El tema de la inserción iraní en América Latina preocupa hace tiempo a las comunidades judías en el continente, a los demócratas de diferentes tendencias conscientes de que esta penetración puede terminar en atentados que cobren vidas latinoamericanas y, aunque demoró un poco en captarlo, también a Israel.
Una pieza clave en el mosaico es, como bien se sabe, Venezuela. La Venezuela de Chávez. Al menos hasta esta semana.
Todo comenzó por afinidad ideológica. La declarada hostilidad de Chávez hacia Estados Unidos, despertó el interés en Teherán, donde el 3 de agosto de 2005 asumió como presidente de la República Islámica, Mahmud Ahmadinejad. Muy poco después, ya realizaba su primera visita a América Latina.
La «alianza estratégica» entre ambos países, tal cual la presentaran ambas partes, se convirtió en la principal vía de Irán para evitar las sanciones que le fueron impuestas por su programa nuclear o mitigar al menos su efecto. Fuentes en los servicios de Inteligencia de Israel advierten al respecto en los últimos años y su cancillería se hace eco de ello en los contactos con gobiernos amigos en el continente.
Pero a decir verdad, ya antes de que Israel captara la dimensión del problema en Latinoamérica, hubo quien comenzó a descubrir lo que estaba sucediendo. Según la pesquisa llevada a cabo desde hace unos años por el Centro de Investigación en Washington, el «think tank» American Enterprise Institute, lo que Irán ha ido logrando en forma muy sofisticada, es una base de operaciones en todo sentido en territorio venezolano, en la que actúa con plena libertad. Lo confirma con elementos de Inteligencia y observación en el terreno, cuya naturaleza no puede ser revelada.
Investigadores en el mencionado instituto sostienen que lo que hay allí es una amenaza directa a Estados Unidos y una red financiera-comercial, militar y terrorista que pone en peligro a los propios latinoamericanos.
Roger Noriega, ex embajador norteamericano en la OEA y hasta 2005 asistente del secretario de Estado para temas del hemisferio occidental, advierte desde hace años respecto a la penetración iraní en América Latina. Tras una conferencia que dictó en el Instituto Interdisciplinario de Herzlía en noviembre último, nos dijo no tener dudas de que «las víctimas serán latinoamericanas y hay que tomar conciencia al respecto».
Para su compañero de trabajo, Martín Rodil, nacido en Venezuela, la necesidad de alerter sobre lo que está ocurriendo en su país natal, es casi un asunto personal.
Rodil abandonó Venezuela a los 24 años cuando comprendió el rumbo que tomaría bajo Chávez, y hoy lamenta verla convertida en algo de lo que no sabe cómo se podrá salir. Tampoco ahora que Chávez ha fallecido.
«Descubrimos lo que estaba pasando, casi por casualidad», nos dijo también en ocasión de la reunión en el mencionado instituto israelí de estudios superiores, donde participó en un panel sobre Irán y Amércia Latina. Luego, en una extensa entrevista, reveló detalles.
«A raíz de la investigación de la consultoría privada por un problema que un cliente tenía con alguien del sistema financiero venezolano, se descubrió la presencia iraní, operaciones financieras iraníes. A partir de allí se generó una investigación formal, que se convirtió hoy en el proyecto de investigación del American Enterprise Institute», señaló.
«Fue como comenzar a sacar un hilo pensando que se lo corta de inmediato, y ver que era parte de una enorme madeja. En aproximadamente cinco años y medio, la balanza comercial entre Irán y Venezuela pasó de algo casi inexistente a un salto de 30.000 millones de dólares», agregó Rodil, explicando que el hecho que en la práctica los proyectos anunciados no se concretan no es motivo de calma sino todo lo contrario. «Si anuncian una refinería y al final no construyen ni una farmacia, pero el dinero pasa igual por las transacciones financieras, eso significa que el dinero va para otra cosa», recalcó.
La red financiera iraní en Venezuela
«Irán ha logrado construir una plataforma financiera en Venezuela, paralela a la plataforma que existía en el país», sostiene Martín Rodil. «Crearon su propio sistema financiero dentro del sistema financiero venezolano. Ellos operan internamente con sus bancos, casas de bolsa, las operaciones que hacen, y luego cuando tienen el dinero de alguna manera estructurado, lo trasladan al sistema financiero venezolano que tiene relación con el sistema financiero mundial, product de la industria petrolera».
El ejemplo más emblemático de esa relación es el Banco Internacional de Desarrollo. En Venezuela se llama Banco Universal, que tiene licencia para operar cualquier producto financier que le plazca. Sin embargo el banco no tiene ni una sola agencia que reciba dinero del público. Sólo capta dinero de las empresas iraníes que se han establecido en Venezuela. Entonces se ha convertido en un banco comercial iraní que es propiedad del Banco Saderat de Irán, uno de los más grandes de Irán, sancionado, propiedad del Estado iraní. «La Directiva está compuesta por doce personas. Los doce son iraníes, entre ellos el ex Presidente del Banco Central de Irán, que es el Chairman del banco», asegura Rodil. El problema es que legalmente es un banco venezolano, por lo cual no le alcanzan las sanciones impuestas por Irán.
El rol del gobierno es clave. Según los investigadores, banqueros venezolanos les han informado que cuando en más de una oportunidad han rechazado transacciones financieras iraníes, el gobierno les chantajea de retirar sus fondos si no las hace, lo cual los quebraría como banco.
¿Terminará con Chávez?
La gran pregunta es si acaso la infraestructura armada por Irán en Venezuela - financiera y militar - dependía sólo de Chávez.
«Dependía altamente de él», afirma Martín Rodil. «Estamos viendo una estrategia de Irán de aproximarse a otros países, pero yo encuentro difícil que vaya a encontrar en otros países de la región las mismas condiciones que encontró en Venezuela: un sistema financiero bastante grande como para poder hacer todo lo que ellos hacen, un presidente entregado de forma completa y absoluta a los intereses iraníes, y una sociedad que esté tan sometida como está la venezolana que no tiene ninguna capacidad de poder limitar o detener lo que Irán hace en Venezuela».
La conclusión es que con la desaparición de Chávez, Irán encontraría una situación bastante desventajosa en comparación con la que tenía hasta hoy. Pero el investigador del American Enterprise Institute dice no creer que se podría dar marcha atrás en forma absoluta, aunque sí sería un serio revés para Irán.
Y del lado iraní,no depende sólo del entusiasta empuje que le ha dado Ahmadinejad, que también podría desaparecer del mapa político iraní. «Ya es un asunto de Estado. Venezuela se ha convertido en algo clave para el Irán de los ayatolás».
Esta semana volvimos a conversar con Martín Rodil, actualizando datos e información.
La salud de Chávez, Irán y Argentina
- Martín, desde que realizamos aquella extensa entrevista en noviembre, hubo cambios en la situación en Venezuela. El presidente Chávez falleció, pero ya en los últimos meses estaba claro que su estado de salud se deterioraba seriamente. ¿Qué incidencia tiene este punto en la relación con Irán?
- Esto ha generado una sensación de incertidumbre inclusive para la gente dentro del gobierno y sus apoyos. Los apoyos internacionales de Venezuela son Cuba, Rusia, Irán y China. Este último es meramente comercial y lo que le interesa es cómo le van a pagar la deuda. En el caso de Rusia, lo que le importa es cómo le van a pagar los 12 mil millones de dólares de armas. En el caso de Cuba es cómo le van a seguir dando 100 mil barriles de petróleo por día. El caso de Irán es más complejo porque podrá seguir usando el sistema financiero venezolano y cómo podrá seguir usando a Venezuela como escritorio de operaciones de Hezbolá. Estos dos elementos son los que en este momento están en juego para Irán. Están cuestionados en el hecho que haya sostenibilidad en el futuro para ellos.
- ¿Y por eso tiene que buscar alternativas?
- Claro. Estamos viendo que hay un movimiento muy fuerte y agresivo de Irán hacia Argentina porque están viendo en Cristina Kirchner el sustituto que pueden necesitar ahora que Chávez ya no está.
- Es una afirmación muy fuerte…
- Es así. Ellos están dispuestos a dar. Tienen dinero a pesar de las sanciones. Recuerde que Chávez ha sido una fuente de ingresos para Argentina, así que la pérdida no es sólo de Irán sino también eventualmente para Cristina. Este movimiento de Irán para Argentina, de ofrecer un «acuerdo agradable» - como diciendo que a cambio de negocios concretos podría cortar alguna cabeza por lo de la AMIA - es lo que se está generando ahora. No necesariamente podemos decir que Argentina va a sustituir a Venezuela en todo lo que Venezuela era para Irán. Pero lo que sí va a ser verdad es que Argentina va a jugar un rol mucho más importante para Irán en América Latina que lo que estaba siendo hasta ahora. Es que simplemente están perdiendo en Venezuela. La situación en Venezuela es sumamente compleja, porque este señor se ha muerto y detrás de él dejó un soberano desastre. Un desastre administrativo, socio-económico, político, militar. Chávez destruyó todas las instituciones del Estado. Dejó una deuda gigantesca. Ni siquiera con el barril de petróleo a cien dólares se puede sostener actualmente el nivel de gastos que tiene el Estado venezolano. Eso está haciendo que la sobrevivencia del chavismo, sin Chávez, sea casi nula.
