Las próximas elecciones en Israel se proyectan como un viejo drama con guión conocido que despierta muy poco interés, y sobre todo, con alternativas de desenlace nada sorpresivas en la formación y políticas a adoptar en el futuro gobierno. De ninguna manera hay que confundirse y dejarse impresionar por la vehemencia que caracteriza las confrontaciones en el actual proceso electoral. Esto es parte inseparable del juego preliminar y ritual fijo.
Lo que no se puede pasar por alto y a lo que se debe prestar atención especial es a ciertas señales que están indicando que dicha rutina normal puede llegar a convertirse en la calma que anticipa una próxima tempestad política.
En las elecciones de la última década, la población árabe israelí estuvo básicamente representada en el Parlamento por medio de tres partidos separados: Hadash, de fuerte tinte comunista, Raam-Tal, de ascendencia islamista y Balad, con fuerte acento nacionalista palestino. En las recientes tres confrontaciones electorales estas tres listas obtuvieron en conjunto 10-11 escaños. A ello debe sumarse uno o dos representantes del sector en l«partidos sionistas», aunque en este caso su función es más bien la de un «adorno político» carente de todo poder de influencia.
El último Gobierno de Netanyahu, con fuerte apoyo de Liberman, promulgó la ley de gobernabilidad que incluyó una claúsula de umbral electoral del 3,50%, casi el doble del 2% anterior. Este porcentaje demanda obtener en elecciones un mínimo de 4 bancas por partido para poder ingresar al Parlamento, condición que prácticamente eliminaría a toda o gran parte de la representación árabe israelí en la Knéset.
Ante la nueva realidad y tras arduas discusiones, las distintas ramas políticas que representan directamente a la población árabe israelí decidieron en el pasado mes de diciembre presentarse a los comicios en una sola lista unificada.
Sin lugar a dudas, estamos en presencia de un hito histórico en el desarrollo político israelí, aunque su verdadero significado e implicancias parece que aun no penetró en la conciencia de muchos.
Durante estas últimas semanas fuimos testigos de una masiva publicación de sondeos de intención de voto con perspectivas a las próximas elecciones (casi 40 desde principio de año). De los resultados expuestos se puede afirmar que, sin excepción, casi espontánea y automáticamente, y sin justificativos lógicos, todos ellos le otorgan entre 11 y 12 escaños a la representación de esa población [1]. Para las empresas consultoras responsables de estas encuestas parece que nada cambió. Podemos proseguir en nuestra senda y continuar desentendiéndonos de las aspiraciones y problemas de la población árabe israelí.
Por el contrario, según un reciente sondeo de opinión en la población árabe israelí dirigido por la Dra. Dalia Shaindlin se pronostica un incremento dramático en el porcentaje de votantes árabes para las próximas elecciones. «Casi el 70% de los árabes israelíes tiene la intención de votar si el sector se presenta con una lista árabe unificada, todo ello en contraposición con el 56% de las elecciones de 2013» [2].
Un informe de expertos presentado a la Comisión Constitucional del Parlamento israelí que discutió el cambio del umbral electoral afirma que «el 76% de los árabes consultados antes de las elecciones de 2013 hubiesen apoyado una lista árabe unificada» [3].
En base a una investigación del Instituto Yafa, un reporte de la Fundación Avraham afirma que «el público árabe retorna a las urnas. El porcentaje de votantes podría incrementarse dramáticamente en caso de constituirse una lista unificada» [4].
Si esa intención de voto de los árabes israelíes se materializa en su total expresión en las urnas el próximo 17 de marzo - y ello depende sólo de la voluntad de esa comunidad -, la sociedad israelí se va a despertar al otro día con una realidad que no conocía hasta el día anterior. Una lista árabe unificada con 16 - 17 mandatos en la Knéset de Israel [5].
Para quien le es difícil evaluar el significado de este resultado para el futuro de la política y gobierno de Israel, vale la pena poner de relieve los puntos más importantes.
a. Teniendo en cuenta que para la sociedad israelí la participación de una lista árabe israelí en el gobierno todavía es una traición nacional, paradójicamente estos resultados sepultarían definitivamente toda posibilidad de constituir un gobierno de izquierda liderado por el Grupo Sionista de Herzog-Livni.
b. En esas condiciones lo más probable será la constitución de un gobierno de unidad nacional basado en una cooperación entre el Likud y el Grupo Sionista con un par de partidos más. Bajo esta realidad, la lista árabe unificada se constituiría en la primera minoría y, por lo tanto su líder pasaría a ser jefe de la oposición. Esto implica que el primer ministro, digamos Netanyahu, debe, de acuerdo a la ley, informar y actualizar permanentemente al líder de este partido árabe israelí de las actividades de gobierno, incluyendo las más delicadas.
c. Este posible y significativo incremento en la votación de la población árabe israelí podría también convertirse en una vendetta hacia Liberman, que tanto trató de frenar la participación árabe israelí con esa nueva ley. Con la mayor participación en la votación se incrementará cuantitativamente el umbral electoral. Aquellos partidos que hoy están muy cerca del límite, entre ellos el de Liberman por el destape de varios casos de corrupción, probablemente queden fuera del Parlamento.
Los 35 días que faltan hasta las elecciones serán de suspenso. Por lo pronto, el sondeo publicado hoy el Canal 10 de TV ya adelantó que se detecta una tendencia al crecimiento para la lista árabe unificada que la ubica en 13 escaños.
Sólo queda esperar si el 17 de marzo próximo quedará registrado como otra fecha más de la elección de un gobierno con la misma política de siempre o como uno de los cambios históricos más importantes.
[1] En la página Project.61.il se exponen en versión estandarizada todos los sondeos de intención de voto por iniciativa de 10 distintos medios de difusión y realizados por 6 empresas consultoras diferentes, todos ordenados por fecha.
[2] «Sondeo exclusivo: Lista unificada incrementará dramáticamente porcentaje de votantes árabes israelíes»; Dra. Dalia Shaindlin; Página Sija Mekomit; 24.12.14.
[3] «Informe a la Comisión Constitucional de la Knéset»; Prof. Sami Samoja; Prof. Asad Ganem y Dr. Nohad Ali; 10.2.13; Páginas de la Knéset.
[4] «Sondeo: Porcentaje de votantes árabes podría aumentar en 10%»; Fundación Avraham.
[5] «El sector árabe se despierta»; Canal 2 de TV; 29.1.15. - «Umbral electoral y sus consecuencias sobre la representación política de la población árabe israelí»; Israel 1 News; 11.4.14.