Yoram Schweitzer, experto en islam radical en el Instituto de Investigaciones de Seguridad Nacional en Tel Aviv (INSS), que sigue a sus diferentes expresiones desde hace años y conoce a fondo a las variadas organizaciones que combinan una ideología fundamentalista con el uso de la violencia y el terrorismo para concretar sus objetivos, observa inevitablemente también al Estado Islámico (EI).
Tal como nos dijera hace ya varias semanas, cuando los hombres con la bandera negra habían conquistado la zona de Mosul, en Irak, sigue creyendo que el EI se concentra en las minorías y en enemigos a los que sabe que puede derrotar, sin hacer frente por ahora a los más complejos.
Eso no quita, sin embargo, que sean motivo de preocupación.
«Son sí una organización temible porque son muy crueles, muy pornográficos en su brutalidad, muy expuestos a los medios. Y saben aprovechar la renuencia de sus adversarios a un combate frontal», afirma Schweitzer.
«También Occidente lucha a medias. Da apoyo, no involucra tropas numerosas, porque no quiere librar esta guerra de modo que parezca que entra un ejército de ocupación. Y no tengo dudas de que el espectáculo que montan con cada prisionero que degüellan, tiene como objetivo provocar a Occidente para tratar de atraerlo hacia adentro, y que puedan presentarlos como ocupantes ante los miles de musulmanes que quieren reclutar. Esa es su estrategia».
Schweitzer hace hincapié en lo que considera es uno de los grandes peligros de la situación.
«Su extremismo permite que otros se presenten como moderados. El EI ha dado al concepto de extremismo un nuevo contenido, lo cual hace posible que algunos en Occidente consideren cooperar con regimens brutales como el de Assad y el de los Ayatolas en Irán», afirma.
«Hamás y hasta Al Qaeda parecen tolerables y soportables al lado de ellos, lo cual es parte de lo negativo del fenómeno Estado Islámico».
Pide aclarar: «El problema no es que Occidente y esos factores tengan ahora los mismos intereses, sino que estos grupos o regímenes parezcan legítimos socios de cooperación. Son organizaciones o regímenes terroristas no menos violentos que ellos aunque no degüellen por las calles».
Y de fondo, otro peligro clave: «Bajo esta cortina de humo, no tengo duda que movimientos como Al Qaeda y sus socios, se organizan para actuar contra Occidente. Estoy plenamente seguro de ello».
De fondo, recuerda que sigue vigente la amenaza de Irán.
«Estados Unidos está dispuesto a aceptar una presencia mayor que antes de fuerzas iraníes en la zona de Bagdad y claro que también en las ciudades chiítas Kárbala y Najaf si el Estado Islámico amenaza con entrar allí. Espero y confío en que Estados Unidos no quite sus ojos del involucramiento brutal de Irán en zonas de conflicto y su ayuda a todo tipo de organizaciones terroristas en muchas de ellas».
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay