En su discurso ante el Congreso, Binyamín Netanyahu se centró en denunciar que si se firma un acuerdo para permitir que Irán desarrolle energía nuclear en los próximos diez años, se le dará legitimidad para producir armas de destrucción masiva en cuanto pueda.
El régimen iraní de Teherán lo afirmó varias veces: desea erradicar al Estado de Israel.
Hubo quienes percibieron la comparecencia de Netanyahu como una maniobra sólo para mejorar su situación en las encuestas, mostrar su incondicionalidad a Obama y repuntar en las elecciones.
Otros piensan que fue un campanazo para granjearse apoyo bipartidario del Capitolio y no remover las sanciones contra los ayatolás.
El patriotismo de Bibi es incuestionable; se siente abandonado por la postura de Obama al negociar el acuerdo; si Israel es atacado con armas nucleares, su temor está justificado.
Por eso utiliza la diplomacia como antesala para lo militar. Hace mucho lobbying para justificar cualquier ataque. Sin duda, Netanyahu cuenta con capacidad, ganas y determinación.
Bibi sedujo a los adversarios políticos del presidente norteamericano. Obama es diplomático. A los republicanos les gusta el intervencionismo militar precedido de sanciones económicas.
Ahora, Obama está más cuestionado y presionado. Se juega solito sus cartas. ¿Lo ven más permisivo y tolerante que enfocado en un liderazgo más proactivo y decisivo para Washington?
No obstante, Netanyahu se mostró desconfiado de la diplomacia y obsesionado con la guerra, el armamento nuclear y la posibilidad de que Israel sea aniquilado. ¿Cómo pueden confiar en los que pregonan la destrucción total del Estado judío?
Además, en esta ecuación prebélica juegan otros importantes actores: Arabia Saudita, Estado Islámico, Al Qaeda, Turquía, Siria, Rusia, la Unión Europea, entre varios más. Cada quien con su propia óptica, cálculos e intereses.
Es cierto, Obama debe confiar en los mecanismos diplomáticos. Parece un Woodrow Wilson del siglo XXI. Pero para sus detractores republicanos es blandengue en política exterior.
Retrospectivamente, poco antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler se lanzó a recuperar los Sudetes, región enclavada en Checoeslovaquia. El entonces primer ministro británico, Neville Chamberlain, fue a Munich a hablar con el líder nazi quien le aseguró que no atacaría otro país europeo, y regresó jubiloso y confiado a Londres. Se jactaba de declarar que logró 40 años de paz.
Hitler mintió. En septiembre de 1939 atacó Polonia. Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. Chamberlain pasó a la historia como un dirigente imbécil.
Obama es un político honesto, pero ello no necesariamente lo convierte en astuto. Cuidado; como dijo Gandi: «La política es un arte igual al de encantar serpientes».
Aunque comprendo su actitud pacífica, racional, y de buena fe, ¿cuánto se debe confiar en un adversario que compite no sólo religiosa, sino también política y militarmente con el Estado Islámico y Arabia Saudita para prevalecer en todo Oriente Medio?
Se puede contra-argumentar que Irán tiene derecho a producir energía nuclear. No es un privilegio únicamente de occidentales o de la OTAN. Válido. Pero no es suficiente. Hace falta responsabilidad, reflexión y buena actitud.
Además, ¿Irán abandonaría su determinación para erradicar a Israel - el firme aliado de Occidente en esa zona? ¿O más bien Teherán está actuando tácticamente sólo para ganar tiempo y luego justificar cualquier acción contra el Estado judío?
En Oriente Medio hay una guerra de puntos focales dispersos que se atraen fuertemente entre sí. En cualquier momento Israel e Irán podrían enfrentarse militarmente.
Llegamos a un punto de inflexión. ¿Cuándo comenzaría esa conflagración gigantesca?
¿Obama será ingenuo o visionario?
En Washington los halcones republicanos ya comenzaron a levantar vuelo. Están manejando la política exterior sin medias tintas.
En suma: Bibi metió en miedo a Washington; mejoró un poco su imagen para las elecciones; se olvidó de los palestinos; y expandió la brecha de reproches mutuos entre republicanos y demócratas norteamericanos.
No es seguro que le alcance para un cuarto mandato.
Fuente: Huffington Post
Traducción: www.israelenlínea.com