A algunas semanas de finalizado el viaje de una delegación argentina compuesta por judíos, católicos y musulmanes a Oriente Medio y Roma, conversamos con uno de sus participantes, Claudio Epelman, Director del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), sobre el significado de lo vivido.
- Claudio, me pregunto cómo, con esta corta perspectiva que da el tiempo transcurrido, quizás un tanto alejado ya de la emoción del momento, resumirías el significado de ese viaje, más allá de los titulares.
- 15 judíos, 15 musulmanes y 15 católicos compartimos 11 días de viaje por Oriente Medio y Roma llevando el mensaje de que la convivencia interreligiosa es posible y que la sociedad argentina es una prueba de ello.
- ¿En qué aporta en tu opinión un viaje de este tipo, en la práctica?
- El haber compartido un viaje de estas características, haber compartido las esperas en los aeropuertos, las conversaciones en los autobuses, los tiempos libres, comidas y paseos sin dudas crea vínculos interpersonales. Sobre esta base es que construimos convivencia. La convivencia no es producto de la providencia divina, se construye con gestos de confianza y entrega, y sin dudas toda esta experiencia refuerza la convivencia de las comunidades en Argentina.
- Es bueno tener el ejemplo de que en Argentina, judíos, musulmanes y cristianos pueden convivir en paz; lo cual no quita que en Israel mismo, paralelamente a la convivencia que afuera quizás no se conoce lo suficiente, existe un conflicto muy concreto en el que el elemento religioso también cumple su rol… Ustedes, los miembros de la delegación ¿han tenido la oportunidad de conversar al respecto?
- Pensamos que debemos separar la política de la religión; y especialmente rechazar los argumentos políticos que pretenden estar basados en los textos sagrados.
- ¿Y con vuestros interlocutores del lado israelí y palestino?
- Justamente el mensaje que llevamos es que no hay conflicto religioso en si mismo, sino conflictos políticos donde se usa a la religión como argumento; y dimos testimonio en forma grupal de que podemos vivir juntas las personas de distintas religiones
- ¿Cómo fue la dinámica, en la diaria, entre ustedes, entre los judíos, musulmanes y cristianos, miembros de la delegación?
- Compartimos las reuniones y paseos en forma grupal, pero reservamos momentos del día para que cada uno pueda rezar, si así lo deseaba, en forma individual o con su grupo de correligionarios. Las actividades grupales estaban llenas de conversaciones y profundización de las ideas de convivencia, y todo el viaje se convirtió en una experiencia de aprendizaje a cerca de los otros y de uno mismo.
- Me imagino que los miembros del grupo tendrían, no sólo por sus religiones sino por las convicciones políticas de cada uno, diversas posturas acerca de los temas que preocupan en el diario vivir a israelíes y árabes que los recibieron. ¿Dirías que éstas cruzaban quizás el tema de los credos? ¿O no entraron siquiera en cuestiones de posturas políticas?
- En todo momento buscamos abstraernos de las ideas políticas. Nos definimos como un grupo interreligioso, donde estaba claro que había diversidad de ideas individuales sobre los temas Oriente Medio y del mundo en general. Sin embargo el pluralismo político es algo que teníamos ejercitado por la propia realidad política de Argentina.
- El viaje ha estado sin duda repleto de momentos quizás comunes para quienes los vivían, pero muy significativos si uno de detenía a pensar, alejarse un poco y captar que allí estaban tres religiones en una situación muy singular. ¿Qué vivencias de ese tipo podrías compartir con nuestros lectores?
- El primer día llegamos al Monte de los Olivos, con una vista única de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Llegamos cuando caía el sol, con el llamado de las mezquitas a la oración. En ese momento, en forma espontánea, uno de los miembros del grupo recitó él mismo la llamada, embargando a todos de una gran emoción que concluyó con un gran abrazo de otros frente a la milenaria ciudad de Jerusalén cuna de las tres religiones.
- ¡Qué linda escena! Más allá del deseo generalizado de que se logre la paz, de que se terminen las guerras por decirlo quizás en forma un tanto ingenua, ¿cuáles dirías que fueron los mensajes compartidos por los tres credos, en forma clara, durante el viaje?
- Como lo comenté anteriormente, creo que los mensajes principales serían que la convivencia interreligiosa es posible y que a la convivencia la construyen los líderes de las comunidades, con gestos valientes, como cuando lo judíos visitamos Ramallah o cuando los musulmanes visitaron Jerusalén.
- Creo que cabe recordar que los musulmanes no corrían riesgo alguno en Jerusalén. ¿Hubo diferencia en la dinámica de la delegación al visitar Jerusalén y Ramallah?
- No, ninguna. Desde lo político en Ramallah nos encontramos con el primer ministro palestino y en Jerusalén con el presidente israelí y tuvimos la oportunidad de visitar lugares santos para las distintas religiones, como el Muro de los Lamentos, la Vía Dolorosa, el Santo Sepulcro y la mezquita de Al-Aksa.
- ¿Notaste sorprendidos para bien o para mal, por algo de lo que vieron en Israel, a tus compatriotas musulmanes?
- Creo que Israel no deja de sorprender a ninguno de sus visitantes, tanto para quienes ya hemos estado muchas veces, como para quienes llegan por primera vez. La conjunción de espiritualidad y política que se entremezcla con la geografía y la demografía constituyen una faceta apasionante de Israel.
- Hace poco se conmemoró el 22º aniversario del terrible atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires. Está de fondo también, siempre, el atentado contra la AMIA. ¿Qué efecto tuvieron en tu opinión ambos atentados terroristas, en la relación entre judíos y musulmanes dentro de Argentina? Y con esto, claro, no me refiero a nada relacionado a la delegación que viajó el mes pasado a la región.
- El atentado a la AMIA fue un atentado a Argentina toda y todos los hombres que creemos en la vida y en la democracia rechazamos al terrorismo, ya sea que seamos católicos musulmanes o judíos.
- En Ammán, Belén y Jerusalén se está esperando al Papa Francisco, que no deja de sorprender. ¿Cómo lo vieron ustedes?
- Lo vimos lleno de energía y con un claro mensaje de profundizar el trabajo que llevamos delante de sembrar entendimiento y de construir convivencia. El Papa nos invitó a construir la cultura del encuentro, y creo que en esa audiencia que mantuvo con nosotros ya consiguió 45 socios para ese trabajo.
- Claudio ¿algo más que puedas compartir con nosotros?
- Creo que el diálogo interreligioso es un camino importante que debemos transitar como una forma de construir convivencia, de hacer de nuestras sociedades unas más plurales, y de mostrar que podemos vencer prejuicio para salir al encuentro de quienes son diferentes. Y eso no nos debilita en nuestra identidad, sino que por el contario, nos fortalece.
- Muchas gracias.
- A ti.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay