A raíz de la seria crisis política que se está viviendo en Egipto, consideramos oportuno pedir la opinión del profesor Muhammad Dajani, que hace varios años fundó el movimiento «Wasatía», que brega por un islam moderado, un camino intermedio (ese es el significado de la palabra) entre el laicisimo y el fundamentlaismo islámico.
Dajani es además catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Al Quds en Jerusalem Oriental, una figura palestina sumamente respetada. Nos place volver a entrevistarlo y hallar esperanza, como en todas las oportunidades anteriores, en sus análisis.
- Profesor Dajani, mucho se ha hablado estos días, a raíz del derrocamiento de Mohamed Mursi de la presidencia en Egipto, de democracia, golpe de Estado y voluntad popular. ¿Fue democrático defenestrarlo?
- Quisiera ante todo destacar que los Hermanos Musulmanes no representan la corriente central en el islam. Son extremistas en su interpretación del texto coránico y del hadith - la tradición oral - sobre la vida del Profeta. Para mí no representan el verdadero islam.
Lo que pasó con ellos es que era inesperado que lleguen el poder ya que no son un grupo popular en Egipto. El otrora presidente Nasser los demonizó y ellos se demonizaron a sí mismos por sus visiones radicales. Por lo tanto, creo que cuando la gente los votó, no lo hizo porque son los Hermanos Musulmanes, no por su agenda, sino por el islam.
Pero creo que hay que recordar que el voto principal no vino de las zonas urbanas, que son seculares, sino de las zonas rurales, que son religiosas. Esa gente en el área rural ha sido muy incitada contra occidente, contra el cristianismo y el judaísmo, creen que hay una guerra contra el islam y que otros, que son pro norteamericanos, son opuestos al islam. Por lo tanto, votaron por los Hermanos Musulmanes, ya que ellos se presentaron como los únicos defensores del islam.
Sin embargo, una vez que llegaron al poder, los Hermanos Musulmanes se politizaron más que antes y se tornaron más corruptos, comenzando a introducir cambios muy rápidos para modificar todo el sistema, lo cual no gustó al pueblo egipcio. Yo diría que la gente que votó por los Hermanos Musulmanes, es la que optó por sacarlos.
Por lo tanto, mi opinión es que el proceso democrático allí fue genuino y auténtico. Al principio, el voto de esa gente llevó a los Hermanos Musulmanes al poder, lo cual no era esperado. Luego, esa misma gente los sacó, porque sintieron que los engañaron, que no hicieron lo que querían ya que no los representaban.
Además, los recursos de Egipto fueron explotados por ellos para su propio bien, para su partido, para sí mismos. La situación económica para el hombre de la calle, por el contrario, fue empeorando más todavía, no veía intentos de solucionar la situación como les habían prometido. Por eso millones de personas salieron a las calles para protestar contra el nuevo sistema, tal como habían hecho contra Mubarak.
En Egipto, en lugar de actuar contra el pueblo y apoyar el régimen como lo hizo el ejército en Siria, el ejército apoyó al pueblo, lo protegió para que el proceso democrático pueda sobrevivir.
Alegar que los Hermanos Musulmanes representan la legitimidad es equivocado. Los millones que salieron a la calle a protestar contra ellos lo demuestran. El clamor fue sacarlos. Habrá nuevas elecciones.
Si Mursi y los Hermanos Musulmanes sienten que aún representan al pueblo, pues que se presenten nuevamente cuando haya elecciones. Y si ganan, el pueblo habrá dicho su palabra. Eso es democracia.
- La elaboración de una Constitución Islámica fue uno de los principales puntos de choque, uno de los grandes errores de Mursi; supeditaron todo a la sharía, la ley religiosa islámica... ¿era un choque inevitable?
- Puede haber constituciones que no contradicen la sharía pero que no implementan la letra de la sharía. En Jordania, por ejemplo, hay una Constitución que no contradice la sharía, pero es aceptada por el pueblo. No deberían haber intentado imponer la sharía a los egipcios, porque no es lo que quieren. En Egipto conviven muchas culturas. Hay allí cristianos. Tendrían que haber pensado también en las minorías. Tratar de imponer la sharía islámica a las masas, fue un gran error. Y la forma en que lo hicieron, muestra que no respetan el proceso democrático. No trataron de incluir a los demás.
En Egipto hay una fuerte sociedad civil, que es la que sacó a los Hermanos Musulmanes. Ellos querían dejarla de lado y gobernar solos. Pero eso no es lo que quería el pueblo y por eso el pueblo salió a protestar y los sacó.
- ¿No considera problemático el hecho que el ejército intervino? Claro está que no lo hizo para quedarse con el poder, sino para poner límites; pero también podría ser que tomaba medidas contra Mursi, aprovechando la presión popular, por sus serias reservas ante la política de los Hermanos Musulmanes, quizás temiendo que así como el presidente sacó al general Hussein Tantawi meses atrás, hiciera algo similar pronto con la cúpula actual…
- No veo ningún problema en el rol del ejército en ello ya que en una sociedad democrática, hay que tomar en consideración los intereses de sus diferentes componentes. Cuando los Hermanos Musulmanes y el gobierno de Mursi negaron al ejército sus derechos, por ejemplo, al retirarse, de ser gobernadores, crearon un problema. Era la tradición en Egipto que cuando un general se retiraba, podía ser nombrado gobernador de una región, ante todo como recompensa por sus servicios, pero además, porque eso era mejor para el lugar. Era mejor poner a alguien con experiencia, conocido, respetado, para controlar la situación, que a un don nadie sin trayectoria, ponerlo sólo porque es de los Hermanos Musulmanes.
Si uno comienza a negar a cada grupo sus intereses, no debe sorprenderse luego que la gente se rebele. El ejército aquí no actuó solo sino que vio que el pueblo se movía primero contra el sistema y fue allí que dio su apoyo, habiendo sentido que sus intereses también habían sido perjudicados. Pero no hizo nada antes, sino sólo cuando el pueblo comenzó a protestar.
- ¿Cómo evalúa la actitud de los Hermanos Musulmanes ahora desde la oposición?
- Ahora son minoría. El hecho que en lugar de aceptar presentarse nuevamente a elecciones y ser parte del proceso democrático, amenazan con jihad (guerra santa), violencia y explosiones suicidas, demuestra que saben que perderían. Si pensaran que pueden ganar, irían a elecciones, pero como saben - al igual que Hamás en Gaza - que la gente no volverá a votarlos, recurren a la violencia. Y son ellos los que violan las reglas democráticas, no los demás.
- ¿Cree que las perspectivas son de más violencia? ¿Hay motivos de preocupación?
- Sí, porque la historia de los Hermanos Musulmanes ha sido violenta. Han asesinado a jefes de gobierno, intentaron asesinar al presidente Gamal Abdel Nasser. Pero el problema no son sólo ellos ya que hay otros grupos islámicos radicales que entran a escena, como los del Sinaí, con un intento de desestabilizar el sistema. Pero no creo que puedan hacer mucho. Egipto no es Irak y no es Siria. No creo que lo que pasó allí se repita en Egipto. Es una sociedad pacífica. Yo creo - y espero - que los extranjeros, los árabes islamistas de afuera que intenten desestabilizar con ideas islamistas radicales, no tendrán éxito. Así lo espero.
- Egipto ha sido líder del mundo árabe y continúa desempeñando un rol central, a pesar de los cambios en la región que crean mucha incertidumbre. Es un caso particular. ¿Tiene sus propias características y no copia modelos de situaciones que se vive en otros países?
- Así es. Los egipcios tienen una larga historia. Son una civilización con un pasado de miles de años. En los últimos 200 años han sido los líderes de la liberación árabe, del pensamiento árabe y el pensamiento islámico. Ellos determinan el liderazgo.
Recordemos que cuando el presidente Gamal Abdel Nasser dimitió en junio de 1967, millones de egipcios salieron a las calles, en una acción sin precedentes, para obligarlo a retirar su renuncia. Y esa era la primera vez que algo así pasaba en el mundo árabe. Y es importante también tener presente qué pasó con la primavera árabe. No comenzó en Egipto, pero allí fue un caso muy especial y dramático por lo cual lograron sacar a Mubarak .
Y creo que hoy nuevamente los egipcios determinaron un nuevo modelo, lo cual confirma que lo que pasó en Irak y Siria, no se repetirá allí. Tengamos además presente que Egipto está lejos de la influencia chiíta que es evidente en Siria. El Nilo separa a Egipto de todo eso. En Siria, Hezbola está luchando por ellos y por Irán, pero en Egipto no puede pasar algo así. Cuando en Siria los rebeldes comenzaron a tener éxitos, Hezbolá entró para frenarlos y para combatir por Siria. Algo así no puede pasar en Egipto.
- Profesor Dajani, lo que yo me pregunto es en qué medida las opiniones que usted me manifiesta son las que lógicamente yo debía esperar del fundador de Wasatía, que brega por un camino intermedio y moderado en el islam, o también las de muchos otros en el mundo árabe y musulmán hoy en día…
- Sinceramente considero que nuestras opiniones van hoy a la vanguardia, como reformistas, en los sistemas políticos en los que vivimos. Ha habido una explotación de la religión para conseguir poder político, para engañar a las masas y aprovechar su simplicidad e ignorancia, para hacerlas creer que la visión radical es el islam. Lo que hay que hacer es tomar conciencia de la gente a fin de que partidos radicales no puedan engañar al pueblo.
El musulmán promedio en la calle, por su propio instinto, es el que manifestó en las calles para derribar a Mubarak y también el que, por millones, manifestó, dejó sus empleos y familias para salir a la calle para expresar sus opiniones , sin que nadie se lo imponga, contra Mursi. Ellos representan al pueblo. Y yo sólo trato de interpretarlo.
Hemos visto las imágenes por televisión, no sólo en El Cairo, millones en todo el país, manifestando para sacar a Mursi. Y todos expresaron júbilo cuando se concretó. Ellos alegarán que es una conspiración contra islam, pero es una tontería porque son musulmanes los que lo derribaron. Esos musulmanes que manifestaron contra Mursi nada tienen que ver con Estados Unidos y con occidente, sino musulmanes egipcios que querían lo mejor para Egipto.
Israel y los palestinos
- Días atrás se vio en una de las manifestaciones, gente protestando contra Mursi, llevando una bandera de Israel con el retrato de Mursi encima; y yo me preguntaba qué tiene que ver ahí Israel. Cuando querían sacar a Mubarak, quemaban la bandera de Israel; cuando querían sacar a Mursi, algo parecido... ¿Cuál es la lógica?
- En el corazón de las masas árabes hay dos cosas centrales: islam, como su religión, y la causa palestina. Eso no ha cambiado en los últimos cien años. ¿Por qué colocaron la foto de Mursi sobre la bandera de Israel? Porque sentían que Mursi estaba implementando una agenda norteamericana. Por ejemplo: permitió que siga fluyendo el gas hacia Israel a tarifas mínimas, apoyó los Acuerdos de Oslo y Camp David, presionó a Hamás en Gaza para que no lancen cohetes hacia Israel y demolió túneles subterráneos en la frontera entre Egipto y Gaza, tal cual pidió Israel. O sea que Mursi alegaba que tenía una agenda nacionalista pero la gente sentía que su agenda en la práctica era otra.
Además, el problema es que Mursi, con sus políticas, no habló demasiado en apoyo a las exigencias palestinas de poner fin a la ocupación y crear un Estado palestino. Su voz baja al respecto hizo que la gente sospeche de Mursi y su política. Por eso decían que tenía dos caras, una islámica y pro palestina y otra, implementando la línea marcada por Estados Unidos.
- Eso es como la gente lo veía, según usted explica, aunque sinceramente a mí me parece que el tema es una costumbre de atribuir a Israel las culpas por cada situación negativa que viven los árabes… ¿Pero usted cree que estuvo bien en preservar el acuerdo de paz con Israel, por ejemplo, porque era bueno para Egipto hacerlo, no porque Washington o Israel lo exijan?
- Este es otro tema. En este particular, estoy totalmente de acuerdo con que eso era lo correcto, lo que debía hacer. Pero recordemos lo que pasó en el Sinaí, cuando extremistas secuestraron soldados egipcios. Mursi no los castigó ni los llevó a juicio y ordenó al ejército no intervenir. Ese mensaje fue equivocado, contra el interés nacional egipcio.
Luego de Mubarak, la gente de Gaza tenía en los túneles que conectaban el Sinaí con la Franja de Gaza, una vía de respiración fuera de Gaza, para conseguir cosas, para tener un poco de aire. Pero cuando él asumió y destruyó los túneles, cerró una vía de contacto de Gaza con el exterior. Podría haberlos controlado en lugar de destruirlos. Y en ese sentido entiendo que servía una agenda extranjera, en lugar de servir al nacionalismo egipcio.
Claro que Israel no quiere que entren armas a Gaza, pero hay también necesidades humanitarias y por eso digo que fue un error. Respetar acuerdos internacionales, fue algo en lo que Mursi actuó bien. Pero ayudar a Israel a presionar tanto a Gaza, no estuvo bien. Aclaro que me opongo también al gobierno de Hamás en Gaza. Quiero para los palestinos de Gaza un gobierno democrático.
- ¿Qué efecto tiene la situación actual sobre Gaza y Hamás? Yo llamé a Mahmud al-Zahar, de los líderes de Hamás en Gaza, pero me dijo enseguida que no quieren comentar nada porque la situación es tensa y decidieron que no deben intervenir. Yo lo interpreté como preocupación de que esto les afectará a ellos…
- Yo quisiera responder en referencia al tema palestino en general, no sobre Hamás precisamente. Creo que la situación actual, por la falta de seguridad y la inestabilidad, afectará muy negativamente a los palestinos y su causa. Quisiéramos que Egipto sea firme, fuerte, seguro, porque es uno de los pilares de poder en la región. Históricamente, Egipto ha estado en favor del nacionalismo, de los movimientos de liberación, por lo cual esperamos que pase esta crisis lo antes posible y vuelva a su postura original.
Los chinos ya dijeron que las crisis pueden ser oportunidades o peligros. Nosotros esperamos que Egipto se sobreponga rápidamente a los peligros y aproveche bien las oportunidades para lograr convertirse en un Estado más democrático y secular.
Futuro de democracia
- ¿Cree que todavía hay esperanzas para una verdadera democracia en Egipto y otras partes del mundo árabe o que aquí siempre las democracias serán distintas de occidente, con limitaciones?
- Nosotros no debemos copiarle nada a occidente. No debemos copiar la experiencia democrática en occidente ni su modelo democrático. Debemos tener nuestro propio sistema democrático, que va en armonía con nuestra cultura, con nuestra tradición y nuestra religión. Creo que en occidente el concepto de democracia es muy exagerado. En democracia, el 51% gana y el 49% pierde. Por eso, creo que debemos pasar de democracia a pluralismo ya que en democracia unos ganan y otros pierden mientras que en pluralismo todos ganan.
- Entiendo que se refiere a conceptos que existen en el islam…
- Así es. En el islam, existen los conceptos de consulta - shura - y de consenso - ijmá. Creo que un modelo basado en la combinación de ambos conceptos es más sano y es el modelo que deberíamos adoptar en el mundo árabe e islámico, ya que irá bien con nuestra tradición, nuestra cultura y nuestra religión.
Creo que en occidente también va evolucionando en este sentido, de democracia a pluralismo, ya que se trata de satisfacer a los diferentes interesados. En el modelo democrático uno vota por uno u otro, sí o no, y ganan sólo los que tienen la mayoría, mientras que todos los otros pierden. Pero en el pluralismo es otra cosa, todos ganan y creo que se irá todo moviendo hacia ahí. Y eso ya está en el islam.
- Cuando comenzaron las insurgencias en el mundo árabe y se empezó a hablar de «primavera árabe», rápidamente surgieron los comentarios sobre el temor ante un «invierno islamista». ¿Cómo ve usted hoy estas opciones?
- Creo que la primavera árabe traerá sí un invierno islamista, pero vendrá el verano y volveremos a la primavera. Es un ciclo que debe darse, no ha terminado, hay dinámica. El problema no es el islam sino que partidos radicales islámicos tengan el poder. Pero puede haber un gobierno islámico moderado. Ahora hay una época transitoria. Lo importante es que haya elecciones democráticas , y si no, tendrán que recurrir a las manifestaciones como las de ahora en Egipto. Hay que tener presente que la gente que se rebeló pacíficamente contra un sistema autocrático, no disparó ni un tiro.
- Las decenas de muertos de los últimos días, dice usted, no tienen nada que ver...
- Claro que no. No son por el esfuerzo que hubo para derribar a Mursi. Es una derivación de la situación creada. Es un intento del perdedor de provocar la violencia del otro, pero eventualmente, creo que fracasará.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay