El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, alabó la actuación del Gobierno sirio y la de su presidente, Bashar al-Assad, frente a la insurgencia y las manifestaciones antigubernamentales que se extienden por el país desde hace un año, asegurando que Teherán siempre estará detrás de su principal aliado en Oriente Medio.
El Gobierno iraní, de confesión chiíta, apoyó las revueltas en Egipto, Libia y Yemen, que provocaron la caída de sus dirigentes, pero mantuvo su apoyo al presidente sirio, Bashar al-Assad, miembro de la minoría alawita, una escisión del chiísmo.
«Estoy feliz porque las autoridades sirias están gestionando bien la situación. Espero que vaya mejorando día a día», señaló Ahmadinejad durante una reunión con el enviado especial de Al Assad, Faisal Meqdad.
Ahmadinejad agregó que no existen límites a la hora de impulsar las relaciones con Siria y que Irán hará «todo lo que esté en su mano para apoyar a este país».
El presidente iraní acusó a los países occidentales de aliarse con los estados árabes para expulsar a Al Assad y mejorar la posición de Israel en la región. «Al realizar falsas declaraciones sobre la necesidad de defender a la gente, los estadounidenses quieren controlar Siria, Líbano, Irán y otros países y debemos estar alerta y preparados ante cualquier maniobra», indicó Ahmadinejad.
La semana pasada, Estados Unidos y Reino Unido acusaron a Teherán de vender armas a Siria que se utilizan en la represión, aunque Teherán y Damasco niegan las acusaciones.
Al principio, Teherán rechazó los movimientos opositores en Siria, aunque a medida que fue avanzando la represión, el Gobierno iraní instó a las autoridades sirias a impulsar reformas políticas y poner en práctica algunas de las peticiones de los manifestantes.
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