El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Jacob Lew, aseguró hoy que la caída del régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, «es solo cuestión de tiempo» ya que Estados Unidos y sus aliados llevan acabo una fuerte presión financiera que está haciendo resentir su gobierno.
A su vez, Al-Qaeda expresó su respaldo a la revuelta popular en las calles de Siria, mientras la Liga Árabe llamó al Consejo de Seguridad de la ONU a enviar una misión de paz para detener el derramamiento de sangre.
Una resolución aprobada por los ministros de la Liga Árabe reunidos en El Cairo llamó a abrir canales de comunicación con la oposición siria y entregar todas las formas de apoyo material y político para ello.
La resolución no dejó claro si la fuerza conjunta propuesta de la Siria involucraría soldados armados, como en misiones previas de la organización internacional.
La televisión siria citó a su embajador ante la entidad calificando la decisión como «una violación flagrante de la carta del grupo y un acto hostil que socava la seguridad y estabilidad de Siria». «Esta decisión refleja el estado de histeria y error en que están viviendo algunos países árabes, particularmente Qatar y Arabia Saudita, tras su último fracaso en el Consejo de Seguridad de la ONU por conseguir una intervención extranjera en Siria», añadió.
En este marco, Jacob Lew insistió en que «la brutalidad del régimen sirio es inaceptable y tiene que terminar», cosa que no tiene duda de que ocurrirá. Sin embargo, el funcionario de la Casa Blanca aseguró también que EE.UU no va a proporcionar armas a los rebeldes sirios que están tratando de derrocar a Al Assad ya que «lo último que necesita Siria es más violencia».
Según Lew, la transición por la que debe pasar Siria, «de la tiranía a la democracia, es muy difícil y el pueblo tiene que manejarla de una manera que funcione para el país».
Mientras tanto, el líder de Al-Qaeda, Ayman al-Zawahri. instó a los sirios a no confiar en los gobiernos de Occidente ni en los árabes en su levantamiento. Describió a Al Assad como un carnicero y pidió a los musulmanes en Turquía, Irak, Líbano y Jordania que ayuden a los rebeldes.
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