Los ataques personales, la religión y las proclamas contra Israel, marcaron el primer debate electoral en la historia de Egipto, entre los principales candidatos a las elecciones presidenciales egipcias, Abdel Moneim Abul Futuh y Amr Musa.
Difundido por dos televisiones privadas, el debate, que había creado grandes expectativas en Egipto, enfrentó a Musa, exsecretario general de la Liga Árabe y de tendencia nacionalista laica, con el islamista moderado Abul Futuh, exmiembro de los Hermanos Musulmanes, que parten como favoritos en los sondeos.
Los lances personales quedaron de relieve desde el primer momento, con Musa centrado en desacreditar a Abul Futuh por su «doble discurso», y con el islamista empeñado en presentar al diplomático como un remanente del régimen de Hosni Mubarak.
«Abul Futuh emplea un doble lenguaje: es salafista con los salafistas y liberal con los liberales», alegó Musa, dentro de sus esfuerzos por dibujar a su contrincante como hipócrita y contradictorio.
Frente a él, Abul Futuh recordó el pasado de Musa como ministro de Exteriores de Mubarak durante una década, y se preguntó: «¿Cómo puede un hombre que perteneció al antiguo régimen solucionar los problemas que creó ese mismo régimen?».
Musa se defendió con el argumento de que abandonó por su propia voluntad el Gobierno porque no estaba de acuerdo con sus políticas, y contraatacó vinculando a Abul Futuh con los Hermanos Musulmanes, que controlan el Parlamento.
«Estoy en contra de los partidos religiosos, porque su base es la división. Las fuerzas religiosas dañan la cohesión social y tienen objetivos que, de conseguirse, pueden dividir a Egipto», dijo Musa.
La religión fue uno de los grandes ejes que recorrió el debate de inicio a fin, con Abul Futuh firmemente partidario de la «sharia» (ley islámica) y Musa interesado en afianzarse como el candidato laico.
Abul Futuh acusó a su rival de pretender excluir a la mayoría del pueblo egipcio con sus críticas a las fuerzas de inspiración religiosa.
Mientras que el islamista abogó por un Estado democrático independiente que pone la «sharía» y sus principios por encima de todo, Musa defendió que se mantenga el artículo dos de la Constitución, que estipula que la «sharía» es la fuente principal de legislación, porque también reserva el derecho a los no musulmanes de recurrir a sus propias leyes religiosas.
Ambos candidatos lanzaron proclamas en contra de Israel, aunque Musa se mostró cauteloso respecto a la relación con el Estado judío.
«Tenemos grandes desacuerdos con Israel y una gran parte de nuestro pueblo lo considera el enemigo, pero el presidente tiene que gestionar esa realidad con sabiduría en lugar de seguir lemas y consignas que pueden conducir a un choque para el que quizás no estemos preparados», subrayó el exjefe de la Liga Árabe.
El debate duró casi cinco horas, con una interrupción de 30 minutos para reponer fuerzas.
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