- ¿Nicolás Maduro no sería un buen seguidor?
- Es su elegido pero el problema es que hasta ahora ha mostrado una incapacidad absoluta en el manejo de la crisis. Eso es lo que está poniendo a los cuatro países que ya mencionamos en la posición de cuestionarse la viabilidad del sistema después de Chávez. Ya empieza a haber divisiones muy marcadas dentro del chavismo. Cada uno habla según su interés.
- En la interna del chavismo ¿hay alguno de esos grupos que tiene la misma línea que Chávez en relación a Irán?
- Es una pregunta muy importante. Creo que ninguno de los grupos del chavismo tiene una línea como la de Chávez en favor de Irán. El enamorado e Ahmadinejad e Irán era Chávez. Ni siquiera Nicolás Maduro, porque sabe que no está en capacidad de comprarse el lío con Irán con los norteamericanos. Van a buscar algo más moderado porque es parte del plan de sobrevivencia. Van a estimar, creo yo, que tendrán que bajar el tono a las relaciones con Irán y a la situación de Hezbolá en Venezuela, que es un problema real.
- Y desde el punto de vista argentino ¿le parece que hay de fondo una consideración ideológica en su actitud actual, un deseo de ser identificada plenamente con el bloque chavista contra Estados Unidos?
- Hay también algo de eso, pero además, recordemos que Cristina está en una situación bastante compleja. Tiene pocas alternativas para encontrar recursos financieros para su gobierno. No puede ir al Fondo Monetario Internacional, no puede ir a Europa. Lo que le queda es China. pero no le gusta hacer negocios con ellos porque son capitalistas más salvajes que los propios norteamericanos. Lo otro que tiene es una oportunidad en Irán, que le está ofreciendo un montón de cosas porque lo que andan buscando es crear su propia infraestructura en Argentina.
Hezbolá en Venezuela
- En lo que a Venezuela se refiere, ya decía que hay dos vertientes del problema: Irán y Hezbolá.
- Así es. Creo que es más fácil sacar a Irán que a Hezbolá.
- De todos modos, van juntos. Son quizás otras formas de actuar, pero se nutren y mueven mutuamente. ¿Cuánta gente se estima que hay de Hezbolá en Venezuela?
- Es difícil dar un número concreto, pero como mínimo 1.000 personas, muchas de ellas vinculadas a una red sofisticada de lavado de dinero. No todos son operativos de Hezbolá, agente en campos de entrenamiento, pero estamos hablando de una estructura financiera que posee negocios, cuentas de banco, algo que toma mucho tiempo, trabajo y energía para eliminarlo.
- ¿Ese millar de personas incluye a las células dormidas que esperan la orden de actuar en determinado momento?
- Sí. Y también hay gente que no es necesariamente miembro formal de Hezbolá, pero gente que vive hace muchos años en Venezuela y entra a la órbita de Hezbolá porque les empiezan a usar en su infraestructura financiera. Ahora lo que comprende gente que está junto a Chávez pero que no ve todo en forma idéntica, es que esto tiene un costo. Que ya no está Chávez que legitimaba todo. Que ahora ellos tienen que legitimarlo con la decimal parte del fenómeno popular que era Chávez. No es fácil explicarle a la opinión pública internacional, a Europa y Estados Unidos, que están haciendo negocios con Hezbolá. Es allí donde a ellos se les está complicando la vida, pero también a Irán y Hezbolá. Por eso están buscando otros países en los que puedan entrar y tener algo. No lo mismo probablemente que lo que tenían en Venezuela todo este tiempo, pero algo.
La alternativa
- Y acá entra Argentina…
- Por supuesto.
- ¿Y en los últimos meses ustedes han recabado señales claras en el terreno del cambio de dirección en la política iraní?
- Algo concreto que hemos visto es la reducción significativa de la cantidad de Guardias Revolucionarias iraníes en Venezuela. No puedo dar números, pero sin duda vemos que ha bajado la cantidad de individuos de ellos que entran al país. Lo podemos ver por fuentes en el terreno. Creemos que de alguna manera Irán está jugando un papel con cierta cautela para evitar que si estalla algo en Venezuela ellos estén en el medio.
- No es que alguien les dijo «muchachos, mejor ahora no vengan tanto…»
- No; para nada. Lo están percibiendo solos. Y en medio de la incertidumbre comprenden al parecer que los cubanos podrán fácilmente volver a La Habana si pasa algo, pero para ellos volver a Irán no será tan fácil.
El misil
- Volviendo a Argentina. Otro tema clave que causa polémica es el del misil argentine en cooperación con Irán y Venezuela. Recordemos que en julio de 2011 la propia presidenta Cristina Kirchner confirmó el tema del desarrollo de un misil argentino, en una cena con las Fuerzas Armadas, al hablar del Gradicom, que en Argentina se interpreta como la nueva versión del Cóndor cancelado en los años '90. Hace unos días, el diario «La Nación» de Argentina reveló que eso tiene que ver con Irán y Venezuela, explicando que había un acuerdo entre Fabricaciones Militares (de Argentina) con la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim) para transferir tecnología sobre la utilización de materias primas que pueden ser usadas en combustibles de sistemas misilísticos. La pregunta es ¿qué tiene que ver en esto Irán? Hace ya tiempo ustedes entienden que algo raro estaba pasando al respecto…
- Así es. Nos faltaba una pieza del rompecabezas. Sabíamos que en la fábrica de la empresa Parchin en Morón, Venezuela, se estaba haciendo combustible sólido para misiles, pero no entendíamos para qué, si no tienen el resto del componente. Pero claro; el resto del componente era en Argentina. Recuerde que ya lo hablamos en noviembre durante mi visita a Israel.
- Así es; y usted me decía que sabían que había algo escondido, porque Venezuela alegaba que en Parchin, en una instalación de la industria militar venezolana CAVIM, se había creado una fábrica de pólvora pero que no tenía sentido; no sólo que podían comprar la pólvora en China mucho más barato que lo que cuesta producirla, sino que en mucho tiempo no se había producido nada. Tenían claro que allí había otra cosa.
- Exactamente. Ahora sabemos con certeza que la «fábrica de pólvora» fue hecha por una empresa que hace combustible sólido para misiles. Y eso es lo que Argentina no tiene dentro del programa. En «La Nación» salió publicado al respecto, y el periodista que lo escribió decía que lo que no se entendía era la parte del combustible sólido. Pero ahora sabemos que el combustible sólido lo iban a hacer en Venezuela. O sea que al final lo desarrollan Venezuela y Argentina con componentes iraníes. Uno le explica a otro cómo hacerlo y recibe su parte.
- Y ahí entran las Guardias Revolucionarias iraníes…
- Por supuesto. Ahora entendemos por qué el jefe de la Guardia Revolucionaria iraní para el programa misilístico viajó a ese lugar.
- Viajó tres veces, lo que indica que estaba supervisando algo. Y ya me decía usted hace unos meses que no viaja un general encargado del programa misilístico para ver cómo funciona una fábrica de pólvora…
- Exacto. La relación de Argentina con Irán, para sorpresa nuestra, era mucho más grande de lo que imaginábamos. Ahora están saliendo las piezas por abajo.
- Sobre la visita del general del programa misilístico a Venezuela… Estiman por cierto que de vacaciones no fue…
- No. Además, viajó acompañado de toda la plana mayor del programa. Tenemos pruebas del acompañamiento de todos los generales, incluyendo el ministro de Defensa de Irán. ¿Cómo uno puede creer que Irán, con la situación militar en la que está hoy en día, se da el lujo de mandar a la plana mayor del programa misilístico, junto al ministro de Defensa, a ver dos empresas que están haciendo pólvora en Venezuela? Dígale usted al comandante general de las fuerzas norteamericanas que vaya hoy diez días a Uruguay. ¿A qué?, le va a preguntar. Si le responde que es porque una empresa norteamericana montó una fábrica de pólvora en Uruguay, pues mandará a un teniente; no va a ir él. Lo mismo aplica para Irán, salvando las distancias. Si fuera una vez, vaya y pase; pero si ya son tres veces que va…
- Es porque está revisando algo; viendo cómo avanza algo…
- Por supuesto. Está supervisando algo. Y no es una fábrica de pólvora. Además, en el ultimo viaje de Ahmadinejad le acompañó el jefe del programa satelital de Irán, Mohamad Mohamadi, algo que por primera vez se está revelando aquí en esta entrevista. Y el punto es qué hacía ese señor allí. Pues recordemos que los misiles son controlados por satélite. El satélite es el que le da la señal al misil y corrige su dirección. Entonces… ¿qué hacía ese señor en Venezuela? Son preguntas que la comunidad internacional tiene que hacerse, no especular, pero es obligatorio que se cuestione el fenómeno; no se puede dejarlo pasar como una payasada de Chávez para meterle miedo al mundo.
- ¿Cómo resumiría en qué consisten hoy las relaciones entre Argentina e Irán y en qué están vinculadas al memorandum sobre el atentado contra la AMIA?
- Bueno, dos cosas. En primer término, en el caso de la relación Argentina-Irán no le puedo hablar con documentación como sí le puedo hablar en cuanto a Venezuela-Irán. Pero haciendo una triangulación de las cosas que tenemos en relación a Venezuela e Irán y las cosas que hemos visto de la participación - que hasta cierto punto era aislada - de Argentina, comprendemos que está pasando algo serio. Ya hace unos meses habíamos hablado de que una empresa argentina tiene una fábrica en CAVIM junto a la iraní. No lográbamos entender la conexión. Pero la conexión la dio «La Nación» en su nota sobre los misiles. La otra conexión era en la fábrica de CAVIM en Morón, lo del combustible sólido, que no sabíamos para qué porque no tenían los otros components del cohete. Pero no los tenían porque estaban haciéndose en Argentina, no en Venezuela. La relación era clara: una relación estratégica entre los tres países.
- ¿De cuándo data esta relación en lo referente al misil?
- De 2006; de una visita de Ahmadinejad a Caracas, durante la cual habló con el entonces presidente argentino Néstor Kirchner. El fue quien la inició.
- Y claro que hay dinero de por medio...
- Por supuesto. Recuerde que ya hablamos en noviembre de un punto de cuenta por unos pagos millonarios que hizo Venezuela a Argentina y a Irán, que originalmente no entendíamos. Ahora están explicados. Ahí aparece Julio de Vido.
- El ministro de Planificación de Argentina, que ha negado lo del misil…
- Así es. Las empresas argentinas que aparecen tomando el pago de ese programa por lo que llamaron «200 fábricas socialistas», eran todas empresas controladas por Julio de Vido.
- Y ese dinero millonario del pago no quedó registrado en ningún lado en Argentina…
- Por supuesto.
- ¿Hay documentos que lo constaten?
- Hay un punto de cuenta; un documento que firma el presidente de Venezuela cuando ejecuta una orden presidencial, donde habla de «200 fábricas socialistas». En el punto de cuenta aparece una transferencia de dinero de Irán a Venezuela y de Venezuela a Argentina, como de 250 millones de dólares. Dice que es por unas fábricas que no existen. En el punto de cuenta dice literalmente, explícitamente, que las fábricas no se hicieron; pero las transferencias, las transacciones, sí. Está con la firma de Chávez. En la parte privada, el hecho que Venezuela, Argentina e Irán tengan una relación tan estrecha es suficientemente preocupante como para pensar que esa relación tripartita sirva como un canal de transferencia de tecnología o de reactivar la cooperación nuclear, no directamente, sino a través de un tercero. El punto de cuenta, los pagos millonarios… Básicamente Venezuela paga a Argentina en un mismo programa donde Irán tiene participación, pero no le paga nada a Irán aunque supuestamente está construyendo las 200 fábricas. La pregunta es ¿por qué va un pago a Argentina? ¿Qué está dando Argentina a cambio? Venezuela lanzó ese proyecto de las 200 fábricas y se buscó dos socios, Irán y Argentina. Irán no tiene experiencia en eso. Argentina sí. Pero además ¿dónde están las fábricas? Los pagos se hicieron, está la orden presidencial firmada en 2010… ¿Por qué Argentina nunca anunció el ingreso de ese dinero? ¿El Banco Central no tenía registro de ese dinero? Llegó por alguna vía que no se sabe.
- Muchísimas gracias Martín. Este material es valioso; y es, por supuesto, parte de todo lo que debería ser publicado.
- Muchas gracias a usted.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay