Durante décadas, el Valle del Jordán - conquistado por Israel en la Guerra de los Seis Días en junio de 1967 al repeler el ataque de Jordania - parecía estar casi fuera de discusión.
La imagen de «problema político» y de extremismo que en gran medida acompaña a la población de algunos asentamientos de Judea y Samaria (debido a la polémica sobre el futuro de dicha zona y al accionar de algunos radicales, aunque no representan al grueso de la población), dejaba de lado a las comunidades del Valle del Jordán, vistas siempre como símbolo de trabajo y desarrollo.
Pues no es la imagen lo que está cambiando, sino la tranquilidad de la población, ahora que el futuro del Valle del Jordán parece haber sido colocado con fuerza sobre la mesa de negociaciones.
La posición oficial de Israel determina que el Río Jordán seguirá siendo su frontera oriental, concepto que no choca con eventuales retiradas de Cisjordania, aunque el mapa en el terreno sería complejo.
Pero en un intento, según alega, de fortalecer la postura del primer ministro Binyamín Netanyahu en las negociaciones, la diputada del ala conservadora del Likud, Miri Regev, presentó un proyecto de ley sobre la anexión del Valle del Jordán. A la población local esto da una sensación de mayor seguridad, pero claro está que el tema aún está abierto.
Estrategas y expertos de seguridad están divididos en las opiniones acerca de lo crucial de permanecer en el Valle del Jordán.
Aquí publicamos testimonios recabados en el terreno mismo. De más está decir que nuestros interlocutores, en diferentes partes del Valle del Jordán, defienden la permanencia en el lugar, aunque son diversos los ángulos y matices con los que abordan algunos de los temas planteados.
Gadi Katz; de Argentina al Valle del Jordán
Gadi Katz (67), tiene hoy el desafiante cargo de oficial jefe de seguridad en el Valle del Jordán. Llegó a Israel cuando tenía 15 años. Su familia aún vive en Buenos Aires.
Tras sus estudios se enroló al servicio militar obligatorio en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y llegó al rango de teniente coronel.
Aunque por edad no debería, continúa haciendo «miluim», el servicio de reserva. Al Valle del Jordán llegó originalmente con las FDI y finalmente decidió quedarse. Reside en el lugar desde hace 30 años, hoy en la localidad de Bekaot, donde también viven sus hijos.
Gadi cuenta que en la familia todos son agricultores, que cultivan uvas «para el consumo, no para vino», aclara, y dátiles. Tiene tres hijos - dos mujeres y un varón - y siete nietos, el mayor de ellos recién enrolado en las FDI.
- ¿En qué consiste su trabajo como oficial jefe de seguridad?
- Nosotros nos encargamos aquí en especial de todo lo relativo a la seguridad: el trabajo junto al ejército, con la policía, con los servicios de seguridad, con los bomberos, con MADA que es como la Cruz Roja, etc. Por supuesto, cada comunidad tiene su encargado de seguridad que vive en el lugar y todos trabajan bajo mis indicaciones.
- ¿Y para ustedes esta es la única opción de hogar?
- Este lugar es el lugar en el que queremos vivir. Llegamos como agricultores y no como colonos. Nos levantamos cada mañana y lo único que hacemos es trabajar duro en la agricultura y pensar en su desarrollo.
- ¿Cómo explicaría al mundo por qué esto tiene que quedar como parte de Israel?
- El problema es que si nosotros salimos de este lugar, va a reiterarse una situación que se vivía cuando los jordanos estaban al lado de Tulkarem. O sea al lado de ciudades israelíes como Natanya. Es como tener a los palestinos junto a Natanya. Ya vimos lo que pasó cuando salimos de Gaza. Ellos dicen que quieren la paz pero yo no lo veo. Y si nos vamos de aquí, los misiles que disparan de Gaza hacia el sur de Israel, van a caer en Natanya o Tel Aviv, en Kfar Saba o en Herzlía. Nosotros consideramos que debemos permanecer aquí y que los palestinos reciban un lugar en el que puedan estar y tener su propio país. Y si lo quieren, pueden hacer la paz con nosotros.
- ¿El tema del Valle del Jordán pasa más por la consideración de seguridad que por la ideológica?
- Por la seguridad y también por ideología. Si miramos hacia atrás en la historia, por aquí pasaron todos nuestros antepasados y entraron por acá cuando salieron de Egipto.
- Así es; según la Biblia, entraron por Gilgal, y a su nombre hay aquí mismo hoy una comunidad.
- También Jericó estaba en nuestras manos en ese tiempo.
- Hoy es una ciudad palestina… Gadi, cuando se puso sobre la mesa este tema del valle, del que por mucho tiempo no se habló ¿qué le parece que eso produjo en los habitantes?
- Nosotros sentimos que es una lástima que se despertó ahora, porque somos el cinturón de la seguridad de Israel. Es un problema que de repente se colocan los focos sobre nosotros.
- ¿Qué mensaje le transmitiría al secretario de Estado John Kerry que intenta lograr un acuerdo?
- Entre otras cosas, que aquí, con nosotros, trabajan muchos palestinos. ¿Y por qué trabajamos juntos? Nosotros ya hace 30-40 años que trabajamos con ellos. Quiere decir que acá la paz ya está; el problema son los políticos. Por eso creo que si los políticos no se metieran tanto en cosas que no tienen que hacer y dejaran a la gente que haga sola la paz, sería más rápido.
- ¿Qué le parece que sucedería acá si llega el momento en que el gobierno decidiera retirarse del valle?
- Nosotros somos agricultores y vinimos acá porque el gobierno nos trajo para ser agricultores. Si el gobierno o un plebiscito de la gente de Israel dicen que nos tenemos que ir, nos vamos a ir. No somos fanáticos que vamos a pelear contra los soldados o contra la policía. Así que si el gobierno dice que nos tenemos que ir, eso haremos. Es lo que creo porque conozco un poco a la gente de aquí. Por eso decimos todas las cosas ahora para que el gobierno no diga que hay que irse. Esperamos que no lo haga.
Danny Dayán: «El Valle del Jordán es vital para la existencia de Israel»
A Danny Dayán, una de las figuras centrales del Consejo YESHA que representa a la población judía de Judea y Samaria (términos bíblicos con los que se hace referencia a la zona de Cisjordania, o la Margen Occidental del Jordán), lo entrevistamos en un punto estratégico del Valle del Jordán, desde donde la topografía parece no dejar lugar a dudas acerca de lo esencial de esta zona para la seguridad de Israel.
Dayán, convencido de que la creación de un Estado palestino independiente sería peligrosa para Israel, tiene muy claro de qué lado del espectro político israelí hay que colocarse para preservar al Estado judío.
Pero en esta conversación, asegura que el tema no pasa solamente por la ideología.
Este es un resumen del diálogo mantenido.
- Danny ¿cómo explicaría la importancia del Valle del Jordán para Israel, pero tratando de dejar de lado la ideología? ¿Puede hacerlo?
- Sí, por supuesto. El Valle del Jordán es esencial; es vital para la existencia de Israel. Es la barrera natural única que divide nuestro país, que separa a Tel Aviv y el aeropuerto internacional Ben Gurión de una continuidad islámica que llega hasta Kabul en Afganistán. Sin el Valle del Jordán y - más importante aún -, sin las montañas al oeste del valle, Israel estaría completamente expuesto a una agresión del lado oriental que llegaría sin ningún problema hasta nuestros centros metropolitanos más importantes, más vitales.
- Yo no soy estratega pero habrá quien diga que en la era de los misiles balísticos la presencia directa en el terreno no es tan importante...
- Eso es una ilusión. Nosotros vimos que también en el siglo XX y en el siglo XXI todas las guerras se definen, en última instancia, por tierra. Vimos también las consecuencias terribles de la concesión de la Franja de Gaza. El sur de Israel está hoy totalmente expuesto a cohetes que hacen la vida allí muy difícil. No podemos tomar ese mismo riesgo cuando se trata de los centros más vitales de la población de Israel; por ejemplo, nuestro único aeropuerto internacional, Tel Aviv, Jerusalén y otros sitios.
- Le decía inicialmente «dejando la ideología de lado». Ahora sí, incorporándola al centro del debate... ¿esto pasa aquí por la ideología también?
- Bueno, por supuesto. Pero realmente aquí el problema no es ideológico. También desde el punto de vista político, es práctico. En realidad, la intransigencia palestina no ha cambiado en nada. La falta de disposición árabe y palestina de reconocer al Estado de Israel como el hogar del pueblo judío, de dejar de lado lo que ellos llaman «el retorno» de los refugiados, hace realmente imposible un tratado de paz. Y si no va a haber un tratado de paz, no hay ninguna razón para hablar de desmantelar las comunidades judías que existen acá.
- ¿Hay alguna constelación en la que le parecería posible considerar una retirada, la entrega de parte de los territorios, en aras de la paz? ¿O quedarse con todo es la única opción que usted ve para que se pueda seguir viviendo?
- Esa fue una opción en realidad elegida por el mundo árabe cuando atacó en tantas ocasiones al Estado de Israel para tomar todo por la fuerza. Así que estamos acá con total justicia, con una base moral muy sólida. Habiendo dicho esto prefiero no referirme a escenarios hipotéticos. No veo ningún escenario posible que dé la posibilidad de pensar en evacuar estas zonas vitales.
- Hace pocos días se aprobó en una comisión de la Knéset, una propuesta de ley la diputada Miri Regev del Likud, de anexar el Valle del Jordán a Israel. ¿Cree que con eso se estaría dando un paso sabio, seguro, o quizás sea algo que se interprete como intentar frenar el proceso de negociación y que terminará siendo contraproducente?
- Creo que la importancia del proyecto de ley no es si se va a anexar o no el Valle del Jordán. Me imagino que no va a ser anexado en el futuro cercano. La importancia es que es una declaración muy clara, muy fuerte, que este gobierno no va a desvincularse del Valle del Jordán. Esa es la declaración política que se hizo a modo de un proyecto de ley que seguramente no va a derivar en una ley misma pero que tiene gran importancia política y diplomática.
- Recordemos que la sensación general es que en el momento de la verdad, o sea en una etapa más avanzada del proceso legislativo, el primer ministro Netanyahu no se quedará al margen como hizo hasta ahora y de hecho va a tomar medidas para que la ley no sea promulgada.
- Lo digo nuevamente. Me imagino que este proyecto no va a ser convertido en ley. Esa no es la importancia de ese proyecto sino que la importancia es la declaración política que la mayoría de los ministros de Israel no están dispuestos a dejar el Valle del Jordán. Es una declaración muy importante, más que un proyecto de ley efectivo.
- El canciller Avigdor Liberman, considerado un «duro», dijo que hay que dar chance a la misión de paz del secretario de Estado norteamericano John Kerry. ¿Qué opina usted al respecto?
- Siempre estoy a favor de dar chances a cosas positivas, pero en este caso creo que es inútil y creo que a veces andar por un camino inútil y fútil causa daño. Es una pérdida de tiempo y en lugar de eso podemos hacer cosas más beneficiosas para la población judía y la palestina aquí: proyectos de cooperación económica, de coexistencia, proyectos de Derechos Humanos, en vez de estar totalmente imbuidos en un proyecto político que no nos conduce a ningún lugar. En ese sentido sí es contraproducente.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay