Las imágenes que llegan desde hace meses de las zonas que caen bajo el control del Estado Islámico (EI), son estremecedoras. Ante todo, claro está, por los asesinatos, las ejecuciones, la crueldad indiscriminada. Eso, la pérdida de vidas, siempre es lo peor.
Pero hay otro aspecto que también muestra la naturaleza fanática y terrible de las hordas de negro que avanzan en Irak y Siria: la destrucción de reliquias arqueológicas de la humanidad.
Sobre este tema consultamos al Dr. Daniel Varga (47), arqueólogo uruguayo-israelí, residente en el sur de Israel desde 1990.
Tras haber estudiado dos años de arquitectura en Montevideo, el Dr. Varga pasó en Israel a la arqueología, cursando sus tres primeros títulos en la Universidad de Beer Sheva.
- Daniel, mucho se ha hablado estos días de la antigua ciudad de Palmira en Siria, a raíz de la conquista del lugar por parte del EI. Y acá por cierto hay algo de fondo muy preocupante: el extremismo de esos fundamentalistas no deja en pie tampoco a los restos arqueológicos. ¿Cómo podemos resumir el daño que ya se sabe han causado a los hallazgos arqueológicos en Irak y Siria? O sea ¿qué es lo que ya sabemos?
- Las pérdidas de la herencia de la cultura material de la zona son muy serias y en gran medida irreparables. La verdadera extensión del fenómeno es muy difícil de evaluar. Estos grupos fundamentalistas son también expertos en la guerra psicológica y propagandística, por lo cual, es muy difícil distinguir qué es lo que realmente sucede y qué una simulación. Es también probable que parte de las obras de arte antiguo (vasijas, joyas, estatuas) no sean realmente destruidas sino ilegalmente vendidas para financiar sus actividades.
- ¿Cuál es el temor respecto a Palmira? ¿Qué hay allí; o sea que está en riesgo de verse destruido?
- Palmira posee restos arqueológicos que van desde fines del segundo milenio a.C. hasta la Edad Media. De particular importancia por su excelente estado de conservación son los restos de la ciudad que fue capital de un próspero estado en el siglo III de nuestra era. Fue entonces que Palmira llegó a su máximo esplendor y tuvo en jaque a los imperios romano y persa hasta quel emperador romano Aureliano derrotó a su ejército en el 271 y la anexó al imperio. De este período de esplendor de su historia han sobrevivido templos, calles decoradas con columnas, un bellísimo teatro y otras tantas edificaciones y estatuas. Todos estos son vestigios de una ciudad que amalgamaba elegantemente influencias tanto greco-romana como persa.
- Un edificio, una casa, se pueden reconstruir. También en la presentación de restos arqueológicos en un museo o un parque, se hace a veces simulaciones para permitir al visitante comprender más directamente cómo eran las cosas ante.. Pero lo que hace esta gente es irreversible ¿verdad?
- No exactamente. En principio sí se puede restaurar una edificación o una escultura que se quiebran o se derrumban por causas naturales (terremoto, inundaciones, etc.) o por error humano. Cuando estos son demolidos de tal manera y a veces hechos polvo prácticamente como se ve en los medios de comunicación, claro que es imposible restaurar y la pérdida es para siempre. Y acá justamente el problema es que gran parte de las edificaciones de las culturas milenarias de la Mesopotamia de la era pre greco-romana fueron construidas de ladrillos de barro los cuales, una vez destruidos, no hay forma de reconstruir.
- Me imagino que en arqueología, por más que cada nación quiera por cierto preservar lo que está dentro de sus fronteras, el concepto es que las reliquias son un tesoro universal, de la humanidad toda. ¿Así es en todos los casos?
- Así lo es en Israel como seguramente en cualquier otro país civilizado. La historia de toda la región está entrelazada. Lo que sucede en un extremo del Levante tarde o temprano influye en el otro. Las fronteras políticas actuales no son relevantes pues la mayoría de estas grandes culturas se expandían más allá de los límites de uno u otro país que hoy conocemos. Las reliquias son, sin ninguna duda patrimonio de la humanidad, aunque claro está que estos fanáticos no lo ven así.
- ¿Qué historia cuentan los vestigios arqueológicos destruidos a golpes de martillo y acción de taladros en Irak, ya meses atrás? ¿Y lo de Palmira? O sea; sobre los pueblos que los construyeron, que los esculpieron; sobre los tiempos en los que fueron hechos.
