"Atacar a Irán o abstenerse de hacerlo; ambas opciones son peligrosas", afirma el General ® Giora Eiland, ex Asesor de Seguridad Nacional de Israel. Eiland es hoy uno de los investigadores destacados en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv.
- Combinando su condición de ciudadano israelí con su trayectoria, por la cual sabe de estos temas evidentemente mucho más que el habitante promedio ¿cómo se siente usted respecto al debate público que se está dando en Israel en las últimas semanas acerca de si atacar o no las instalaciones nucleares de Irán?
- Por un lado es imposible evitar un debate así porque cuando todos dicen que este es el tema más importante para Israel y el primer ministro afirma que es lo más preocupante, no puede ser que un país con una democracia tan dinámica como la israelí no lo lleve a cabo. Por otro lado, un verdadero debate, a fondo, no puede ser público, ya que es imposible poner sobre la mesa todas las consideraciones a favor y en contra de un ataque. Y comencemos por lo más sencillo: cuando se habla de la posibilidad de un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán, lo primero que debe analizarse es cuál es nuestra capacidad militar, cuáles son los riesgos y las probabilidades, cuán exacta es la información de inteligencia que tenemos, cuán seguros estamos de poder alcanzar un logro significativo. Y este tipo de debates no se puede realizar en forma abierta y pública.
- Y finalmente, claro está que la decisión final la toma el gobierno...
- Es que el público no tiene más remedio, finalmente, que confiar en la decisión de las autoridades; que elijan entre una de dos opciones... y ambas son peligrosas.
- ¿O sea?
- Es muy peligroso atacar a Irán y tiene mucha razón todo el que menciona los riesgos al analizar la situación. Pero también es muy peligroso abstenerse de hacerlo, no atacar, porque eso significa que en dos años, o quizás menos, Irán podrá tener armas nucleares. Es necesario comparar entre los dos riesgos, y únicamente el gabinete puede tomar una decisión al respecto, en base a toda la información que se le pone en conocimiento.
- Pero el riesgo está íntimamente ligado a las probabilidades de éxito de un operativo ¿verdad? Es que si se considera que con un operativo se logra, por ejemplo, destruir el programa nuclear de Irán - aunque por todo lo que se ha publicado parecería que este no es el caso - ese es un escenario determinado a tener en cuenta al calcular los riesgos. Pero si de antemano se estima que lo único que se lograría sería, por ejemplo, postergar el programa por uno o dos años, quizás no valga la pena el riesgo... Aquí la clave es el equilibrio entre los riesgos y las probabilidades ¿no es así?
- Tiene razón. Si se supone que todo lo que se logra, a modo de ejemplo, es demorar el programa nuclear en dos meses, es una cosa; un escenario en el que probablemente no valga la pena correr riesgos. Pero si se estima que se lo demorará en diez años, es otra cosa totalmente diferente.
- De todos modos, esta no es la única consideración ¿verdad?
- Claro que no. Yo creo que hay una diferencia clave entre un operativo de este tipo y otra acción militar en la que siempre se analizan costos y ganancias, o riesgos y chances de éxito. Un operativo militar contra Irán tendría dos significados de fondo. Uno es que Irán querrá responder contra Israel, sea directamente o activando a agentes como Hezbolá en territorio libanés y quizás otros. O sea que no sería un operación que es bueno que funcione pero que si no funciona podremos decir: "no es terrible, no pasa nada..." ya que tanto si va bien como si va mal, habrá respuestas. Este es uno de los peligros.
Pero hay también otro peligro, de dimensión estratégica internacional. Si actuamos en Irán y muy especialmente si tenemos éxito en el operativo, la reacción iraní probablemente sea no sólo contra Israel sino contra intereses norteamericanos especialmente en el Golfo Pérsico, cuyo resultado podría ser una especie de guerra por el petróleo que lleve a una alza del precio a 200 dólares por barril, por dar un ejemplo. Esto tiene un significado estratégico a nivel mundial. O sea que aquí hay que analizar muy a fondo todas las consideraciones. Y me parece imperioso que Israel consulte con Estados Unidos, ya que está claro que lo que hagamos influirá también sobre intereses norteamericanos.
- Cuando usted mencionó el aspecto internacional, yo pensé enseguida en las complicaciones políticas que Israel podría sufrir. ¿Esto también es relevante en el momento de decidir?
- Es relevante. Y claro está que para Israel, en ese sentido, el país más importante a tener en cuenta es Estados Unidos. Podemos analizar los posibles extremos. Si Estados Unidos nos dice en forma directa, por ejemplo en una conversación personal entre el presidente y el primer ministro, que Israel no ose pensar siquiera en un ataque militar ya que Estados Unidos no está dispuesto a lidiar con el precio que eso le significaría, es algo tan importante que puede llegar a impedir un ataque. Si, por el contrario, en el otro extremo, Estados Unidos dice "no les diremos qué hacer, pero si atacan, tienen garantizado nuestro respaldo político y, si es necesario, también militar contra todo tipo de reacción contra ustedes", ese es otro cuadro muy distinto.
Por lo tanto, todo lo que Israel estima o quizás sabe, que podría ser la reacción de países como Estados Unidos ante todo, pero también Reino Unido, Francia y Rusia, debe ser tomado en cuenta antes de tomar una decisión.
- La otra cara de la moneda de una eventual "luz verde" de Estados Unidos, sería que estarían alentando a Israel a hacer el trabajo sucio, aunque saben que la amenaza iraní es tal no sólo para Israel...
- Este es el tipo de cosas que nadie puede prometer de antemano. Mucho depende del resultado. Creo que podemos decir que "no hay nada más exitoso que el éxito". Si el operativo es exitoso, aunque nos condenen, es indudable que muchos actores de la arena internacional estarían agradecidos y satisfechos si atacarámos a Irán con éxito. Pero si fracasamos y lo que logramos es que Teherán acelera su programa nuclear alegando que los agresores somos nosotros y que Israel empezó, atacando además a otros países, el escenario sería otro, porque esos otros países afectados dirán que todo es culpa nuestra, exigirán sanciones, y todo se complicaría.
- El éxito tiene muchos padres y el fracaso es huérfano, claro está. El tema de éxito o fracaso está relacionado a la capacidad militar de Israel. Estimo que usted no podrá entrar en detalles, pero intentaré preguntarle: ¿Israel tiene la capacidad de realizar un ataque así de modo que logre dañar el programa nuclear iraní y cambiar la situación actual?
- En primer término, no lo sé, porque no estoy en un cargo que me permite saberlo. Además, no necesariamente la respuesta es "sí" o "no". El tema es cuánto "sí" y cuánto "no", porque no depende sólo de qué sabemos hacer, sino también de qué sabe hacer la otra parte. Es justamente sobre eso que no se puede debatir públicamente.
- El primer ministro Netanyahu, creo que ya antes de asumir el cargo, cuando era jefe de la oposición, dijo que el gran riesgo acá es la combinación entre un Irán con poderío nuclear y un tipo de régimen como el de los Ayatollas. ¿Está usted de acuerdo? Es que poderío nuclear tienen también otros, no todos amantes de Israel. ¿El problema radica en este régimen, en figuras como Khamenai y Ahmadinejad?
- Sí; creo que este es un elemento muy cierto. Se combinan un régimen que por supuesto es extremista, pero que en lo que a Israel se refiere, siente casi como misión lograr su destrucción - es el único país del mundo que dice que eso debe suceder - y la posibilidad de fuerza nuclear en sus manos es muy peligrosa.
Pero el peligro no radica solamente en la posibilidad de que ataquen a Israel mañana de mañana con esas armas. No es que tendrán la bomba y al día siguiente atacarán. No son tan tontos como para arriesgarse a tal punto. El peligro es más amplio, porque apenas Irán tenga armas nucleares, en ese mismo instante, aumenta su hegemonía en Oriente Medio. Desde ese momento, todo conflicto que estalle en la zona, será bajo un "paraguas" nuclear iraní. Todo tipo de enfrentamiento, por ejemplo con Irán y Siria, ya tendría otro sentido porque Irán, para proteger a Siria, podría subir su alerta nuclear, colocando así a Israel en problemas en cuanto a sus opciones de acción.
Esto creo que es mucho más complejo que el riesgo de que realmente nos ataquen con armas nucleares.
- Para terminar ¿Israel tiene como defenderse de una eventual reacción de Irán?
- Si estimamos que un ataque israelí sería antes de que Irán alcance poderío nuclear, y que por ende la reacción iraní no sería nuclear, creo que podemos decir en términos generales que Israel sí se puede defender. El sistema de misiles "Jetz" (Flecha) tiene como objetivo proteger a Israel de cohetes de largo alcance que puedan llegar desde Irán, pero nadie puede garantizarlo. Seguramente caerían aquí misiles muy duros. Si Hezbolá se suma con todo su arsenal, aunque ya lo vivimos, no es agradable. No creo que Siria se incorpore ahora a algo así, porque está ocupada con sus cosas internas, aunque a veces aquí las cosas se dan a la inversa. No es sencillo. Claro está que si Israel ataca a Irán, deberá tener en cuenta de antemano que también será atacado.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay