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Sin expectativas pero con interrogantes

Peres, Obama y NetanyahuEstimados,

Las banderas en las avenidas de Jerusalén presumen la alianza indestructible con Estados Unidos; las barras y las estrellas ondean al lado del Maguén David a lo largo y ancho de la capital de israelí.

Sin duda se trata de un momento de orgullo para el Estado judío. Sin embargo, Obama llegó a Israel sin expectativas de lograr progresos políticos y con demasiados interrogantes sobre su relación con Netanyahu.

Esta es la relación más disfuncional en la historia de las relaciones entre Estados Unidos e Israel. No hay una sensación real de confianza. No existe la capacidad de dar al otro el beneficio de la duda.

Sin embargo, expertos optimistas creen que hay una posibilidad de que esta reunión de Obama con Bibi al menos ayude a iniciar un periodo de mayor cooperación y tal vez de calidez personal.

Netanyahu apoyó al oponente republicano de Obama, Mitt Romney, durante los comicios en Estados Unidos y dejó claro que no cree que el actual presidente entiende realmente los retos de seguridad a los que se enfrenta Israel.

Obama, en cambio, se quejó de tener que lidiar con Bibi. La Casa Blanca reunió una lista de lo que considera las fallas de parte del gobierno israelí como la resolución emitida durante la visita del vicepresidente, Joe Biden, de continuar construyendo asentamientos.

No obstante, una agenda llena de temas complicados y el hecho de que ambos líderes necesitan el uno del otro por razones políticas, son algunas de las razones por las que pordría haber posibilidades de entablar una relación más cooperativa.

Obama no quiere ser el mandatario estadounidense bajo cuyo gobierno Irán consiga armamentos nucleares ni ser el presidente que se vea obligado a atacar la Repúclica Islámica. Tampoco quiere ser el dirigente bajo cuya administración sea enterrada definitivamente la fórmula de dos Estados.

Bibi tal vez se muestre más contenido a causa del resultado de las elecciones. Recién acabó de formar su nueva coalición. Pero el tiempo se agota para ambos. Netanyahu pretende ser visto como un primer ministro que hizo algo, no como un líder inoperante. Si se combina eso con la probabilidad de que su nuevo ejecutivo sea más pragmático que el anterior, hay importantes asuntos en los que es posible la cooperación.

Obama dejó claro que cree que pasará cerca de un año para que Irán llegue a concretizar su programa nuclear y que vino a Israel para convencer a Bibi de que necesita más tiempo para una salida diplomática. Aunque hay escepticismo sobre la posibilidad de una solución negociada, los funcionarios israelíes dicen que Netanyahu está abierto a permitir que se hagan mayores esfuerzos diplomáticos por algunos meses, pero espera que el presidente se comprometa a determinar el momento en el que Estados Unidos recurrirá a la opción militar.

Por otra parte, Israel es una fuente esencial de información para Estados Unidos sobre lo que sucede en Siria. Aunque desde hace mucho se viene diciendo que llegó el momento de que Assad abandone el poder, el auge de los Hermando Musulmanes preocupa a Israel por un posible cambio de gobierno que no sabe hacia donde encaminará a ese país.

Además, la Casa Blanca informó que Obama no trajo ninguna iniciativa de paz y que no es optimista de que el marco sea sólido para reanudar las tratativas.

El líder norteamericano cree realmente que la paz entre israelíes y palestinos es importante para Estados Unidos, aunque no siempre parece entender lo que ello significa en cuanto a su compromiso.

Los palestinos esperan que Obama demuestre que habrá consecuencias si se vuelve a ignorar su llamado a detener los asentamientos tal como sucede hoy en día. Quieren algo en concreto; necesitan ver que la realidad cambia; aspiran a paradigmas diferentes.

Pero mientras la Autoridad Palestina no tome decisiones concretas respecto a su relación con Hamás en particular, y con el terrorismo yihadista en general, el presidente norteamericano no podrá ofrecerles eso.

En épocas de Pesaj vale la pena destacar que un esclavo puede llegar a creer que la felicidad está en cumplir con sus obligaciones mientras oscurece el camino de las oportunidades que se presentan a sus ojos.

Existen líderes de esclavos que ven pasar sentados el desfile de los grandes triunfadores de la vida sin tomar ellos mismos resoluciones determinantes que los lleven a cambiar esa realidad.

Pero nadie debe olvidar que la esclavitud es una condena tanto para el amo como para el esclavo. Para el esclavo es la condena de su vida. Para el dueño es la condena de su alma.

¡Jag Pesaj Sameaj y Buena Semana!