Entrevista con el fiscal argentino Alberto Nisman publicada por Israel en línea el 26 de julio de 2013.
El Dr. Alberto Nisman, que tiene a su cargo desde hace años la fiscalía del caso AMIA, realizó un concienzudo trabajo de investigación por el cual Interpol expidió años atrás órdenes de detención a jerarcas iraníes involucrados en el atentado contra la sede de la mencionada mutual judía en 1994 en Buenos Aires.
Pero la dinámica del detallado estudio de los materiales de Inteligencia a los que llegó a raíz de su investigación, abrió una caja de Pandora. La madeja se fue complicando cada vez más.
Hace dos semanas, entregó al juez de la causa AMIA un detallado informe sobre la red terrorista que Irán había instalado en diferentes países de América Latina, entre ellos Uruguay.
Nisman hizo llegar a los países en cuestión el material recabado para que puedan realizar su propia investigación y lo que consideren oportuno en caso que se convenzan que en efecto, están en riesgo de ser víctimas del terrorismo iraní.
En una extensa conversación con el Dr. Nisman, nos adentramos en los detalles del tema.
El fiscal no dice que habrá más atentados ya que no le compete y no puede saber si la orden llegará. Pero sí asegura que Irán sentó las bases para que, cuando lo desee, pueda cometerlos sin demora. Sí, también en Uruguay.
- Fiscal Nisman, usted está hace años trabajando en la causa AMIA. Y hace unas dos semanas finalizó la elaboración de un detallado informe sobre algo mucho más amplio todavía: la instalación de bases de Inteligencia de Irán en varios países de América Latina. Presentó el informe al juez de la causa y alertó a los países en cuestión sobre el peligro que ésto puede significar.
Hace casi un año, en ocasión de la entrevista anterior que le realicé, usted me dijo que estaba trabajando en algo muy fuerte de este tipo pero que aún no se publicaba ya que esperaba documentos que servirían de prueba fechaciente. O sea que no está publicando nada que no haya sido investigado en forma sumamente concienzuda...
- Así es. El tema es tener pruebas pero no sólo eso, sino poder discutirlo seriamente y decir que no ofrezca ningún flanco. Es que cuando se demuestra que algo es falso, no sólo mi credibilidad - que en este caso sería lo de menos - sino también la de la causa y el típico razonamiento de la gente que quiere destruir todo esto y que puede decir: «si se equivocó en esto, entonces seguro está mal todo lo demás, todas las acusaciones a los iraníes, las órdenes de arresto...», hay un problema. O sea que se pone en juego muchas cosas, más allá de la credibilidad de uno, que para uno es importante, pero que en este caso, es menos importante que la causa toda.
- Evidentemente, publicar algo que no se pueda mostrar en forma tajante y fehaciente, podría haber manchado todo el esfuerzo de su trabajo de hace ya varios años. Y ahora estamos hablando concretamente de una acusación a la República Islámica de Irán que va más allá del caso AMIA, que instala bases de Inteligencia para perpetrar atentados.
- Exacto. Instala estaciones de Inteligencia para que, llegado el momento, gran parte del aparato para cometer un atentado terrorista esté pronto. O sea, preparan la base para actuar en caso que por algún motivo - como fue en el caso de Argentina una sanción por el incumplimiento de los contratos de transferencia de tecnología nuclear - o si desean «remover un obstáculo», deciden cometer ya el atentado y gran parte del aparato estará armado y faltará únicamente ultimar detalles. Pero lo más importante ya lo tienen listo.
- De acuerdo al material que usted ha recabado en forma clara, los países en los que Irán habría actuado de esta manera son Uruguay, Brasil, Chile, Paraguay, Colombia, Trinidad Tobago, Surinam y Guyana. ¿Qué detalles pueden publicarse de las pruebas que usted hizo llegar a Uruguay, respecto a lo que ha desplegado allí Irán?
- Hay, por ejemplo, un Centro Cultural Islámico, a imagen y semejanza del de Argentina, que fue utilizado en Argentina de cara al atentado. Usa a su gente y los embajadores y primeros secretarios que han estado en la embajada de Irán en Uruguay eran absolutamente consecuentes con el plan de infiltración y con la orden que se dio en Teherán en 1982.
