Hace pocos días se volvieron a reunir el ministro de Exteriores de Irán y representantes de los países occidentales que firmaron el pasado noviembre con la República Islámica un acuerdo provisional sobre el tema nuclear. Esta vez, la intención es comenzar a negociar la elaboración de un pactoo permanente.
Dadas las diversas declaraciones categóricas de los últimos meses de parte de jerarcas iraníes acerca de sus intenciones respecto al programa nuclear e inclusive algunas «maniobras» de relaciones públicas de tono belicoso, el ambiente en las negociaciones, según se informó, está lejos de ser optimista.
Pero en realidad, los motivos de preocupación se originaron ya antes, en el acuerdo interino suscripto en noviembre.
Pedimos al Dr. Ephfraim Asculai, especialista en el tema nuclear del prestigioso INSS (siglas en inglés del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv), explicarnos por qué.
Este es un resumen del diálogo mantenido.
- Dr. Asculai, se reanudan las negociaciones con Irán y de hecho parten del acuerdo provisional ya firmado, que con bastante demora, entró en vigencia hace poco. ¿Cómo ve usted esa etapa?
- El acuerdo provisional con Irán no es especialmente bueno por diversas razones. En primer término, si bien podría detener un poco los procesos de enriquecimiento por parte de Irán, creo que se han exagerado sus logros. Se habló sí de cierto control y de interrupción en el enriquecimiento de uranio a nivel del 20%, pero no se trata de un congelamiento profundo.
- ¿Tampoco es bueno si lo tomamos como algo temporario, con la condición de que se logre un acuerdo definitivo?
R: Usted lo ha dicho: con la condición que se logre un acuerdo definitivo. Y yo no estoy seguro en absoluto de que ello sea posible. Pero además, hay dos cosas que no están incluidas en este acuerdo, que me molestan mucho más que lo que sí incluye el documento. No se ocupa para nada de lo que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) definió como «possible military dimension», o sea la dimensión militar del plan nuclear de Irán. LA AIEA insiste al respecto desde hace mucho, pero los iraníes no dan respuestas, ni permiten acceso a instalaciones. Y acá está el otro punto: la AIEA no tiene autorización de buscar instalaciones no declaradas. Y si esta es la situación, los iraníes pueden hacer lo que quieran, cuando y donde quieran, siempre y cuando mantengan todo en secreto para que no se descubra nada. Ese asunto no es bueno. Con estos dos puntos, los iraníes pueden hacer casi todo lo que quieren.
- ¿O sea que es engañoso verlo con optimismo?
- Quisiera comentar algo muy de fondo que me resulta sumamente preocupante: que los nortamericanos no publiquen el acuerdo en su totalidad sino solamente un resumen. ¿Por qué? Me molesta. El acuerdo íntegro se lo muestran sólo a miembros del Congreso y cuando publican un resumen, está claro que no fue escrito en el idioma exacto del acuerdo; es eso, apenas un resumen. Si es un buen acuerdo ¿por qué no lo publican? Y si es malo ¿por qué lo firmaron? Estimo que en algún momento será filtrado a la prensa, pero este aspecto me resulta difícil de aceptar. Yendo pues al acuerdo mismo, es cierto que determina que Irán no puede seguir enriqueciendo uranio al nivel del 20%, pero hay que comprender que eso deja en manos de Irán una cantidad nada despreciable de uranio ya enriquecido a ese nivel.
- Que como ya aprendí de usted hace tiempo, es la mayor parte del trabajo en el camino al enriquecimiento a nivel militar.
- Exactamente. Y hay otro tema técnico. Los norteamericanos dicen que parte del uranio será convertido en «óxido», alegando que es «inutilizable». Pero eso no es cierto. Se trata un compuesto químico que puede ser devuelto luego a lo que se quiera. No se puede enriquecer de eso directamente, pero con un poco de tiempo, se puede revertir procesos. Así que decir que es «inutilizable», es algo que confunde.
- ¿O sea que los norteamericanos mienten a sabiendas acerca de los supuestos logros del acuerdo?
- Diría que lo presentan en términos más positivos de lo que se debería. Tratando de ver el cuadro general, es un acuerdo, en el mejor de los casos, mediocre, no un gran logro en absoluto. También alivia las sanciones sobre Irán. Una de sus grandes fallas es que no dice qué pasará después de seis meses.
- Recordemos que se había anunciado que el acuerdo provisional es válido por seis meses y que hay que negociar uno definitivo.
- Justamente. Pero el provisional no explica qué sucede después de ese lapso. Si se llega a un acuerdo permanente, bien. Y si no, se lo puede prolongar de mutuo acuerdo. ¿Y si no hay mutuo acuerdo? ¿Irán puede volver a lo que hacían antes? Según lo pactado, en la práctica pueden hacer lo que quieran. Claro que Estados Unidos podrá alegar que en ese caso, devolverá las sanciones. Pero creo que eso ya no se podrá implementar así. Desde el momento que se abrió la canilla, todo será más complicado y no podrán cerrarla con facilidad. El acuerdo, que todos han presentado como gran motivo de fiesta, es, en resumen, un éxito iraní nada despreciable. Irán obtuvo mucho con él, ante todo la postergación de cualquier enfrentamiento armado por medio año por lo menos y quizás por mucho más.
- ¿O sea que en lo que se refiere al plan nuclear, el acuerdo determinó un congelamiento, pero no es de gran peso en el cuadro general?
- Así es; porque además, el acuerdo deja en manos de Irán no poco uranio ya enriquecido al 20%. Si en algún momento Irán decide comenzar a construir la bomba atómica, ya tienen uranio de 20% para iniciar el proceso. Mientras tanto enriquecerán a nivel más bajo. En mi opinión, su cronograma se arruina muy poco con lo que se firmó, pero su potencial no sale perjudicado para nada. El progreso, la posibilidad de seguir avanzando, queda perjudicado en pequeña medida, no demasiado. Pero el potencial no, en absoluto.
- El acuerdo también hace referencia a las centrifugadoras; y cada tanto se publica algún comunicado dramático desde Teherán sobre la instalación de nuevos tipos de centrifugadoras avanzadas...
- Así es. Han instalado una gran cantidad, pero según el acuerdo, aunque sí pueden seguir desarrollándolas, no las pueden poner ahora en funcionamiento. Pero no sé qué pasará después de medio año.
- ¿Esto le hace acordar en algo a Munich? O sea; tengo claro que suena un poco exagerado y dudé un poco si usar este término, pero la asociación de ideas me resulta inevitable. Chamberlain volvió de Munich afirmando que consiguió la paz para Europa, porque había apaciguado, creía, a Hitler; y bien sabemos lo que pasó después…
- Lo ha planteado usted muy bien. Suena un poco exagerado pero entiendo perfectamente por qué da ese ejemplo. Es que tenemos que tomar en cuenta que el acuerdo de noviembre autoriza a Irán de facto - aunque no de iure - enriquecer uranio. Y además, recuerda que hay resoluciones del Consejo de Seguridad, pero que los firmantes del acuerdo deciden que no sean implementadas ahora. ¿Usted lo quiere llamar Munich? Usted lo ha hecho. Lo que yo puedo decir es que ese acuerdo es una rendición nada insignificante ante Irán.
- ¿Y Estados Unidos? No puede ser que no lo comprenda...
- Estados Unidos quiere lograr su objetivo: evitar un conflicto armado. Y lo logra. El problema es que el precio, en algo, nos hace acordar a Munich.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay