La psiquiatra infantil y psicoterapeuta, Dra. Miri Keren, dictará conferencias en Montevideo. Antes de llegar a Uruguay, respondió a unas preguntas.
- Dra. Keren, quisiera ante todo agradecerle por su disposición a concedernos esta entrevista, a pesar de que la contactamos cuando ya se hallaba en un congreso en Europa, en camino a Uruguay. Ante todo, me gustaría preguntarle cómo nació este proyecto de su visita a Uruguay. ¿De qué se trata exactamente?
- La idea nació a raíz de una visita que realicé hace un año a Buenos Aires, en cuyo marco brindé dos conferencias sobre psico-patología en la etapa del amamantamiento, o sea hasta los 3 años, y sobre las formas de tratamiento comunes en esas situaciones.
- Usted dicta charlas sobre el área de la salud mental infantil. Estimo que es demasiado amplio preguntar cuál es la experiencia de Israel en este tema ya que se trata de todo un mundo ¿verdad? ¿O considera usted que Israel tiene logros en este tema que vale la pena destacar?
- Sí; vale la pena por diversos motivos. Ante todo Israel es uno de los pocos países en los que la preparación de psiquiatra infantil incluye en forma igualitaria tanto los enfoques psicoterapéuticos como los tratamientos médicos. Además, en lo referente específicamente a la edad en la que el niño aún es amamantado, que es la etapa a la que yo me dedico, diría que Israel es bastante especial por la cantidad de unidades dedicadas al tema de la salud mental del bebé en proporción al tamaño de la población. Hay siete a lo largo del país. Es por ello que Israel se halla en un muy buen lugar en el mapa de la psiquiatría mundial de la edad de la que estamos hablando. En el mes de abril, justamente, fui electa Presidenta de la Asociación Mundial.
- ¿Qué influye sobre la salud mental de los niños? Me imagino que no se puede realmente dividir en porcentajes tajantes la influencia de aquello con lo que se nace, de lo aprendido, adquirido, lo externo... tanto de los padres como de la sociedad en la que el niño vice y crece…
- La concepción más común hoy en día para comprender el desarrollo normal y el anormal abarca diversos elementos y es dinámica; o sea, hay una interacción continua entre los datos biológicos y genéticos del individuo, tanto del niño como del adulto, y los datos de su ambiente, de su medio. Eso incluye el carácter de los distintos eventos con los que se encuentra en su vida.
Los tres primeros años de la vida del bebé son sumamente especiales porque ese es también el período en el que hay un mayor crecimiento del cerebro. La forma de actuar de los padres, la salud física y mental de los padres, el funcionamiento familiar y el apoyo comunitario, son elementos medioambientales de gran importancia para la situación emocional y el desarrollo del niño. Hechos traumáticos pueden cambiar el curso del desarrollo especialmente si provoca daños estructurales.
- ¿Hay situaciones puntuales en las que uno simplemente se rinde, o siempre hay que partir de la base que inclusive cuando no se puede curar, sí se puede ayudar, moderar, quizás brindar momentos de felicidad a pesar de las dificultades?
- La psiquiatría del niño no es distinta del resto de la medicina; o sea que hay enfermedades difíciles y hay alternaciones más leves. Es muy difícil saber quién reacionará a un tratamiento y quién no; por lo tanto está prohibido rendirse. En muchos casos, como en la medicina general, no se trata de una cura completa sino de un alivio y la mejora en el nivel de vida.
- ¿Es más difícil hoy en día dedicarse a su área? Los niños de hoy están expuestos a muchos estímulos negativos, el acceso al alcohol y las drogas es grande y hasta algo que puede servir y enseñar, como la computadora, trae peligros, más que nada si se la usa en forma exagerada o incorrecta, con exposición a materiales negativos...
- La verdad es que es un tanto difícil responder a esa pregunta ya que no he sido médica en otra área que no sea ésta. Parecería que la vida es más compleja porque hay más posibilidad de de elección, menos reglas claras de antemano y por ende, mayor confusión. Pero creo que así como hay más peligros, también hay más chances.
- Me imagino que a menudo debe asesorar a padres preocupados. ¿Cuáles son las preguntas más comunes? ¿Qué consejos suele dar a menudo?
- Es una pregunta muy general. La respuesta depende por cierto del problema identificado en el niño. Si se trata de una alteración psicótica, eso es mucho más complicado que una alteración por pánico o angustia. Mi principio de fondo es presentar a los padres un cuadro auténtico, pero dejar al mismo tiempo abierta la posibilidad de cambio y esperanza; o sea, no entrar a un intento infructuoso de adivinar el futuro.
- ¿Qué importancia le da el Estado de Israel al tema de la salud mental infantil? ¿Dedica presupuestos y esfuerzos dignos o es un tema que depende del trabajo de asociaciones sin fines de lucro?
- Por un lado, hay un servicio público bueno, pero, por otro, los recursos no nos resultan satisfactorios cuando queremos desarrollar programas de tratamiento temprano en la edad en la que el bebé aún mama, por ejemplo para familias en las que hay violencia o abandono o dejadez. No hay suficiente personal y no hay suficientes recursos gubernamentales para salud mental y bienestar social.
- Dra. Keren, usted viene a compartir su experiencia con sus anfritriones y escuchas en Uruguay. ¿Es esta una situación en la que también puede aprender de las experiencias de otros?
- ¡Por supuesto! Estaré con profesionales que acumularon experiencia. Para mí, el encuentro entre culturas es algo apasionante.
- Para finalizar, una pregunta que no se refiere a su profesión. ¿Qué sabe de Uruguay antes de llegar? ¿Qué espera ver?
- No sé mucho, salvo que la gente es trabajadora y seria; y que la comunidad judía es muy significativa.
- Que sea con éxito Dr. Keren. Y muchas gracias por su tiempo.
- Gracias a usted.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay