Estimados,
Netanyahu designó a comienzos de agosto al líder de los colonos judíos Dani Dayán, de origen argentino, como nuevo embajador en Brasil. Más de cuatro meses después, el Gobierno de Dilma Rousseff sigue sin dar el visto bueno al ex responsable del Consejo Yesha, que agrupa a los asentamientos en Cisjordania ocupada militarmente desde la guerra de 1967.
El pulso diplomático entre el gigante latinoamericano y el Estado judío está servido.
Un alto cargo de Brasilia aseguró a «Haaretz» que el Gabinete del Partido de los Trabajadores (PT) no va a dar su aceptación, aunque tampoco va a rechazarlo de forma expresa.
La misma fuente sostiene que Dilma se limitará a esperar a que Bibi entienda solito el mensaje y retire la propuesta de Dayán, un dirigente político que rechaza la solución de dos Estados para intentar buscar una salida al conflicto con los palestinos y que reside en un asentamiento en territorio ocupado militarmente, como nuevo embajador.
La cancillería brasileña recuerda que no fue consultada con antelación sobre el nombramiento, y que sólo recibió la notificación después de que Bibi lo hubiese comunicado a la prensa.
El Ministerio de Exteriores de Israel, cuyo titular es precisamente Netanyahu, parece decidido a esperar con paciencia a que Brasil comunique la aceptación de Dayan, según desveló el corresponsal diplomático de «Haaretz», Barak David.
El Gobierno hebreo confía en un cambio de opinión en Brasilia. No existe ningún precedente de que un embajador propuesto fuese rechazado.
El desaire de Dilma amenaza con provocar una réplica de Bibi para rebajar el nivel de los lazos bilaterales, en un momento en el que el Estado judío muestra gran interés en ampliar sus relaciones con América Latina.
Más de 40 organizaciones brasileñas y varios diputados en el Parlamento de Brasilia cuestionaron la designación del nuevo enviado israelí, al considerar que encarna la ocupación de territorios palestinos y la consiguiente violación de la legislación internacional.
Por su parte, un desconsolado Dayán ofrece entrevistas a cualquier medio que acepte escucharlo. Este sábado, en el Canal 2, dijo que la falta de reacción de Israel en este asunto le preocupa demasiado.
«Netanyahu apartó a la Unión Europea de las tratativas con los palestinos cuando ésta, de forma unilateral, decidió etiquetar los productos de los asentamientos. No puede ser que ahora no se exprese cuando se trata de impedir que 400.000 habitantes de los asentamientos en Judea y Samaria puedan desempeñarse como embajadores», reclamó.
El dilema de Bibi no es nada simple, promover una crisis en las relaciones con un gigante económico de enorme influencia en América Latina y el mundo por un nombramiento diplomático, podría ser un precio muy caro a pagar.
Por otro lado, no hay cosa que haga más daño a un Estado como el que su dirigente quiera pasarse de vivo creyendo que no debe dar explicaciones a nadie de sus decisiones.
¡Buena Semana y Feliz Año Nuevo!