La Dra. Emily Landau, experta en desarme, en entrevista especial sobre el acuerdo alcanzado recientemente en Viena entre Irán y las potencias mundiales.
Landau encabeza el Proyecto de Control Armamentista y de Seguridad Regional en el Instituto de Investigaciones de Seguridad Nacional (INSS, por sus siglas en inglés) en Tel Aviv.
- Dra. Landau, hemos hablado en varias oportunidades, y usted siempre fue crítica de la dirección que estaban tomando las negociaciones entre las potencias e Irán. Y ahora, con este acuerdo ¿le parece que el problema va más allá de los detalles técnicos?
- Sin duda. La apreciación general sobre el acuerdo la podíamos hacer ya antes de leer todos los detalles técnicos, que claro que son importantes, pero que son sólo un elemento. Es que sabemos cómo fue la dinámica de las negociaciones, qué concesiones hicieron las potencias ante Irán, en qué puntos Irán insistió; y todo eso tiene un gran significado.
- ¿Cuáles son los problemas principales?
- Lamento decir que ya las condiciones de apertura de este acuerdo no hacían posible que el resultado sea bueno. Un punto clave es que el objetivo original de las negociaciones cambió. Sin que lo digan oficialmente, sin que admitan oficialmente que hubo un cambio, en la práctica lo hubo, y muy para mal.
El objetivo original, tal cual lo dijo el presidente Obama en 2012, era impedir que pueda funcionar un programa nuclear militar en Irán. La propia jefa del equipo norteamericano, Wendy Sherman, lo dijo el año pasado: que la prueba del acuerdo será que Irán no pueda llegar nunca a tener armas nucleares. Pero en algún momento, eso cambió.
Eso ya no se logrará. Ni intentaron ya llegar a esa meta, porque la cambiaron y proclamaron que el objetivo es garantizar que Irán esté a doce meses de la bomba atómica.
- En lugar de los dos o tres de hoy...
- Así es. Prolongaron el tiempo hasta 12 meses. Y también intentan convencer que 12 meses es suficiente para descubrir violaciones del acuerdo, decidir si son violaciones significativas, organizarse con todas las fuerzas internacionales para ver qué hay que hacer, quién tiene que hacer algo al respecto y hacerlo. Todo eso supuestamente se hará en 12 meses. Pero ya sabemos algo sobre el ritmo en que la comunidad internacional adopta decisiones. No es tan rápido. Además hoy se sabe que crearán una comisión para evaluar las violaciones iraníes ¡y que Irán será parte de la misma!
¿Cómo harán todo eso en 12 meses? Además, bien sabemos que Irán no suele violar las cosas en forma grandiosa y evidente, sino que su sistema es ir haciéndolo de manera gradual que va incrementando; de modo que será difícil identificar una violación y poner en marcha todas las energías para lidiar con ello.
Esto, después que les llevó doce años llegar a este acuerdo. ¿Quién querrá concentrarse en estas violaciones?
- Entiendo que usted tiende a creer que habrá violaciones, como en el pasado.
- Hay ahora ya informaciones que aseguran que Irán viola las condiciones de las sanciones para conseguir elementos para su programa nuclear, que ya se sabe, que la Inteligencia de Alemania lo sabe, pero nadie dice nada porque todos temen que eso arruine las negociaciones que eran tan frágiles. Y entonces ¿qué nos espera después?
Su objetivo es sólo contenerlos 12 meses. Y tenemos muchas razones para creer que si Irán quiere violar el acuerdo, ese tiempo no será suficiente para ocuparse del tema.
Y otro punto especialmente problemático es el hecho que la mayor parte de las limitaciones que se imponen ahora a Irán serán levantadas.
Si alguien quiere apoyar el acuerdo, dirá que se logra demorar todo por 10 o 13 años. Pero para Irán, desde el punto de vista de un programa en el que está trabajando tanto tiempo, esperar 10 años o algo más no es el problema central. Y cuando se levanten las restricciones, nadie podrá decir nada; y entonces Irán alegará que cumplió el acuerdo.
- ¿Diría que el acuerdo da legitimidad al programa nuclear de Irán, desde el momento que las restricciones son por unos años, aunque no pocos?
- Por supuesto; y a un programa nuclear militar, grande y desarrollado, que es el punto al que llegó Irán en estos últimos años, violando las reglas. Obama dijo que luego de esos años Irán podrá ser un país más del Tratado de No Proliferación nuclear con un programa nuclear civil y que hasta podrán ayudarle.
¿Qué valor tiene todo esto si no tenemos ninguna indicación de que algo cambió en el interés iraní de tener un programa nuclear militar? En estas condiciones, de todos modos no podía haber un buen acuerdo. Las condiciones básicas conducían a un mal acuerdo. De aquí, lo que resta ver es si debemos hablar de malo, muy malo o terrible.
- Aquí hay algo clave, muy de fondo. De la meta original de no permitir un Irán nuclear se pasó a un objetivo diferente, sólo a alejar a Irán de la bomba, a un año de la misma. ¿no es así?
- Exactamente. Dijeron abiertamente que la meta es alejar a Irán 12 meses de la producción de la bomba, y no dos o tres como está hoy. Habían dicho que frenarían para siempre el plan nuclear iraní. Hace dos años el objetivo no era postergarlo diez años.
Sé que hay quienes dicen que no es terrible, que muchas cosas pueden cambiar en diez años, pero olvidan que es una retirada de lo prometido antes, que dan legitimidad a Irán, un país tan agresivo en Oriente Medio.
Pero hay otra cosa más clave todavía: olvidan que cuando se alcanza capacidad nuclear, es irreversible.
- Y el tema aquí es la combinación entre poderío nuclear y el tipo de régimen que gobierna Irán, porque países con armas nucleares ya hay otros...
- Exactamente. Un país que prometió no desarrollar un plan nuclear militar pero hizo otra cosa, escondiendo y engañando, mintiendo. Eso también dice algo sobre el país; es su palabra ante convenciones internacionales. Un país que no da ningún valor a lo que promete, que engaña, que no dice la verdad a la comunidad internacional.
Tiene una narrativa mentirosa. Y el problema es que el otro lado está dispuesto a hacer la vista gorda. Uno de los puntos más simbólicos es que Irán exigía que en ninguna resolución del Consejo de Seguridad se diga que hacía algo ilegal. ¿Por qué? Porque es su narrativa, alegar que no hizo nunca nada ilegal en el tema nuclear, porque sabe que eso influye en las relaciones internacionales. Y las potencias ceden en lugar de entender cuán peligroso es.
Y entonces Irán dirá siempre que nunca se presentaron pruebas de que hizo algo que está mal, que todo lo que hizo fue en el marco de un programa nuclear civil, que todo lo que hizo la comunidad internacional contra Irán fue ilegal.
- ¿Por qué hacen pues esta concesión?
- Los norteamericanos se convencen a sí mismos de que no importa lo que hubo en el pasado y que el acuerdo será bueno de ahora en adelante, pero hacen caso omiso totalmente de la importancia de la narrativa iraní, que tiene una fuerza muy clara en las relaciones internacionales.
No se puede decir que es sólo un cuentito, que digan lo que quieran. No. Las narrativas influyen también en la práctica y luego cobran su precio.
- ¿Cree que hay aquí de fondo un deseo de trabajar con Irán contra el Estado Islámico (EI)?
- Es parte de la historia, aunque no necesariamente se trata de algo puntual sólo ante el EI. Se puede alegar que hay algo más global todavía, que Obama quiere cambiar sus relaciones bilaterales con Irán. Cuando entró a la Casa Blanca por primera vez dijo que extiende la mano y que quiere cambiar las relaciones con los enemigos. Quiere este éxito en el área de las relaciones exteriores.
Hay quienes dicen que no es sólo esto, sino que Obama tiene interés en que Irán sea el ancla en la región, pero no sólo en cooperación contra el EI. Según este argumento, dado que Irán tiene incidencia en tantos conflictos en la región, puede ser clave en la solución de los mismos, y se lo quiere colocar como parte de la solución.
- Aunque también se lo puede ver como el problema. Israel y los estados del Golfo alegan que es el principal elemento desestabilizador en la región. ¿Hay aquí ingenuidad de parte de la Administración Obama y de Europa? ¿Es apropiado hablar en estos términos o es simplemente cuestión de un determinado encare conceptual?
- No me gusta llamarlo «ingenuidad» porque creo que esas etiquetas no ayudan. Creo que el problema es que tenemos una administración que adoptó una dirección y un enfoque equivocado en las negociaciones, una administración que rechazó todo criticismo intentando presentar a todos los críticos como quienes están buscando guerra, como quienes no entienden la situación. La arrogancia de la administración y su falta de disposición a escuchar que quizás se puede hacer las cosas de otra forma, a muy altos niveles, fueron muy grandes.
Hay aquí otros intereses. Creo que lo correcto no es hablar de ingenuidad sino de una administración que comete errores. Y son errores que podemos ver claramente a lo largo de las negociaciones.
Y el error fundamental fue la profunda falta de comprensión del tipo de negociaciones que estaban en juego.
- ¿A qué se refiere?
- Hay diferentes tipos de negociaciones. Aquí no era una negociación entre adversarios que por un conflicto político tienen interés en buscar un acuerdo, por lo cual tienen que sobreponerse a años de hostilidad, haciendo ambos concesiones para que se llegue a un término medio y ambas partes ganen algo del resultado. Las negociaciones con Irán no debían ser en absoluto en base a ese modelo. Es algo totalmente diferente.
En estas negociaciones, había dos partes desiguales en el sentido que Irán es un país que violó el Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras que el otro lado actúa como representante de la comunidad internacional, con la responsabilidad que esta le da, según las condiciones de dicha convención. La responsabilidad era devolver a un país que había transgredido, a los límites de la convención. Es otra cosa. No es una negociación en la que una parte tiene que ceder ante la otra, sino que es un lado, Irán, que violó las reglas y mintió, el que debía hacer concesiones para volver al Tratado.
Los P5+1 tenían una misión encomendada: garantizar que Irán vuelva al seno del Tratado de No Proliferación nuclear. El que lo hayan decidido mediante negociaciones, no puede hacer olvidar el objetivo que debían tener las negociaciones: obligar a Irán a cumplir con lo necesario. Claro que es una negociación muy difícil porque Irán quiere preservar su capacidad para llegar a poderío nuclear y el otro lado tenía que impedirlo. Pero esa debía ser la situación.
Ellos tenían la responsabilidad de ganar y de imponer su voluntad sobre Irán.
Pero en los últimos meses se ha hablado de esta negociación como algo en lo que ambas partes tienen que ceder. Y no es así. Con esto, ganó nuevamente la narrativa iraní.
- ¿Hay algún punto positivo en este acuerdo?
- No hay aquí lugar para optimismo. Veo sólo escenarios problemáticos. Creo que Estados Unidos no entiende bien al régimen iraní. Creen que este acuerdo conducirá a una línea más moderada en Irán y a un deseo de mejorar las relaciones con Estados Unidos. Pero eso no es lo que se dice en Irán.
- Parecería inclusive que Jamenai ha radicalizado sus posturas, al menos en cuanto a la terminología que usa.
- Por supuesto; dice constantemente que Estados Unidos es Satanás, que no quieren cooperar con ellos. ¿Qué más tiene que decir para que se entienda su enfoque?
- ¿Diría que Estados Unidos y Europa traicionaron aquí a Israel y a sus aliados árabes en Oriente Medio?
- Creo que aquí el tema no es Israel ni tampoco Oriente Medio solo. Esto no era algo que la comunidad internacional debía arreglar para Oriente Medio. Es un problema de ellos también, un problema del Tratado de No Proliferación Nuclear, un problema de seguridad global. Decir que nos traicionaron es alegar que debían hacer esto para nosotros, pero no es así. Debían hacerlo por ellos mismos.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay