La muerte del ex presidente checo y escritor Vaclav Havel deja un enorme vacío en la política, así como en el ámbito del universo intelectual.
Fue un miembro distinguido de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg y su nombre fue funcional a campañas destinadas a encontrar respuestas sobre el destino de Raoul Wallenberg, el diplomático sueco desaparecido en el Gulag soviético después de ser capturado por el Ejército Rojo en enero de 1945 y de quien en 2012 se cumplirán cien años de su nacimiento.
Como Wallenberg, que en 1944 salvó las vidas de miles de judíos y otros perseguidos por el nazismo en Hungría, Havel experimentó en carne propia la violencia implacable del régimen soviético. Pasó cinco años en cárceles comunistas y vivió durante décadas bajo la vigilancia estricta de la policía secreta.
Vaclav Havel fue una figura única. Su nombre es un faro de los derechos humanos y sinónimo de una vida ejemplar consagrada a la causa de la democracia y la libertad. Su autoridad moral encarnaba los valores de la solidaridad y el coraje cívico, pilares éticos de todas las personas de buena voluntad que se oponen a las tiranías, en cualquier momento y lugar.
Havel fue el alma de la revolución checa. Sin su influencia, es muy probable que los movimientos democráticos de Europa central y oriental no hubieran tenido lugar.
Rendimos homenaje a este campeón de la democracia y notable defensor de los derechos humanos. Que su memoria sea bendecida.
Baruj Tenembaum
Fundación Internacional Raoul Wallenberg
www.raoulwallenberg.net