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Bibi vs. Barack

Barack Obama y Binyamín NetanyahuTodo indica que la tensión entre Binyamín Netanyahu y Barack Obama va a seguir creciendo hasta que el presidente de Estados Unidos abandone la Casa Blanca en enero de 2017. Al menos así se deduce de los numerosos incidentes que se suceden sin descanso; el último de ellos protagonizado por quien fuera embajador de Israel en Washington entre 2009 y 2013.

Michael Oren publicó un artículo muy crítico contra Obama en el «Wall Street Journal» (WSJ) bajo el título «Obama abandonó a Israel», un texto que se adelanta a su libro «Aliado: mi viaje a través de la división entre Estados Unidos e Israel». El artículo no puede ser más agresivo y suscitó una dura respuesta de Washington.

El embajador norteamericano en Israel, Dan Shapiro, se dirigió a Netanyahu para que desautorice el texto, pero Bibi se negó aduciendo que él ya no tiene nada que ver con Oren, aunque fue el propio mandatario quien lo nombró embajador en su momento y quien lo mantuvo en el cargo durante todo el primer período de Obama.

Nada más aparecer el artículo, el presidente se reunió con sus asesores para Oriente Medio. En un primer momento decidieron dar una respuesta contundente, pero finalmente optaron por no complicar más las cosas y encargaron al Departamento de Estado y a Shapiro que dieran la cara, en lugar de la Casa Blanca.

El controvertido artículo indica que Obama violó los dos principios básicos de las relaciones comunes, causando un terrible daño a las relaciones bilaterales. Según Oren, el presidente de Estados Unidos rompió la tradición de no airear públicamente los desacuerdos entre ambos países y el principio de no causar «sorpresas» a la otra parte.

Como a los embajadores israelíes en Washington no los nombra el ministerio Exteriores sino el primer ministro, en la Casa Blanca consideran que las críticas provienen del propio Netanyahu. El hecho de que Bibi se negó a condenarlas es una prueba de que comparte los puntos de vista del ex embajador que él mismo designó.

Oren nació y se educó en Estados Unidos y antes de emigrar a Israel se especializó en historia de Oriente Medio en Princeton. Por supuesto, en su currículo consta el paso por uno de los llamados «centros de estudios estratégicos», el Centro Shalem de Jerusalén, que juega un destacado papel de propaganda de Israel en Estados Unidos. Además, enseñó en Yale, Harvard, Georgetown, Tel Aviv y Jerusalén, y «The Jerusalem Post» lo consideró como uno de los diez judíos más influyentes del mundo.

En el periódico, Oren sostiene que los «errors» que cometió Obama con respecto a Israel no fueron fortuitos sino «deliberados». Una crítica que en medios judíos moderados de Estados Unidos se calificó a su vez de deliberada y mediante la que Oren - es decir Biibi -buscaba excitar a los judíos conservadores norteamericanos, hacer campaña contra los demócratas y vender el libro que acaba de escribir «entre lectores republicanos».

Esto también lo dijo Shapiro en entrevistas que concedió a medios de comunicación israelíes en hebreo, idioma que  domina. Antes de ser embajador en Tel Aviv, Shapiro fue asesor de Obama para asuntos de Oriente Medio y estudió en Harvard esta misma materia, de manera que su perfil es muy similar al de su amigo Oren, aunque a diferencia de éste, Shapiro no hizo aliá a Israel.

Oren se afilió al partido Kulanu justo antes de los comicios de marzo y su líder, Moshé Kahlón, le cedió uno de los lugares preeminentes en la lista, de manera que ahora es diputado en el Parlamento. Shapiro se dirigió personalmente a Kahlón para que desautorice a Oren y el nuevo ministro de Finanzas formuló una declaración aclarando que el artículo del rotativo no refleja la posición del partido ni la suya propia.

En Washington, John Kirby, portavoz del Departamento de Estado, dijo que el secretario John Kerry considera la versión de Oren «absolutamente imprecisa y falsa y no refleja lo ocurrido», probablemente porque Oren no fue informado al detalle de los numerosos encuentros que Obama y Netanyahu mantuvieron en los últimos seis años.

El caso es que Kahlón, a diferencia de Bibi, solicitó a Oren que se disculpe, pero éste se negó y viajó a Estados Unidos para promocionar su libro y tiene previstas entrevistas con destacados medios que podría aprovechar para echar más leña al fuego, algo que temen en la Casa Blanca y el Departamento de Estado.

Peter Beinart, un conocido periodista judío que se identifica con los demócratas y con frecuencia critica a Netanyahu, resultó ofendido por el artículo de Oren y escribió que no es verdad decir que Obama abandonó Israel cuando incrementó la ayuda militar al Estado judío y siguió vetando en el Consejo de Seguridad dcada una de las resoluciones presentadas contra la ocupación israelí.

Mientras Oren pone el grito en el cielo porque en la primera reunión que celebró con Netanyahu, Obama pidió la congelación de los asentamientos judíos y que Bibi admitiera la solución de los dos Estados, Beinart recuerda que Netanyahu sólo habló entonces de una «paz económica» pero no política con los palestinos. En consecuencia, añadió Beinart, es Bibi quien modificó los entendimientos existentes con Washington y no a la inversa, como sostiene Oren.

Beinart agregó que Netanyahu espera que la Casa Blanca apoye incondicionalmente a Israel en cualquier asunto, y que en caso contrario acusa a Obama de «abandonar a Israel», como lo hizo ahora Oren en su artículo.

Aunque algunos funcionarios israelíes dicen que las relaciones entre Israel y Estados Unidos se deterioraron por una falta de química personal entre Bibi y Barack, lo cierto es que las diferencias políticas fueron decisivas en ese deterioro y Netanyahu parece que decidió gestionar la crisis con paciencia hasta que Obama salga de la Casa Blanca.