- O sea: la exportación de la revolución islámica mediante la violencia.
- Así es. Y todo lo que se dijo que habría que hacer se fue verificando con personas con antecedentes en las embajadas. Por ejemplo, en Uruguay, en la época concomitante con el atentado a la AMIA, había un embajador que fue expulsado de Venezuela porque estaba a cargo de la misión diplomática de ese país cuando se intentó secuestrar en el aeropuerto en Caracas a un disidente iraní, Motamer, para llevárselo a Irán, precisamente porque era un disidente. Eso fue hecho por agentes de la embajada iraní. A ese embajador lo expulsaron de Venezuela y al poco tiempo lo nombraron en Uruguay.
Otra de las personas que estuvieron en la embajada en Uruguay tenía como antecedente haber estado entre quienes tomaron la embajada de Estados Unidos en Irán. Otros eran agentes de las Guardias Revolucionarias. O sea que era todo un cuadro que a la luz de lo que hizo Mohsen Rabani en Buenos Aires - el agregado cultural iraní en Argentina - da como para sospechar que esa red de Inteligencia podía estar montada.
- ¿Se puede dar un paso dramático hacia adelante y aclarar que Irán preparó también en Uruguay la infraestructura necesaria para, llegado el momento, si lo deciden, perpetrar un atentado terrorista?
- Que preparó la infraestructura, sí. Que tiene la posibilidad de hacerlo, sí. Si lo va a hacer o no, eso no lo sé.
- O sea ¿existe el riesgo concreto de un atentado iraní en Uruguay?
- En todos los lugares en los que está instalada la estación de Inteligencia, existe la posibilidad de que dada la orden desde Irán que hay que activar, lo realicen de un momento para otro.
- Y el tema debe ser investigado , dice usted, sin esperar a que haya un atentado...
- Claro. Quizás en Argentina, si no se hubiera interrumpido la transferencia de tecnología nuclear a Irán, nunca se hubiera usado. Hay mucha gente que actúa como células dormidas, tiene su actividad habitual, su profesión - pueden ser diareros, ingenieros, comerciantes - que cuando reciben orden de actuar, actúan. Y también puede pasar que viven toda una vida, se mueren y no reciben la orden. Pero estaban dispuestos para el caso que se les ordenara actuar. Estaban preparados.
Recordemos que el agente iraní en Guayana, Abdul Kadir, que organizó el frustrado atentado contra los tanques de combustible del aeropuerto John Fitzgerald Kennedy, fue activado 24 años después de su reclutamiento. Y hoy está purgando pena de por vida. También Mohsen Rabani, agregado cultural de Irán en Argentina, clave en el atentado a la AMIA, entró en acción muchos años después de llegar al país.
Lo que parece mucho, 24 años, un cuarto de siglo, sin duda bastante tiempo, un proceso muy largo, para ellos no es mucho tiempo. Por eso nosotros no hablamos de un gobierno terrorista sino de un régimen terrorista. Para ellos no es mucho tiempo. No sabemos cuánto le puede llevar a un país usar a esas células. Pero lo que demostramos es que una vez que lo tiene decidido lo puede implementar de manera muy rápida porque parte de la infraestructura ya la tienen lista.
No quiero decir que habrá un atentado mañana. Ojalá no lo haya nunca. Pero tienen todo más o menos preparado para que en caso que llegue la orden de que haya que realizar un atentado en determinado lugar.
- Y claro que los distintos nombres que usted da acá de ejemplo, son parte de una red…
- Por supuesto. Ante todo es importante aclarar que los países que mencioné no son los únicos sino simplemente lo que pude verificar a raíz de la investigación de la causa AMIA.
Por ejemplo, la vinculación con Guyana fue a raíz de que las personas condenadas por el intento de atentado en el aeropuerto JFK - fundamentalmente el iraní Abdul Kadir - tenía una vinculación con Mohsen Rabani, agregado cultural de Irán en Argentina en 1994, dependía de él. Rabani manejó toda la infiltración en toda Sudamérica, fundamentalmente la de Guyana, y Kadir era su discípulo y hasta le entregó a sus hijos para que los educara. Esto nos permitió entrar a este tema.
- ¿Por qué en el marco de la investigación de la AMIA, llegó a investigar en otros países?
- Porque entendimos que había conexiones. Varios ejemplos. Hadi Soleimanpour, embajador de Irán en Argentina, también lo era ante Paraguay. Ahí está la Triple Frontera, Foz de Iguazú, Ciudad del Este. El inmolado de la AMIA entró por ahí.
El coordinador Andrés Marqués operó con su teléfono en Foz de Iguazú. Samuel Salman Herrera, con una falsa nacionalidad colombiana, estuvo en Colombia, de allí viajó; se le hizo mucho más fácil circular por toda Sudamérica y también ocultar que pertenece a Hezbolá. Estuvo también en la Triple Frontera en Argentina. Recordemos que es uno de los que está con orden de captura, con circular roja, refugiado en Líbano. Era mano derecha de Rabani y hasta se casó con su secretaria. Es uno de los individuos más destacados de la comunidad islámica más radicalizada.
Rabani diseñó centros culturales que tienen una actuación dual al igual que los organismos diplomáticos iraníes. Por un lado, la legítima en cuyo marco realizan obviamente actos diplomáticos, culturales y demás y por otro, lo que ésta encubre: actividades ilegales. Rabani hizo todo eso también en Uruguay, Chile y Colombia, con lo cual vimos que determinados elementos que se daban en este modelo, en Guyana y Argentina, tenían una matriz idéntica. Lo pudimos averiguar porque fueron los dos países en los que por desgracia hubo atentados. O sea, Guyana no lo tuvo pero fue allí que se planificó el atentado contra el aeropuerto JFK.
Varios de estos puntos, no todos, sin buscarlos, se dieron en todos estos países que mencioné antes. Entonces el razonamiento es: si en Argentina antes del atentado ocurrieron todos estos pasos, en Guyana antes del atentado frustrado pasaron tales y cuales hechos, si veo que en varios países de América Latina se verifican en menor medida muchos de esos extremos, hay elementos como para sospechar que algo está pasando. No puedo afirmar que va a haber un atentado terrorista en tal o cual país, y ojalá no lo haya - y no lo tengo que hacer yo sino un miembro del Poder Judicial de cada país -, pero hay elementos para sospechar que algo preocupante está ocurriendo.
Entonces, en cumplimiento de los tratados de cooperación en materia de terrorismo internacional, de derechos humanos y de asistencia judicial, estoy desde un punto de vista legal y hasta moral, obligado a hacerles saber a esos países lo que está pasando para que ellos determinen si realmente ese peligro está allí vigente o no. Pero lo que no puedo hacer es guardarme la prueba.
- Y me imagino que una de las serias dificultades para operar en ese sentido es que Irán trabaja con paciencia, armando sus aparato con mucha anticipación; y cuando las cosas llevan años y parece no haber alertas «calientes», eso puede adormecer a algunos...
- Por supuesto. Todo estos son procesos largos. Por ejemplo, nosotros probamos que se instalaron esas matrices, esas estaciones de Inteligencia, en 1982 cuando se decide que la exportación de la revolución islámica, para que tenga éxito, debe hacerse mediante la violencia, mediante «granadas y explosivos», dice concretamente el primer comandante de las guardias de los Pasdaran. Y es donde convoca a cada embajada iraní en el mundo a convertirse en una estación de Inteligencia. Y esto no lo dice en una conversación en un café sino que está en un libro de él.
Ya expliqué los 24 años que pasaron hasta que Abdul Kadir entró en acción en Guyana para organizar el atentado en el aeropuerto JFK. Esto ocurrió hace tiempo, pero no puedo descartar que esas reglas estén vigentes también hoy.
Y el Poder Judicial en cada país es el que tendrá que determinarlo. Ojalá que no me equivoque y ninguna de esas reglas estén vigentes, por el bien de todos estos países, que no tengan atentados. Pero ante la menor posibilidad que eso ocurra, el tema tiene que ser investigado.
Si los tratados de cooperación a nivel judicial no sirven para este tipo de cosas, realmente no sirven para nada.
- ¿Qué me puede decir sobre la reacción de los diferentes países ante la advertencia que usted ha lanzado, ante el informe que presentó?
- Reacciones oficiales de países no tengo. Sí tuve varios llamados; hice saber que mandaba las fotocopias, que llegaron recién - por todo el tramiterío burocrático - hace tres, cuatro, cinco días. Pero la gran mayoría ha mostrado un gran interés por ponerse al tanto de los elementos de juicio que tenemos nosotros. Después se investigará y cada país o cada Poder Judicial llegará a sus propias conclusiones. Pero no he visto desinterés. Al contrario.
- Cabe suponer que ha notado preocupación en quienes recibieron el informe...
- Sí, y sorpresa, y decir que realmente quieren por favor los elementos lo antes posible para investigarlos porque es un tema, como usted bien ha dicho, que genera mucha preocupación.
- ¿Le consta que en Uruguay se tomó en serio el tema?
- Sí, sin duda, por lo menos los llamados que recibí mostraron interés en ver la documentación clara del tema.
- ¿O sea que está clarísimo que en la embajada de Irán en Uruguay ha habido gente que no estaba allí sólo como funcionarios diplomáticos?
- Sí, indudablemente. En todos esos países. En Uruguay es donde más evidencia tenemos al respecto. En cada país es una situación particular, de acuerdo a los elementos que hemos recogido.
Y reitero que cuando nosotros pedíamos material a cada país, no era buscando esta matriz de comportamiento iraní, sino buscando pruebas en el caso AMIA. Y ahí surgían esos puntos de coincidencia. No es que hicimos una investigación aparte porque no estamos facultados para hacerlo a fondo. Así y todo, nos dimos cuenta de cosas que pasaron en Argentina y luego hubo atentado, que pasaron en Guyana y hubo intento de atentado; y que están también en otros países y que por ende tememos que también en ellos puede haber un atentado.
- En la lucha de democracias contra el terrorismo, uno de los serios problemas es que los terroristas no tienen límites ni morales ni políticos, entre otros, para realizar sus acciones. Esto incluye, por ejemplo, el uso de lugares sagrados, mezquitas en este caso, para sus objetivos o, como ya usted ha explicado, de representaciones diplomáticas. ¿Qué se sabe al respecto en el caso de Irán?
- Sin duda Irán hace uso de organismos diplomáticos, instituciones culturales e inclusive instituciones religiosas. Y daba como ejemplo lo que ocurrió en el frustrado atentado contra el JFK donde para obtener el OK definitivo de Irán, uno de los clérigos, concretamente creo que era de Trinidad y Tobago, decide mandar a uno de sus discípulos bajo la cobertura de una peregrinación a La Meca para que no sea descubierto en el aeropuerto qué era lo que iba a hacer a Irán.
Otro de los elementos era cómo se utilizaba una cuenta corriente bancaria que tenía Kadir en Guyana, que era donde Irán le mandaba el dinero para la construcción de una mezquita, y ahí se depositó el dinero para cometer también el atentado. Tenemos un sin número de ejemplos de este tipo. Pero va cambiando de acuerdo a cada país.
- ¿Y en el plano militar, o mejor dicho operativo concreto? ¿Qué elementos tienen?
- Hay una declaración explícita del Ayatolá Montazeri que dijo que las mezquitas debían dejar de ser sólo centros de oración para convertirse en lugar de adiestramento político y militar. Eso fue en 1982, cuando se realizó aquel seminario en el que se habló explícitamente de la exportación de la revolución. Un año después se enviaba a Rabani a Buenos Aires en cumplimiento de la decisión de exportar la revolución mediante la violencia. En ese mismo año Kadir se convierte en agente en Guyana y se envía a un agente a São Paolo, Brasil, Tabatabaei Einaki.
El agente en Brasil estuvo bajo una mirada un poco más atenta que en otros países porque a los dos años empezó a recibir información de Inteligencia y tenía vínculos con gente de Hezbolá y otros terroristas y a fines de 1985 Brasil decide expulsarlo y volvió a Irán. Quizás, con eso, se evitaron un dolor de cabeza y un susto grande.
Recordemos además que hay muchas cosas probadas en sentencias en países europeos donde fueron condenados agentes iraníes, cómo los centros islámicos son utilizados para poner información. Esto está reconocido, aunque no tan directamente, por Naciones Unidas, que en una resolución de 1996 advierte sobre el uso indebido que se hace de organizaciones culturales, inclusive aquellas que persiguen fines de benéficos y caridad, para realizar actividades terroristas y encubrir su accionar.
- ¿Qué reacción ha tenido Irán a su informe recientemente presentado sobre esta red de bases de Inteligencia en América Latina?
- Ellos pueden decir lo que quieran. Hasta ahora lo que han dicho es que no le dan importancia a mi información porque yo era «un sionista». Como siempre. El problema es que no han desacreditado una sola de mis argumentaciones y lo único que hacen es criticarme a mí. Pero el problema que Irán tiene no es Nisman. Su problema es mucho más grande que el fiscal. Cualquier persona que se siente en mi escritorio, con dos dedos de frente como son todos los fiscales, con las pruebas que hay, llega a la misma conclusión.
El problema que tiene Irán es que estas evidencias no las puede contrarrestar. Por eso no hizo absolutamente nada. Y los pone contra la espada y la pared. Y son pruebas muy concretas, generalmente sentencias judiciales emanadas de los máximos tribunales europeos en países donde se han cometido asesinatos de disidentes iraníes. Poder decir, pueden decir muchas cosas. Hasta ahora lo que han dicho es «Nisman no me gusta». Nada más. Pero de las imputaciones, nada.
- Usted ya habló claramente de un régimen terrorista. La decisión de difundir la ideología islámica mediante la violencia sigue vigente hoy, como en 1982. ¿Eso lo tienen claro?
- El problema es que no se trata simplemente de difundir la ideología, ya que eso puede estar en el marco del libre juego de las ideas. A unos les puede gustar más, a otros menos. El tema es cuando se recurre a la violencia, que es lo que está haciendo el régimen iraní; y que fue lo que hizo en AMIA, lo que intentó hacer en Guyana, lo que hizo en Europa matando numerosos disidentes, y muchos atentados más que le son atribuídos.
- Cualquier latinoamericano que lee sobre sus hallazgos a raíz de la investigación del caso AMIA, tendría que estar seriamente preocupado ¿verdad?
- Creo que los organismos de investigación tienen que por lo menos poner un poco de atención a esto y ver si realmente sigue ocurriendo. Lo que no puedo hacer es ante estos elementos concretos de prueba no ponerlos en conocimiento de los poderes judiciales respectivos para que se tomen las medidas pertinentes, porque a eso apunta la cooperación y asistencia judicial en materia de terrorismo.
- ¿En qué consiste ahora su trabajo como fiscal de la AMIA y el esfuerzo porque se concreten las órdenes de arresto de los jerarcas iraníes involucrados en el atentado que emitió Interpol?
- Hemos dicho a Interpol que si bien no desconocíamos las dificultades que tiene con los arrestos ya que cada vez que salen del país esa gente lo hace con inmunidad diplomática, pedimos que se extremen los recaudos, que se potencien los mecanismos para proceder a la detención de todos los imputados, los que tienen y los que no tienen circular roja.
O sea, sin desconocer todo el esfuerzo que está haciendo Interpol y las dificultades que tiene, ya han pasado cinco años desde las circulares rojas, no se ha detenido a ni una sola persona y creo que es procedente requerimiento de Interpol para que se extremen las medidas para detenerlas.
- Y recordemos que no sólo que no han sido detenidos sino que uno de ellos es el ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, y otros dos nombres que aparecen en su nuevo informe de fin de mayo, fueron inclusive candidatos a la presidencia de Irán.
- En otros países, esas personas estarían detenidas. En Irán, fueron candidatos a presidente.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay