Estimados,
Las consecuencias de una guerra cibernética entre Israel e Irán, y en general, podrían ser tan destructivas como las de una misma guerra nuclear, advirtieron científicos en un artículo publicado en el Boletín de Científicos Atómicos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Especialistas afirmaron que entre una bomba atómica y una ciberarma hay mucho en común. Así, por ejemplo, señalaron que cuando EE.UU lanzó las bombas atómicas a Hirosima y Nagasaki en 1945 no sabía cuántas víctimas mortales provocarían a largo plazo.
«Aunque los programas dañinos no necesariamente causarían el mismo efecto que las bombas de Hiroshima y Nagasaki, el caos provocado, por ejemplo, por el colapso mundial del tráfico aéreo, el estancamiento de las centrales eléctricas o de los mercados financieros, sí que provocarían numerosos daños e incluso podrían causar muertes», señaló un veterano científico israelí en el boletín.
El mundo ya conoce los nombres de las primeras armas cibernéticas aplicadas contra las instalaciones nucleares iraníes. Son el virus «Stuxnet», que atacó a la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz en 2010, y «Flame», un programa espía descubierto recientemente.
Los expertos señalan que estos programas maliciosos podrían haber sido elaborados por especialistas estadounidenses e israelíes. Y a pesar de que ambos países nunca reconocieron la autoría de estos virus, sí confirma que se están elaborando tecnologías cibernéticas ofensivas.
Ante el inminente peligro, los especialistas apuntan que, al igual que en el caso de loss armamentos nucleares, es necesario instituir normas legales aprobadas a nivel internacional que reglamenten y limiten el uso de armas cibernéticas.
No obstante, como siempre los políticos hacen caso omiso a estas advertencias.
Desgraciadamente, habrá que esperar que sean otra vez los desastres quienes determinen las pautas y las normativas. Y como siempre, sera demasiado tarde.
¡Buena Semana!