- La región del actual Irak y sus alrededores fue uno de los principales focos del surgimiento de la civilización. Prácticamente podríamos decir la cuna de la civilización. Los restos arqueológicos son los testimonios físicos de aquellas primeras civilizaciones: la sumeria, la acadia, la babilonia, la asiria y otras tantas. Esos restos son su herencia al mundo y sin estos va a ser muy difícil profundizar nuestro conocimiento de estas antiguas civilizaciones.
- ¿En qué creían las culturas que dejaron al mundo esos legados arqueológicos hoy arruinados? Te pregunto porque el EI no acepta ninguna creencia que no sea la suya, ni siquiera dentro del islam.
- Se trata de una gran variedad de culturas que creían en diversas deidades. La mayor parte de ellas eran culturas paganas politeístas. El cristianismo y el islam de sus primeros años se desarrollaron también allí y dejaron grandes huellas en la zona. Todo esto está en serio peligro.
- ¿Has tenido en algún momento contacto con arqueólogos del mundo árabe?
- Tan sólo contactos esporádicos en congresos sobre arqueología en Europa. Sí he tenido contacto con varios colegas que en el pasado dirigieron proyectos en Irak y en Siria y que temen volver a esos países por el estado de guerra y anarquía que padecen. Parte de estos arqueólogos comienzan a contactarse con colegas e instituciones israelíes y más de uno busca un nuevo proyecto en Israel. Todo esto era casi imposible anteriormente pues un sellado israelí en el pasaporte les negaba la posibilidad de trabajar en aquellos países. En Israel hay numerosos proyectos de excavaciones dirigidos por investigadores de universidades extranjeras de Asia, Europa, América Latina, y sobre todo de Estados Unidos.
- ¿Te parece que se puede usar la arqueología como argumento histórico por ejemplo en una discusión política? ¿Se te ocurren ejemplos de lo que pasa por nuestros lares?
- No se debería hacer pero es muy difícil desligarse de las ideas políticas. La arqueología no es sólo un trabajo técnico sino también de interpretación y nadie está absolutamente libre de ideas y preconceptos. Muy asiduamente se utilizan argumentos históricos para reclamos de soberanía. Por supuesto que los vestigios arqueológicos son utilizados como «prueba irrefutable» en tales argumentos. Esto pasa en todos lados, dondequiera que haya argumentos de esta índole y restos arqueológicos a mano. Jerusalén es el típico ejemplo de estas eternas discusiones, aunque no es para nada el único.
- Te hice el planteamiento en términos generales, para no llevarte a la política, pero ya que tú mismo mencionas el tema de Jerusalén, te diré que en lo que estaba pensando es en lo que alegan algunas figuras árabes, en el sentido de que la ligazón entre el pueblo judío y la tierra de Israel es un invento que no está basado en la historia, pero está claro que hay numerosas pruebas arqueológicas de la presencia judía de larga data en la tierra de Israel, lo cual va más allá, históricamente hablando, de lo que es hoy el Estado de Israel. ¿Estoy en lo cierto?
Por último, aunque el tema que nos convocó sea otro, quisiera recordar que recientemente, durante un viaje que realizaste a Uruguay, brindaste una conferencia en la Universidad Católica sobre tu trabajo, sobre el hallazgo de una iglesia de los primeros años del cristianismo. En su momento ya habíamos hablado de esas excavaciones. ¿Qué significado tuvo para ti esa actividad y el interés que despertó?
- Fue una positiva e interesante experiencia. Nunca había dado una charla profesional en castellano (siempre en inglés o en hebreo) y además, la presencia combinada de académicos, gente de la Iglesia, amigos y familiares, no es algo muy común. Hubo un gran interés tanto por el tema que presenté como sobre este asunto de actualidad del que nosotros aquí tratamos.
- ¿Algún nuevo proyecto en el que estés trabajando?
- Ultimamente he estado mucho en trabajo en el terreno, así que seguramente en los próximos meses estaré ocupado en el análisis, la investigación y publicación de mis últimas excavaciones. Pero, ¿quién sabe? En cualquier momento puede surgir algún proyecto nuevo y desafiante.
Te deseo que así sea pues. Muchas gracias Daniel.
A ti.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay