Enfrentamientos y controversias alrededor de temáticas de espacio y dimensiones son tan antiguos como la humanidad misma. La historia nos demuestra la permanente repetición de estas disputas en conflictos sociales, regionales, ambientales y, por supuesto, étnicos e internacionales.
Sin lugar a dudas, el conflicto palestino-israelí, con casi un siglo de antigüedad, es un ejemplo clásico. Uno de los aspectos más insólitos de esta disputa es la capacidad de la genialidad judía [1] para basarse en nuevas tecnologías y diseñar, en el campo político y diplomático, una nueva y original solución.
En repetidas oportunidades, a partir de su famoso discurso en la Universidad de Bar Ilán, en 2009, el primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, declaró estar comprometido con el principio de la solución dos Estados independientes para dos pueblos. Este mensaje de sosiego y conciliación, aparentemente, fue muy bien recibido por una significativa mayoría de la población israelí.
Según un sondeo de opinión de junio de este año del Instituto Dialog, que dirige el profesor Kamil Fucks de la Universidad de Tel Aviv, «un 60% de los encuestados respondió afirmativamente a la pregunta si apoyaría un acuerdo al que arribaría el primer ministro israelí en cuyo marco se crearía un Estado palestino al lado de Israel» [2].
Para no dejarse manipular por la típica propaganda oficial israelí, vale la pena desmenuzar el mayoritario apoyo a esta solución de compromiso al sangriento y prolongado conflicto. Este ejercicio intelectual nos va a permitir captar las herramientas de desorientación mediática de la «hasbará» (esclarecimiento) israelí.
En el mismo sondeo, el 58% del público consultado dio marcha atrás y respondió negativamente si estaba de acuerdo en que el Estado palestino fuese creado sobre la base de los límites de 1967.
En otra encuesta publicada en estos días [3], el 74,3% respondió que se opone a la creación de un Estado palestino en los límites de 1967. Un 74,9% del mismo cuerpo consultado respondió negativamente a la posibilidad de replegarse del Valle del Jordán en el marco del mismo acuerdo. Un porcentaje un poco mayor, un 76,2%, se opuso a toda división de Jerusalén para compartir soberanía con los palestinos.
Intencionalmente este tipo de consultas no incluyen otros temas de un inevitable compromiso territorial ante la posibilidad de un acuerdo de paz con los palestinos. La razón es muy simple. Es de público conocimiento el amplio apoyo mayoritario que no permitirá a ningún Gobierno israelí el más mínimo compromiso al respecto. Se trata de una retirada de los extensos bloques de asentamientos y ciudades judías en Cisjordania que, como es sabido, se expanden día a día, del control de fuentes de agua en Cisjordania, de una amplia red de vías de comunicación terrestre que garanticen un viaje tranquilo y seguro a los colonos judíos, del uso libre del espacio aéreo, del control israelí permanente de una zona de seguridad de 30 - 40 kilómetros de radio del aeropuerto Ben Gurión, etc, etc.
Está claro que bajo esas condiciones Israel frena e imposibilita la creación de un Estado palestino viable e independiente en Cisjordania. La idea central de la genialidad judía se basa en los últimos desarrollos de la tecnología de computación para resolver el problema del limitado espacio de almacenamiento de información. Para la viveza judía los palestinos deben buscarse un espacio no territorial sino virtual. Se está de acuerdo que creen su Estado independiente, pero no en Cisjordania, sino en las nubes.
Para reafirmar esta conclusión, en el día de hoy (domingo 9/11/14) el Consejo de Ministros del Gobierno de Israel decidió extender la vigencia de todas sus leyes civiles a todo territorio de Cisjordania bajo control israelí sólo poblado por judíos. Esta decisión de claro contenido expansionista y segregacionista mancha claramente al sionismo de racismo y, como lo aclaró el Fiscal de Estado y Asesor Jurídico del Gobierno, se trata de una grosera transgresión de normas internacionales.
Ojalá me equivoque...
[1] El término «genialidad judía» fue adoptado de «Israel a los 60»; Julian Schvindlerman; Libertad Digital - Exteriores; 21.1.08.
[2] «Pese a todo, la mayoría de los israelíes apoya la creación de un Estado palestino»; Haaretz; 7.7.14.
[3] «Opinión pública del proceso de paz»; Jerusalén Center for Public Affairs; 14.10.14.