El pasado 29 de julio, nuestro Magazine informaba sobre esta iniciativa.
Autoridades de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg nos han confirmado que la primera ceremonia de descubrimiento de la placa «Casa de Vida» se llevará a cabo en el Convento de las Hermanas Brigidas en Roma, el próximo 17 de diciembre a las 17:30 horas.
Dicho convento ofreció refugio a dos familias judías: los Piperno y los Zed. La protagonista de dicha historia de rescate fue la Madre María Elisabetta, sueca luterana que se convirtió al catolicismo y que eventualmente fue reconocida como Justa entre las Naciones.
El evento contará con la presencia de amigos y miembros de la Fundación asi como altos dignatarios, representates del Vaticano, de la comunidad judía de Roma y de los medios.
El presidente de la Fundación Wallenberg, Eduardo Eurnekian, destacó la trascendencia de esta ceremonia y la «importancia educativa de dicha iniciativa destinada a reconocer a aquellos que salvaron vidas humanas».
Madre María Elisabetta
Madre María Elisabetta nació en 1870 en Suecia. Fue la madre superiora del monasterio de la Orden de Salvatore di Santa Brigida en Piazza Farnese en Roma. En dicho lugar, fundado por ella, ofreció refugio a doce miembros de las familias Piperno, desde diciembre 1943 hasta el 4 de junio de 1944, cuando Roma fue liberada. Los trató con mucho afecto y las monjas fueron muy respetuosas. Tomó grandes riesgos para salvarlos y ayudar a otras personas necesitadas.
En el monasterio, la Madre María Elisabetta organizó un centro de asistencia para los más necesitados, utilizando sus conexiones para obtener provisiones de comida extra, ropa y otras necesidades. Ella cooperó con el Vaticano y el director del Instituto Sueco en Roma.
Los hijos de las familias Piperno-Sed tenín entonces 18, 16 y 8 años de edad, y quedaron impresionados con la Madre María Elisabetta, que nunca trató de convencerlos para convertirse, Al contrario, insistía en que cumplan las obligaciones de su religión.
Después de la guerra, los judíos rescatados retuvieron con respecto a sí mismos un vívido recuerdo de su benefactor, muy afortunados de haber conocido a una persona tan excepcional. Muchos aún vivían para presenciar con gran gozo la beatificación de la Madre María Elisabetta por la Iglesia católica en abril de 2000.
El 9 de Agosto de 2004 Yad Vashem reconoció a la Madre Elisabetta Hesselblad como Justos entre las Naciones.