Está llegando a Montevideo el Vice Primer Ministro y Ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Moshé Yaalón, invitado como orador a la Convención Internacional de B'nai B'rith. Yaalón, ex Jefe del Estado Mayor de Tzáhal, se sumó al partido Likud tiempo después de finalizar su servicio militar. Es considerado uno de los ministros más allegados al Primer Ministro Benjamín Netanyahu.
- Ministro Yaalón, usted va a Uruguay invitado por la B'nai B'rith, pero también se reunirá con autoridades uruguayas. ¿no es así?
- En efecto, llego para participar en la Convención internacional de B'nai B'rith, pero aprovecharé la oportunidad para encontrarme con las autoridades, con el Presidente de la República y con otros ministros y diversas figuras a fin de compartir con el liderazgo en Uruguay nuestra visión respecto a temas que consideramos importantes para Israel, para Uruguay y para el mundo en general. Y claro está que será también una forma de aportar a las relaciones bilaterales entre Uruguay e Israel. O sea que también la agenda política será apretada.
- Y en las relaciones bilaterales claro está que se combinan tanto concordancias como discrepancias...
- Así es. Tanto Israel como Uruguay son países democráticos que comparten intereses comunes en lo relacionado al deseo de preservar un mundo estable y el bienestar económico. También compartimos valores democráticos. Al mismo tiempo, hay discrepancias. No siempre las cosas pueden verse desde el continente en el que se halla Uruguay tal cual nosotros las vemos aquí en Israel. Por eso me es importante compartir con el liderazgo, con las autoridades uruguayas, cómo vemos nosotros las cosas, cómo interpretamos los cambios que se están dando en Oriente Medio, que algunos llaman de "primavera árabe" y yo creo que son más un "invierno islámico". Expresaré nuestra opinión al respecto por cierto y acerca de qué es lo que consideramos que hay que hacer en esta situación.
- Imagino que Irán no quedará fuera de la agenda.
- Por supuesto. También presentaré mi visión respecto a lo que consideramos es el peligro del régimen extremista de Irán que constituye una amenaza no sólo al Estado de Israel sino a la estabilidad del mundo en general. Y por cierto que hablaremos también de temas relacionados a la situación con los palestinos, que suben cada tanto a los titulares. Hay una variedad de tópicos a tratar junto a nuestros amigos en Uruguay.
El problema de Irán
- En mayo último entrevisté en Montevideo al Canciller Luis Almagro, quien me habló abiertamente de la relación con Irán, aunque sostenía que no se trata de un giro en términos de acercamiento político sino más que nada comercial. Esta interpretación no es por cierto compartida por todo en Uruguay. ¿Cuál es a su criterio el problema? ¿Uruguay no entiende la amenaza de Irán? ¿Hay otros intereses de por medio?
- Creo que cuando se mira a esta región desde lejos, no siempre se captan todos los matices. Y es comprensible. Un país como Uruguay es natural que mire ante todo lo que sucede en los países cercanos a sus fronteras mientras que nosotros tenemos ya una larga experiencia de años de lidiar con los desafíos en nuestra zona. Y es natural que veamos que hay cosas que no siempre resultan muy claras, tampco a nuestros amigos en el mundo. Y esto es cierto también en lo relacionado a la amenaza iraní, que lo es no sólo para Israel sino para el mundo occidental todo, la cultura occidental. Es un régimen mesiánico y apocalíptico que quiere imponer su Islam, no sólo en la zona sino en el mundo todo. Tienen hoy entrada en América Latina, en los países del ALBA, especialmente Venezuela, aprovechando esa presencia también como plataforma para intentar entrar a Estados Unidos, tal cual parecía quedar claro recientemente con el intento de asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington, utilizandolas rutas de narcotraficantes desde México. Es algo que puede desarrollarse en los países del continente.
En Oriente Medio vemos el rol negativo que desempeña Irán, tanto en Líbano sobre Hezbolá, que es una amenaza para Israel, y sobre Hamás, el Jihad Islámico palestinos y otras organizaciones terroristas, como intentando desestabilizar a Bahrein apoyando a los que desafìan al régimen, en Yemen, en Irak, en Afganistán. Apoyan con dinero, armas, conocimientos e impulso a perpetrar atentados en regímenes moderados. Y creo que desde Uruguay no siempre se ve todo con la gravedad que nosotros lo vemos desde acá. Hace poco hubo una explosión en una planta iraní en la que se fabrican, entre otras cosas, misiles capaces de llegar a una distancia de 10.000 kms, lo cual ya alcanza a Estados Unidos. O sea que las aspiraciones del régimen iraní no son sólo locales sino mundiales. Por eso, es bueno que nuestros amigos en Uruguay lo conozcan, sean conscientes de la envergadura de la amenaza y se acoplen a todos los que temen por la estabilidad y la paz del mundo para lidiar con este serio problema.
- Aunque está claro que cada país debe respetar la soberanía del otro, lo cual incluye la independencia en la adopción de políticas oficiales ¿Diría usted que al llegar a Uruguay también aconsejará a sus interlocutores que tengan cuidado con el acercamiento a Irán?
- Por supuesto. Creo que justamente como amigos, es importante que compartamos lo que sabemos, la información que tenemos sobre las amenazas que supone el régimen iraní y su deseo de desestabilizar al mundo, también en América Latina.
- Y en estos días se multiplican las informaciones sobre explosiones misteriosas en distintos puntos de Irán: primero una planta relacionada a la fabricación de misiles, luego un sitio vinculado al programa nuclear... Esto se suma a los virus potentes en el sistema de computación relacionado a ese programa, a la desaparición o asesinato de científicos nucleares... ¿Cree que todo es producto de una misma mano misteriosa que está actuando? ¿Hay, en su opinión, algo organizado? ¿Es otra forma de combatir el plan nuclear de Irán?
- Creo que es mejor dejarlo a nivel de "siata dishmaya" (con la ayuda de Dios).
- Dicho sea de paso ¿hay solución militar para el peligro nuclear de Irán?
- Considero que ante todo Occidente debe irradiar determinación. Si bien el Presidente Obama y otros dirigentes han dicho que de una u otra forma hay que impedir que Irán alcance capacidad atómica militar. Eso hace imperiosa una estrategia que lleve a un aislamiento político del régimen iraní, de duras sanciones económicas contra él y apoyo a la oposición iraní, así como una opción militar creíble. Estos cuatro elementos deben ser claros en el enfoque de Occidente. Cuanto más efectivos sean los otros medios, menos habrá que pensar en la opción militar. Si el régimen iraní llega a una situación en la que comprende que las opciones son una bomba atómica o su preservación, optará por seguir existiendo, estoy seguro. Por lo tanto, la determinación occidental es lo que debe lograr que el régimen iraní deje de lado la búsqueda de la bomba nuclear.Si no hay más remedio, alguien tendrá que usar la fuerza.
- ¿Alguien? ¿Solo? ¿Israel tendría que actuar?
- No voy a entrar en eso, pero está claro que el Estado de Israel, por supuesto, tiene la esperanza de que los demaás cumplan con esa frase conocida de que otros hacen el trabajo por los justos. Pero si es necesario, tendrá que defenderse; también si comprende que todo depende sólo de si mismo.
- O sea que no se descarta la opción militar...
- Ninguna opción es quitada de la mesa.
Los palestinos, Israel y Uruguay
- Hablábamos antes de las discrepancias entre Israel y Uruguay y el tema palestino ha sido clave. Uruguay ha estado a favor de aceptar la iniciativa unilateral palestina en la ONU y también votó a favor de que Palestina sea aceptado como miembro de la UNESCO, a pesar de las explicaciones israelíes sobre la importancia de que un Estado palestino sea creado en negociaciones bilaterales. ¿Cómo explica usted el tema, dada la tradicional amistad de Israel con Uruguay, que jugó inclusive un rol protagónico en la resolución de la partición, clave en el camino hacia la creación del Estado de Israel?
- Creo que en los últimos años muchos países del mundo, Uruguay entre ellos, aceptaron la manipulación palestina, como si hubiera un conflicto iniciado en 1967, que va a terminar en las fronteras del 67, aunque no lo hemos oído explícitamente de ningún líder palestino, tampoco de Abu Mazen. Lo que nosotros decimos es algo basado en los hechos: el conflicto no comenzó en 1967. Y de acuerdo a todo lo que aprendimos de la experiencia del proceso de paz desde Oslo, ni Abu Mazen, ni Arafat antes que él, y por supuesto tampoco Hamás, dicen que el conflicto se terminará totalmente con una fórmula territorial en las fronteras de 1967. Y eso creo que no lo tienen suficientemente claro todos nuestros amigos, como en Uruguay. El corazón del problema es que haya un liderazgo que esté dispuesto a reconocer la existencia de Israel como Estado nacional del pueblo judío, en cualquier frontera. Eso no está claro.
Desde Oslo, y de hecho hasta ahora, nadie se comprometió a que un término medio territorial será el fin del conflicto y las exigencias. Al contrario. Arafat esquivó en su momento las negociaciones en Camp David y fue a la guerra terrorista que ellos llamaron Intifada Al Aqsa, y Abu Mazen esquivò llegar a un acuerdo con Ehud Olmert, con distintos argumentos, y ante nosotros evita sentarse siquiera a negociar. Todo eso no siempre le queda claro tampoco a nuestros amigos en el mundo, que tienden a veces, con cierta ingenuidad, caer en la trampa palestina que pretende mostrar todo como si hubiera acá un conflicto entre una entidad colonialista ocupante y que todo gira en torno a Judea, Samaria y la Franja de Gaza. Y creo que nosotros, en el gobierno de Israel, tenemos bastante lo que decir porque comprendemos cuál es el problema, la envergadura del desafío y lo que consideramos que hay que hacer. Espero tener la oportunidad de plantear estos puntos.
- ¿Iría usted más lejos y diría que si los palestinos se comprometen al fin del conflicto y a que no habrá nuevas exigencias luego de firmado un acuerdo, Israel estará dispuesto a reconocer a un Estado palestino independiente?
- Creo que el Primer Ministro lo dijo en forma muy clara tanto en el discurso en la Universidad de Bar Ilan como en la Knéset, en el Congreso norteamericano y ante la Asamblea General de la ONU. EXtendiò una mano a la paz y las negociaciones, pero los que rehusan venir a negociar son los palestinos. A pesar de ello, se espera que Israel se acerque más a ellos, que tenga gestos y haga concesiones para traerlos a la mesa. Estamos cansados de esta dinámica. Estamos dispuestos a sentarnos a negociar en cualquier momento y a tratar todo, pero que esté claro que hay temas en los que debemos recibir respuestas claras. Tenemos que saber si al final de un proceso de negociaciones, el liderazgo palestino estará dispuesto a reconocer el derecho de Israel de existir como Estado judío. Hasta ahora, la respuesta ha sido terminante: "no". Tenemos que saber si algún tipo de compromiso territorial, en fronteras acordadas por las dos partes, llevará al fin de las exigencias. Por ahora dicen que no. Hay temas claves de seguridad que deben ser aclarados. Tenemos una experiencia amarga con los palestinos. Todo territorio que les entregamos desde el acuerdo de Oslo, se convirtió en un paraíso para terroristas y nido de terroristas, plataforma de partida de terroristas suicidas. Desde Gaza, la plataforma es de lanzamiento de cohetes hacia Israel. O sea que en lugar de territorios por paz recibimos territorios a cambio de mil muertos nuestros en atentados palestinos, o territorios de Gaza a cambio de misiles hacia el sur de Israel. Creo que los palestinos son los que tienen que mostrar sus buenas intenciones, pero por ahora rehusan siquiera sentarse a negociar. Y a pesar de ello, hay quienes nos acusan a nosotros.
- ¿Cree que hay algo en el comportamiento del gobierno de Israel que lleva a esta situación en la que, según usted explica, aunque los palestinos son los rehusan volver a negociar, Israel es presentado como el responsables? ¿No hay algo que están haciendo mal?
- Aclaremos ante todo que sí hay quienes nos comprenden y ven la situación tal cual es. Pero también hay quienes se aferran a veces de cosas que se dicen inclusive dentro de Israel, sea en la oposición al gobierno o en otros marcos, que se acusan a si mismos, o sea acusan a Israel como responsable. Por un lado, la jefa de la oposición dijo que el gobierno de Olmert casi llegó a un acuerdo con Abu Mazen, pero por otro alegó que eso no se concretó porque hubo elecciones en Israel. Eso no es cierto. Las memorias de la ex Secretaria de Estado norteamericana Condoleeza Rice hacen justamente referencia a la impresión que ella sintió por la generosa oferta de Olmert a Abu Mazen, a la que éste responrió que no. Es serio entonces cuando oímos acusaciones entre nosotros mismos que carecen de fundamento, como alegar que el obstáculo para el logro de la paz son los asentamientos; y afuera hay quienes se aferran de todo esto.
- ¿Cree que del lado israelí no se cometen errores?
- No digo eso; pero en términos generales creo que el gobierno lleva adelante una política correcta y acertada. Estamos dispuestos a sentarnos de inmediato a negociar. No queremos controlar a los palestinos. Tienen sus instituciones y hasta tienen dos entidades políticas, una en Gaza, Hamastán o gobierno de Hamás, y otra en Judea y Samaria. Estamos dispuestos a ayudarles para que puedan confiar en su vecino; pero no quieren siquiera sentarse a negociar. Y no estamos dispuestos más a pagar para que ellos acepten negociar. No digo que nunca nos equivocamos, pero creo que realmente nosotros no tenemos la culpa de que no haya acuerdo entre Israel y los palestinos.
¿Unidad palestina?
- Usted mencionó con cierto cinismo que "hasta tienen dos entidades". Al Fatah y Hamás hablan de unidad y en el gobierno de Israel la percepción es que se trata de un truco, que no es algo que realmente podrán concretar. ¿Para qué cree que lanzaron esa iniciativa? ¿Está relacionado a los intentos de ser recibidos en la ONU como Estado miembro sin que se pueda decir que están divididos?
- No. Hay presiones desde el mes de marzo, de parte de la calle palestina, tanto sobre Al Fatah como sobre Hamás, para que se reconcilien y formen un gobierno de unidad. Ninguna de las partes está interesada en ello y por lo tanto están por ahora en un proceso de anuncios y declaraciones. Pero no es algo que se pueda concretar auténticamente en el terreno; no hay esencia de fondo, ya que las diferencias entre las partes son abismales. Hamás no dará entrada a la Autoridad Palestina en Gaza y la AP no se la dará a Hamás ni en Judea y Samaria ni en las instancias de la OLP.
En el encuentro que mantuvieron recientemente Abu Mazen y el jefe de Hamás, Khaled Mashal, no se pusieron de acuerdo en nada sustancial. Pero les resulta cómodo presentar un supuesto proceso. Nada aquí de fondo conduce a una reconciliación. Son rivales. Claro que nosotros no tenemos ningún interés en que esta fachada de intentos de reconciliación les permita maniobras en la arena internacional. Pero por ahora no pasò nada ni estimo que vaya a pasar algo serio porque las diferencias entre ellos son muy serias. Y espero que la comunidad internacional continúe exigiendo a Hamás que para sumarse al liderazgo de la Autoridad Palestina, cumpla las condiciones del Cuarteto internacional. Pero no piensan cumplirlas; lo sabemos; y por eso no pasa nada.
- Y si eventualmente, aunque no sea auténtico, sí forman un gobierno de unidad nacional que incluya a Hamás ¿eso, desde el punto de vista de Israel, pone fin a toda posibilidad de negociar con ese gobierno?
- Las condiciones del Cuarteto internacional para poder ver en Hamás un gobierno legìtimo, son terminantes. Tienen que ver con el reconocimiento de Israel, con el reconocimiento de los acuerdos ya firmados con la OLP y con la renuncia al terrorismo. Mientras Hamás rechace esas condiciones, no es legítimo, por más que esté en tal o cual gobierno. Espero que la comunidad internacional también continúe viéndolo así, como ilegítimo.
Imaginen: cohetes en Montevideo
- Hablamos antes de los cohetes de Hamás. Sabemos que el problema que esa amenaza supone, no se mide únicamente en cantidad de muertos, en el hecho que cada cohete Qassam o cada misil Grad no mata a diez personas. ¿Còmo podría usted explicar ahora en Uruguay, por ejemplo, el significado de esa amenaza?
- Creo que puedo decir sencillamente que toda persona que vive, por ejemplo, en Montevideo, piense cómo viviría si en unos pocos minutos cayera un cohete sobre su casa, sobre su barrio, su ciudad; si tuviera que vivir cerca de un refugio para alcanzar a correr a èl y resguardarse. Esa es la situación en la que viven aproximadamente un millón de israelíes en ciudades del sur como Beer Sheva, Ashdod, Ashkelón y otras. Viven bajo esa amenaza diariamente, dependiendo de las decisiones de Hamás, Jihad Islámico o cualquier otro grupo que decide lanzar cohetes. Por eso reaccionamos fuerte cuando nos provocan con todo esto. Eso es lo único que impide que disparen todos los días. Hay disuasión porque saben que el precio que deben pagar por la provocación es alto. A pesar de ello, esto sigue sucediendo cada tanto y el precio que pagamos es insostenible. Por eso digo que puede entender el significado de todo esto ,por ejemplo, un habitante de Montevideo si imagina que está ahora en la calle, llevando a sus hijos a la escuela, o en camino al trabajo, a encontrarse con un amigo o en camino a un evento cultural, y de repente suena la alarma y tiene que correr a resguardarse. Es insoportable vivir así. Y así viven hoy en el sur de Israel.
El futuro de Israel
- Eso se vive en el sur; se vivió una amenaza similar de parte de Hezbolá en el norte; Estos días cayeron katiushas en la Galilea; está Irán de fondo. ¿Cómo se sigue adelante con todo esto de fondo?
- El movimiento sionista lidia con esta situación hace ya 120 años y el Estado de Israel, desde su independencia, hace ya casi 64 años. A pesar de ello, el Estado de Israel es un país floreciente. Es fuerte económicamente también en tiempos de altibajos económicos en el mundo, es líder en diferentes campos en la ciencia y la tecnología, tiene agricultura avanzada y sofisticada también en el desierto, tiene un ejército fuerte; aunque no tiene grandes recursos ni naturales ni mucha gente. A pesar de ello, aunque no hay aquí mucha agua, todo israelí que abre la canilla en su casa, tiene agua. Esta no es la situación alrededor nuestro, ni en Damasco, ni en Ammán ni en El Cairo. Y esto deriva de nuestro secreto, nuestros cerebros y nuestros corazones, el conocimiento y el espíritu. Y asì como hemos salido airosos y logramos avanzar, florecer, desarrollarnos, salir adelante, desde el comienzo del sionismo, seguiremos haciéndolo, a pesar de todas las amenazas. Lo hemos hecho en épocas mucho más difíciles todavía. Es cierto que sigue habiendo amenazas y sigue habiendo quienes no están dispuestos a aceptar aquí nuestra presencia. Recordemos que con Irán, por ejemplo, no tenemos ningún conflicto territorial. Lo que no aceptan es nuestra existencia misma en la zona; no quieren aquí "infieles", ni judíos, ni cristianos ni budistas. Por lo tanto tendremos que seguir defendiéndonos, defendiendo nuestro derecho de seguir viviendo aquí tal cual deseamos. Soy optimista respecto al futuro de Israel.
- O sea que a pesar de que usted sabe más de lo que sabe por supuesto el ciudadano israelí promedio, usted no está desesperado.
- Por supuesto que no. Al contrario. Yo observo y comparo lo que tenemos hoy como ciudadanos en un país de abundancia y lo que tuvieron nuestros padres o nuestros abuelos, y no hay punto de comparación. Mis abuelos maternos rezaban "el año que viene en Jerusalén" y no lograron concretarlo porque fueron asesinados en la Shoá. Mis abuelos paternos llegaron a la tierra de Israel a comienzos del siglo pasado y tuvieron que lidiar con un sinfín de dificultades. Y veo lo que tenemos nosotros y lo que tienen nuestros hijos y es otro mundo. El cambio es positivo; y todo esto me da optimismo respecto al futuro de Israel.
Las amenazas internas
- Ministro Yaalón, quisiera hacerle una pregunta sobre algo que está sucediendo en la arena interna israelí, que preocupa a no pocos. Me refiero a una serie de proyectos de ley, en parte ya aprobados preliminarmente, que la oposición y no sólo en el Parlamento, se ven como anti-democráticos, como iniciativas tendientes a coartar libertades o a limitar a la Suprema Corte de Justicia. ¿No cree que se está cruzando una línea roja?
- En Israel se vive una democracia muy dinámica, fuerte, auténtica, con muchas discusiones. Gracias a Dios parte de la fortaleza judía deriva del pluralismo y de distintas ideas. Bien conocemos eso de dos judíos y tres sinagogas. En la situación actual, cuando identificamos ciertos desequilibrios en el sistema democrático que debe pasarse en balances internos y vemos amenazas internas, creo que hay proyectos de ley que claro que hay que ver que no exageren, que tienen la intención de lograr esos balances. Está por ejemplo el tema de la Suprema Corte de Justicia, que yo seré el último que la ataque, ya que considero que debe ser sumamente respetada. Pero es cierto que en los últimos años han ocurrido algunas cosas que algunos vemos con preocupación, sea por el tema del así llamado "activismo jurídico".
- La línea marcada en su momento por el entonces Presidente de la Suprema Corte, el juez Aharón Barak, que determinó que todo tema en debate en Israel puede ser llevado a la mesa de los jueces supremos...
- Así es... O está también el tema de nombramientos homogéneos de gente que representa más o menos al mismo público. Nosotros, en el gobierno, consideramos que en la Suprema Corte deben estar reflejadas distintas ideas, y por eso hoy estamos interviniendo en el proceso de nombramientos a fin de que la Suprema Corte no sea homogénea, así como también para frenar a la Suprema Corte y evitar que intervenga en temas que atañen al Poder Ejecutivo, temas en los que los jueces no tienen que entrar. Por eso, con todo el respeto a la Suprema Corte, creo que debe haber balances y equilibrios.
- Usted habló también de "amenazas internas"...
- Asì es. Creo que Israel es una democracia que se tiene que defender. Si hay elementos, sean árabes o judíos, que desafìan la idea misma del hogar nacional judío, no digo que hay que cerrarles la boca, pero sí tenemos derecho a impedir que gobiernos extranjeros los financien. Es inconcebible. ¿En qué otro lado pasa algo así? ¿Qué dirían en España si un gobierno extranjero financiara a los grupos separatistas vascos que desafían al gobierno central? Nadie habla de coartar la libertad de expresión, pero permitir financiación de afuera o de fondos árabes, es otra cosa.
- Cuando se habla de amenazas internas ¿cree que fenómenos como el de extremistas de derecha que imponen lo que se llama su "precio" (tag mejir) y atacan blancos palestinos o israelíes en protesta por tal o cual actitud de las autoridades, también son preocupantes?
- Por supuesto. Sumamente. Sin duda. Eso desafìa a la ley, al Estado de derecho. Nadie puede tomar la ley en sus manos, actuando violentamente contra otros, sea atacando físicamente a alguien o dañando bienes materiales. En el Estado, la forma de solucionar los conflictos es a través de las instancias del Estado, en forma legal, por medio de la policía y los tribunales. Quien toma la ley en sus manos y decide atacar a otros o a sus bienes, lanza una amenaza muy seria a Israel como Estado de derecho. Creo que tampoco es una actitud propia del judaísmo. Y es un fenómeno que condeno terminantemente.
- Usted fue Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel. ¿Què opinión le merece lo que está sucediendo ahora, lo que se ve como un intento de creciente influencia religiosa ortodoxa en el ejército mismo? Ha estallado a la polémica pública por el tema de soldadas en coros a los que soldados religiosos dijeron que no podían escuchar. ¿Le preocupa?
- Tzáhal, las fuerzas de Defensa de Israel, son el ejército del pueblo. Como tal, debe permitir el servicio de soldados religiosos y de quienes no lo son, así como de no judíos que sirven en sus filas, sea en servicio obligatorio como drusos y circasianos o voluntarios, beduinos y árabes, y por supuesto servicio de mujeres. Ultimamente hay no pocos temas que surgen como focos de choques entre soldados religiosos y soldadas mujeres, como en el tema del canto público. Creo que el ejército tiene que poner lìmites muy claros. En el pasado también hubo intentos de rabinos de influir en direcciones extremas religiosas en el ejército. El ejército debe frenarlo. En Tzáhal se respeta el shabat aunque no todos lo hacen en su vida particular. En Tzáhal la comida es kasher aunque en la vida particular no todos comen kasher. O sea que hay consideración. Pero que haya quienes exigen o dicen que las mujeres no presten servicio militar o que soldadas mujeres no pueden cantar en coros del ejército, es algo que el ejército tiene que ponerle límite. Es una radicalización que perjudica a las mujeres soldadas, a las oficiales. Hay que permitirles hacer el servicio con normalidad, son importantes, aportan mucho. El ejército no tiene que permitir que rabinos tales o cuales conduzcan a un proceso de radicalización religiosa dentro de él.
- Me gustaría terminar volviendo a su viaje a Uruguay. ¿Qué sabe de Uruguay? ¿Qué le han contado?
- Sé, ante todo, que es un país hermoso. Así lo afirman todos los que lo conocen. Me cuentan que tiene buena gente, un lindo pueblo, y que me resultará interesante encontrarme con sus autoridades, así como también una comunidad judía cálida con la que me encontraré. Por todo esto, tengo muchas expectativas de cara a mi viaje y mis encuentros en Uruguay.
- Muchas gracias.
- Gracias a usted.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay