La Liga Árabe decidió mantener las sanciones económicas impuestas a Siria y se negó a dar un nuevo ultimátum a Damasco para que acepte la misión de observadores y el plan con el que pretende poner fin a la espiral de violencia que ensangrenta el país desde hace meses.
El secretario general de la organización, Nabil Elaraby, explicó que el régimen del presidente Bashar al-Assad planteó nuevas condiciones para la llegada de los mencionados observadores, unas exigencias relacionadas con cuestiones que nunca se han tratado.
Fuentes diplomáticas árabes aseguraron que la Liga Árabe está en el camino de informar a Siria de su rechazo a las condiciones e indicaron que las nuevas exigencias de Damasco ponen a la organización contra la pared. "Siria sólo está perdiendo el tiempo y no quiere una solución", agregaron las fuentes, aludiendo a la espiral de violencia y represión policial que envuelve el país desde que a principios de año estallaran las protestas populares.
La respuesta de la Liga Árabe se produce un día después de que el portavoz del ministerio de Exteriores sirio, Yihad Maqdissi, declarara que su país respondió positivamente a la iniciativa de la organización internacional y que está abierto a la admisión de observadores que garanticen el cumplimiento de un alto el fuego por parte del gobierno.
Más de 4.000 personas han perdido la vida en Siria desde que el pasado marzo el régimen decidiera reprimir por la fuerza las protestas populares en demanda de reformas, según datos de la alta comisionada de la ONU de Derechos Humanos, Navi Pillay, para quien el país parece encaminado hacia una guerra civil.