de reanudación de relaciones diplomáticas y fue formulada por Hussein Sheikholeslam, consejero de Relaciones Exteriores del presidente del Parlamento Ali Larijani, que desmintió la actitud «más matizada» del presidente Hassan Rohani, quien insinuó que las amenazas contra Israel estaban destinadas a consumo interno.
Sheikholeslam fue categórico: «Nuestra posición contra el Estado usurpador de Israel no han cambiado en absoluto. Israel debe ser aniquilado y este es nuestro objetivo invariable».
Más tarde, en una declaración a un órgano de Hamás, el jerarca admitió que su país rechazó la presión de las grandes potencias durante las negociaciones para que Irán deje de involucrarse políticamente en Gaza, Siria y Yemen. Al respecto, aclaró: «Estas potencias admitieron que la razón para esta presión es nuestra posición sobre Israel. Les dijimos que rechazamos la existencia de cualquier israelí en la tierra».
No se trata de una declaración aislada de un funcionario de segundo rango. El propio Líder Supremo, Alí Jamenei declaró en un sermón de viernes el 15 de diciembre de 2000: «La posición de Irán que fue expresada por el Imán Jomeini, es que Israel es un cáncer histórico, una anomalía que debe ser extirpada de la región». Un mes más tarde, repitió su mensaje: «El fundamento de la República Islámica es la oposición a Israel y la eliminación de Israel de la región es su objetivo permanente».
Más recientemente, el 20 de noviembre de 2013, Jamenei dijo a una asamblea de unos 50.000 milicianos de Basij, que los fundamentos de Israel son muy débiles y por lo tanto está condenado a desintegrarse. Y agregó en el mejor estilo nazi: «Los israelíes no deben ser considerados humanos».
Una publicación del Centro Jerusalén de Asuntos Públicos de autoría de Mijael Segal y Daniel Rubinstein recoge 20 declaraciones del mismo tenor de toda clase de líderes civiles y militares iraníes. Me limitaré a traducir la mitad; será más que suficiente.
1. «El Imán Jomeini se propuso objetivos a largo plazo para el día en que el régimen sionista ocupante no esté más en la región. Los detalles serán discutidos en el gobierno». Hassan Rohani, presidente de Irán.
2. «El Ejército de Irán está perfectamente preparado para destruir por sí solo a Israel». Mayor general Ataollah Salehi, comandante en jefe del Éjército iraní.
3. «No abandonaremos nuestra lucha armada hasta la aniquilación de Israel y hasta que podamos rezar en la Mezquita de al-Aqsa». Brigadier general Mohammed Reza Naqdi, comandante de la milicia Basij
4. «No debemos cejar en nuestros esfuerzos para liberar a la sagrada Jerusalén y cortar las manos de los infieles de este lugar sagrado». Ayatolá Mohammad Reza Mahdavi Kani, presidente de la Asamblea de Expertos.
5. «El régimen sionista pronto será destruido, y esta generación será testigo de su destrucción». Hojatoleslam Ali Shirazi, representante del Líder Supremo en la Guardia Revolucionaria.
6. «Irán tiene misiles de largo alcance que pueden llegar a una distancia de 1.500 kilómetros. El Líder Supremo dijo que cada grupo combatiente palestino que combate contra el régimen sionista recibirá el apoyo del régimen iraní». Ayatolá Ahmad Jatami, miembro del Presidium de la Asamblea de Expertos.
7. «La única solución al problema de Palestina es la destrucción del régimen sionista. Nosotros vemos la resistencia como la única vía hacia una lucha inspiradora y victoriosa contra el falso e ilegítimo régimen sionista». Órgano de prensa de Basij
8. «Estados Unidos e Israel no debe cometer errores, porque donde cometa el menor error no permaneceremos pasivos y aniquilaremos Tel Aviv y Haifa». Ismail Kowsari, vicepresidente del Comité de Exteriores del Parlamento iraní.
9. «Todo musulmán que no desee combatir contra Israel viola la Ley Religiosa y olvida los crímenes perpetrados por Israel en tierras islámicas en los últimos 60 años». Mohammed Dehglan, miembro del Comité Ejecutivo del Parlamento iraní
10. «El tema de Palestina es un tema islámico. El mundo islámico debe unirse para destruir al falso régimen israelí. Si esto sucede, no quedará nada de Israel». Ayatolá Mohammed Ali Movahedi Kermani, imám interino de Teherán.
¿Qué le hizo Israel a Irán para merecer esta furia destructiva? Nada que justifique una enemistad semejante. Tuvo relaciones con el Shah al igual que otros países. Pero la dictadura teocrática de Teherán no amenaza destruir a todos los países que tuvieron relaciones con el régimen anterior.
¿Porqué entonces ese odio contra Israel y especialmente contra Israel?
Muy sencillo. La jugada de Irán es ser más árabe que los árabes, y más vengativo y duro contra el Estado judío que todos los estados sunitas juntos. No hay carta mejor en la lucha por la supremacía en el islam, que demostrar que el chiísmo minoritario es más consecuente en la lucha contra los enemigos del islam que los numerosos países sunitas.
Palestina está muy lejos de Irán. El cuento de la solidaridad es un invento muy ocurrente. Irán no se preocupa por todos los pueblos musulmanes. Por ejemplo, no se sabe que se haya preocupado mucho por la minoría musulmana de los Rohingyas de Myanmar, uno de los pueblos más miserables y perseguidos de la tierra.
Si la teocracia dedicara sus recursos al mejoramiento del nivel de vida de su propio pueblo, no hubiera dedicado tantos recursos en armas y en apoyo a grupos terroristas. Pero a la teocracia iraní no le importa su propio pueblo y tampoco le interesa el pueblo palestino.
El objetivo de la revolución islámica es la expansión de Irán y del chiísmo en el mundo musulmán. Para alcanzar este objetivo cualquier pretexto es bueno, pero ninguno es mejor que la causa palestina.
La causa palestina sirvió durante muchos años para encauzar la frustración de los pueblos árabes hacia un blanco externo, evitando así toda molestia a las corruptas élites gobernantes. ¿Porqué no habría de servir para cambiar el equilibrio de fuerzas dentro del islam permitiendo establecer la hegemonía iraní en Oriente Medio?
Por lo demás, no hay éxito histórico mayor que la conversión del judío en chivo emisario por excelencia. Funcionó maravillosamente con Hitler funcionó para lanzar la Segunda Guerra Mundial. ¿Porqué no habría de servir a la teocracia iraní, sobre todo teniendo en cuenta que el sagrado Corán es rico en diatribas anti-judías y por lo tanto la teología sirve como excelente motivación bélica?
Es cierto también que hay pasajes que pueden interpretarse como muy respetuosos y favorables hacia los judíos en el libro sagrado musulmán, pero ya se sabe que la interpretación de los libros sagrados es algo muy selectivo que suele estar motivado por intereses coyunturales.
¿Qué hace el mundo frente a este régimen? Elige la ceguera voluntaria. El problema no es sólo el acuerdo nuclear. Es la tolerancia con la intolerancia, la falta de mínima solidaridad con el castigado y torturado pueblo iraní, la actitud pasiva ante la ingerencia belicista iraní en Oriente Medio y en el mundo, la virtual indiferencia ante el comprobado apoyo iraní al terrorismo internacional y la frívola falta de crítica de medios de comunicación y de intelectuales en contraste con una crítica exacerbada y frecuentemente injusta e infundada a Israel.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 nunca hubo una situación que se pareciera tanto a la década del '30 del siglo pasado, cuando las grandes potencias de entonces pretendieron salvar la paz minimizando el peligro nazi.
Ninguna situación histórica se repite en condiciones idénticas. La ceguera voluntaria de hoy se plantea en condiciones muy diferentes a las de entonces. Sin embargo, es necesario reconocer que el parecido es escalofriante.
¡Buena Semana!