Richard Kemp, destacado analista y experto en temas de seguridad, es coronel retirado del ejército británico. Comandó el Equipo de Terrorismo Internacional del gobierno de Gran Bretaña y se desempeñó además como comandante de las tropas de su país en Afganistán.
Hace unos días participó en una conferencia en Jerusalén, lo cual nos dio la oportunidad de entrevistarle.
- Coronel Kemp, quisiera comenzar con una pregunta sobre el caso que tanto ha complicado a Israel con la flotilla que quería llegar a Gaza. ¿Cómo analizaría usted cuáles fueron los problemas por los cuales Israel se complicó tanto?
- Creo que hubieron dos problemas centrales en este fracaso. El primero es la falta de Inteligencia, de información exacta sobre con qué se toparían las fuerzas a bordo. Eso es clave y no tengo duda de que Israel se da cuenta de que hubo aquí una seria falla. Espero que aprenda la lección al respecto. El segundo, es la forma en que las fuerzas israelíes abordaron el barco. Creo, contrariamente a lo que dicen quienes critican ahora a Israel, que el problema es justamente - en base a lo que yo vi de las filmaciones - que la tropa estaba demasiado decidida a llevar a cabo el operativo en forma no agresiva, sin entrar en confrontación y sin chocar violentamente con la gente a bordo.
No llegaron preparados para lidiar con la violencia que los esperaba. Eso fue un gran error. Los israelíes deberían haber ido esperando lo peor. Si hubieran ido decididos a utilizar de inmediato granadas de choque y gases lacrimógenos para dispersar a los violentos y quitar la iniciativa de manos de la gente a bordo, lo que pasó no habría pasado.
A pesar de eso, no tengo duda de que la responsabilidad por la muerte de esa gente, recae sobre los hombros de los violentos que atacaron a los soldados israelíes ya que si no lo hubieran hecho, no habría sucedido nada. La mejor prueba de ello fue que aunque las tropas abordaron otros cinco barcos, nadie sufrió heridas porque no hubo violencia. Creo que esa es la forma de analizarlo.
- ¿Había otras opciones, cree usted?
- Había otras opciones; por ejemplo tratar de desviar los barcos bloqueándoles el camino con buques de guerra. Pero eso podría haber resultado en un choque en alta mar, quizás con más muertes todavía. Claro que se podría haber saboteado los barcos, pero también eso puede causar complicaciones porque debido a fallas en alta mar; puede haber un choque y otros imprevistos; todo eso podría haber provocado más muertes.
Ante la difícil situación en la que se hallaban, ya que los israelíes estaban decididos a impedir que los barcos lleguen a Gaza, creo que no tenían muchas opciones.
- Hace unos días, cuando estalló la crisis actual, el vice canciller de Israel, Danny Ayalón, dijo que lo sucedido a bordo del barco turco debe ser visto como parte de la lucha entre las democracias y el terrorismo. ¿Está usted de acuerdo con este enfoque?
- Yo diría que con lo que lidiamos hoy es con una insurrección global, un nuevo fenómeno que no teníamos antes. Es una combinación de violencia jihadista mundial y de la globalización que permite internet, el viaje abierto y barato a diferentes partes. Todo junto desemboca en una situación en la que numerosos países del mundo - no sólo democracias - están ante insurgencias violentas.
- ¿Israel es simplemente el primer frente en todo esto, por ser un Estado judío, por toda su situación? ¿Tiene razón Israel al decir "puede que seamos los primeros, pero no somos los últimos"?
- Creo que Israel sin duda va al frente, pero recordemos que hay muchos otros países que se enfrentan a este fenómeno en diferentes escalas, como Pakistán, que lidia con radicales islámicos sumamente peligrosos. Diferentes países han sufrido ataques de extremistas religiosos - como Gran Bretaña y España - aunque no en la magnitud sufrida por Israel. Y sin duda también otras naciones de Oriente Medio han sufrido atentados de extremistas, como Egipto y Jordania.
- Los críticos de Israel alegarán que la diferencia es que Israel ocupa a los palestinos y que por eso es atacado, aunque sabemos que la motivación de no pocos de sus enemigos es el fundamentalismo islámico y la jihad global, a pesar de que no lo admitirán públicamente ante las cámaras occidentales...
- Me parece que hay diferentes movimientos en el mundo que se presentan como movimientos "de liberación" aunque esa no sea su motivación. Hamás dice que actúa para liberarse de Israel, pero Israel no está ocupando el territorio de Gaza. De hecho, recordemos que Israel se retiró de toda Gaza hace ya unos años, pero desde entonces ha sido objeto del disparo de numerosos cohetes desde allí hacia su territorio. El argumento de Hamás según el cual combate la ocupación israelí, es falso. No hay duda al respecto.
- ¿Qué respondería usted entonces al argumento palestino de que Israel actúa como ocupante aunque no tenga soldados adentro, ya que controla las fronteras de Gaza, no permite el libre pasaje sin restricciones de los palestinos a Israel y ha impuesto un bloqueo a la franja?
- Todo gobierno tiene el deber, ante todo, de proteger y defender a su gente. Eso es lo principal para cualquier gobierno, también para el británico, el norteamericano, el israelí, para todos los gobiernos del mundo. Si el pueblo de Israel es objeto de ataques con cohetes desde Gaza, creo que el su gobierno no tiene más remedio que tomar medidas para intentar detenerlo. Si el bloqueo es la mejor forma de lograrlo, eso tendrá que decidirlo el gobierno israelí al ver cómo proteger a su gente. Pero lo clave es que ésta no es una acción caprichosa del gobierno israelí para perjudicar a los palestinos sino una respuesta a la agresión de Hamás.
- Yo sé que no se puede generalizar y que no todos reaccionan igual. Pero hay, en situaciones como la actual, un tipo de reacción de parte de muchos en el mundo, que hace caso omiso de las aclaraciones de Israel y toma como hecho consumado y puro todo lo que dicen quienes realmente se oponen a los más básicos valores de libertad y democracia. ¿Cómo explicaría usted este fenómeno?
- Hay varios elementos. Por un lado, es un hecho que Israel también ha cometido errores y tiene la culpa de ellos...
- Por supuesto...
- Pero creo que es más significativo señalar que absolutamente todos los países involucrados en conflictos armados, cometen errores. No sólo Israel. También mi país. Creo que Israel no sabe presentar bien su caso. Debe estar más preparado para abrir más sus propias fuerzas de seguridad al escrutinio de periodistas de adentro y de afuera. A todos los ejércitos les cuesta hacerlo. El ejército británico y el norteamericano han tenido serias dificultades al respecto, pero creo que han logrado mejor que Israel adaptarse a los desafíos que presentan los medios hoy en día. Y por supuesto, no podemos olvidar un elemento clave: hay una campaña internacional sumamente sofisticada y organizada, de propaganda contra Israel, controlada por organizaciones extremistas como Hamás y Hezbolá y países como Irán. Orquestan una serie de actividades claramente antiisraelíes y las usan tal cual usan a sus propias poblaciones civiles como arma de guerra.
- Eso es muy fuerte...
- Por supuesto. Pero a mi criterio hay un elemento más. Muchos países árabes en Oriente Medio condenan públicamente a Israel pero en su fuero íntimo y en marcos privados, están de acuerdo, ya que ellos mismos temen a sus propios extremistas islámicos y sus movimientos nacionalistas que pueden desestabilizar sus gobiernos. Por su parte, algunos países occidentales, como Gran Bretaña y otros de Europa, tienen importantes poblaciones islámicas y tienen que tener un ojo puesto en eso. Creo que al menos en parte, esto explica la situación.
- Cuando hablamos de la comunidad internacional, la sensación es que la batalla diplomática de Israel está casi perdida de antemano, ya que sabe que la organización internacional que suele ser presentada como símbolo de legitimidad mundial, es la más automáticamente hostil a Israel, la ONU. Allí, dictaduras y violadores de derechos humanos, están en la Comisión de Derechos Humanos...
- Sí; hay que tener mucho cuidado con cuán serio se toma organismos como la Comisión de DDHH de la ONU. Si ponen a Libia al frente, ya entendemos de qué se trata. La mayor parte de los países que forman esa comisión son responsables de las violaciones de derechos humanos más graves inclusive que aquellas de las que acusan a Israel. Es una organización que podría, potencialmente, hacer mucho bien al mundo, pero no es esa la realidad y por lo tanto, cuesta tomarla en serio.
- Durante la guerra en Gaza hace más de un año, usted dijo en la BBC, mientras era entrevistado como analista militar, que nunca en la historia de las guerras un ejército había hecho tanto esfuerzo por minimizar las víctimas civiles como las Fuerzas de Defensa de Israel estaban haciendo en ese momento. ¿Cree que se lo puede presentar como una característica de base del ejército israelí, que los israelíes suelen decir es el ejército "más humano" del mundo?
- Sé que Israel tomó medidas claras y fuertes para garantizar la vida de los civiles en Gaza durante la operación "Plomo fundido". No significa que no hayan muerto civiles inocentes porque sí murieron...
- Así es, e Israel nunca lo negó...
- Por supuesto. Es parte, lamentablemente inevitable en un tipo de conflicto como el que Israel tuvo que librar contra un enemigo que colocaba a su propio pueblo en la primera línea de fuego, que sacrificaba a sus propios civiles para atraer a Israel a atacar. Lo hemos visto también entre los Talibanes en Afgnistán. Pero Israel tomó medidas extraordinarias para minimizar el riesgo a los civiles que no creo que ningún otro ejército haya tomado en la historia de las guerras. Creo que las fuerzas de la OTAN en Afganistán han aprendido algunas de las lecciones de Israel e intentaron tomar medidas similares, aplicadas en un operativo reciente de gran envergadura en ese país.
- Durante la guerra, cuando usted seguía los acontecimientos, tras lo cual llegó a esa conclusión que declaró en vivo en la BBC ¿se sorprendió?
- No, para nada. Trabajé con oficiales israelíes en el pasado y he estado en contacto con instancias del gobierno israelí. Los conozco, sé lo que son y sé que son un ejército que aunque culturalmente tienen un trasfondo diferente, comparten nuestros valores aunque trabajan en condiciones muy distintas y complejas. Contrariamente a la forma en que se los caracteriza, no son un ejército de carniceros, en absoluto. Me habría sorprendido llegar a una conclusión distinta, porque los conozco.
- Los cínicos dirán que no es gran cosa compartir valores con el ejército norteamericano y el británico, a los que muchos al menos en Latinoamérica, tildarán de inmediato de "imperialistas"...
- Pero creo que ni Estados Unidos ni Gran Bretaña podemos ser caracterizados hoy de imperialistas. Por cierto tampoco Israel. Es cierto que Gran Bretaña tuvo un pasado imperial, pero fue hace mucho. Yo, como soldado, jamás serví en un ejército imperial que haya buscado conquistas imperiales, sino todo lo contrario. Casi todas los operativos en los que he estado involucrado fuera de mi país se desarrollaron en el marco de misiones de paz e intentos de combatir a extremistas violentos, intentando garantizar ayuda humanitaria a zonas necesitadas. También Estados Unidos ha desplegado grandes esfuerzos y dedicado cuantiosos recursos a la entrega de ayuda humanitaria en diversas partes del mundo.
- Hay otro elemento interesante al comparar el ejército israelí y otros de países más grandes. Ha pasado en más de una ocasión que, por ejemplo, al disparar hacia una célula terrorista que estaba lanzando cohetes hacia Israel, se desvió un proyectil por una falla técnica o un cálculo mal hecho y causó estragos matando civiles. Al debatir cómo lidiar con el terrorismo, en Israel se dice en general que está claro que lo que a los "grandes", como el ejército norteamericano, no le causará serias complicaciones si pasa algo así, a Israel sí, y que hay errores que otros cometen, que a Israel nadie se los perdonaría. No digo que haya que "perdonar" errores que cuestan vidas a inocentes, sino que Israel no puede "permitirse" esos errores que otros también cometen...
- Sí, y realmente pasan estos tipos de cosas. Todos los ejércitos cometen errores y en todos hay fallas tecnológicas. El año pasado, el ejército alemán lanzó un ataque aéreo en el norte de Afganistán que terminó con la muerte de más de 90 civiles. Eso fue claramente un error; no había intención alguna de matar a esos civiles. Pero es cierto que no hubo un clamor mundial. Es cierto también que el gobierno alemán fue duro consigo mismo al respecto, pero sabemos que si eso le hubiera pasado a Israel, habría habido un clamor masivo a nivel internacional. Se le exige a Israel un nivel moral mucho más alto que al resto del mundo. El problema es que cuando se lucha contra un enemigo como Hamás, es totalmente imposible evitar totalmente bajas civiles. Es simplemente imposible.
- ¿Y esto significa también que las democracias - al menos Israel - lleva las de perder de antemano en esta guerra, dado que la otra parte no tiene reparos en usar a sus propios civiles, en mentir e inventar cualquier tipo de difamación?
- Los países democráticos están limitados por las reglas de guerra, por consideraciones morales y humanitarias y por el escrutinio de los medios nacionales e internacionales. Está bien que así sea, pero el problema es que todo eso los coloca en una situación de desventaja ya que los extremistas a los que se enfrentan, no tienen ninguna de estas limitaciones; no sólo desconocen el derecho internacional, sino que deliberadamente lo violan usando a sus propios civiles para provocar a la otra parte a atacarlos; así violan las normas jurídicas. Claro que usan a sus civiles también, simplemente, para protegerse a ellos mismos. Esa es una gran desventaja, pero es parte de la naturaleza del conflicto que estamos librando.
- ¿Cree que estamos en medio de un choque entre civilizaciones?
- No lo caracterizaría así. Miremos la situación en Gran Bretaña.Tenemos una importante población musulmana, pero sólo una pequeña minoría está en favor de la violencia y apoya que se la use. Creo que también es cierto en otras partes del mundo, donde la mayoría de las poblaciones musulmanas se opone a ver sus vidas arruinadas por los extremistas. Por eso diría que es una batalla entre pequeños grupos de extremistas y los gobiernos en diferentes partes del mundo. No diría que es un choque entre civilizaciones.
- El problema es que las minorías radicales suelen ser las que hablan más fuerte, a viva voz. Y en las manifestaciones, inclusive en Londres, no se ve a poca gente, se ve a muchos radicales. El problema no es sólo apoyar abiertamente el terrorismo...
- Sí, es cierto. El problema será por mucho tiempo más. Deberemos seguir luchando manteniendo nuestra superioridad moral pero también actuando contra los extremistas que levantan cabeza. Deberemos hacerlo en países como Yemen, Somalia, Afganistán, Pakistán, trabajando con las fuerzas de seguridad de los mismos, para impedir que Al Qaeda y otras organizaciones extremistas concreten sus planes violentos en diversos ataques. Muchas de estas organizaciones que combinan y coordinan cosas por internet, aún necesitan valerse de un territorio en el cual entrenarse y hacer cosas en la práctica; ahí entramos nosotros, en Occidente, para intentar impedírselos.
- ¿Qué le sugeriría usted a Israel hacer? Seguramente la crisis que acaba de vivir, no fue la última.
- Israel tiene que proteger a su gente, debe cuidarse de organizaciones extremistas como Hamás y Hezbolá. Claro que lo mejor sería si los grandes actores de la arena internacional, como Estados Unidos, pudieran presionar efectivamente a los países que apoyan ese extremismo. Pero mientras tanto Israel no tiene más remedio que enfrentarse a los problemas cuando ocurren. Creo que Israel debe seguir imponiéndose a si mismo el máximo estándar moral, ya que seguirá siendo estudiados por todos. Y debe hallar una forma de presentar mejor su caso y su perspectiva al mundo.
Fuente: Semanario Hebreo de Montevideo