Millares de personas volvieron a congregarse en la Plaza Tahrir de El Cairo para gritar su indignación por la brutalidad de la Junta Militar egipcia.
No sólo por las 17 muertes de civiles de esta semana, sino también por el trato denigrante que las Fuerzas de Seguridad dispensan a los manifestantes. Una brutalidad de la que la cúpula militar egipcia trata de desmarcarse, pese a las evidencias, reflejadas en fotografías y vídeos, de que los militares golpearon y dispararon con fuego real a los manifestantes.
Las imágenes de una joven con velo a la que los antidisturbios propinaron una brutal paliza mientras le arrancaban la ropa estuvo también en el origen del lema de la protesta: "Recuperar el honor y defender la revolución".
Una testigo del hecho resumió el sentimiento de indignación que recorría Tahrir: "Nos trataron como animales. Es intolerable lo que hicieron con las mujeres, que para nosotros, los musulmanes, son sagradas. Somos más musulmanes que los partidos islamistas que no están aquí", declaró.
Se refería a los Hermanos Musulmanes, que decidieron no participar en la protesta aunque emitieron un comunicado en el que reconocían el derecho de la población a expresar su disgusto con el régimen. Tras ganar con notable holgura las dos rondas de las legislativas que se celebraron hasta ahora, los islamistas se han convertido en los principales aliados de la Junta y se contentan con mantener la fecha de las elecciones presidenciales que fue fijada para el próximo verano, tal como desean los militares. A medio plazo, el agotamiento que se observa en la sociedad egipcia podría beneficiar a los islamistas.
Los seguidores de la Junta Militar dirigida por el mariscal Husein Tantawi trataron de acallar a los manifestantes de la Plaza Tahrir usando sus propias armas. Para ello convocaron una contramanifestación en otra plaza cairota, la de Abasiya. Varios centenares de personas intentaron allí emular a los opositores pero con argumentos opuestos a los que estos esgrimen. Los partidarios de los militares apelaron al conservador argumento del orden, que según ellos será lo que permitirá relanzar la economía y el turismo.
Protestas contra la Junta, aunque menos numerosas que en El Cairo, también se celebraron en Suez, Alejandría y otras ciudades, en las que igualmente hubo concentraciones de apoyo al régimen.