El extremismo judío no se resigna en Israel. Tiene sus motivos. Ante declaraciones que se interpretan rutinarias y poco convincentes desde los más altos niveles políticos, el caldo de cultivo del fundamentalismo religioso y colonialista hierve y continúa burbujeando.
Si se miden sus expresiones en niveles y volúmenes, estos ya sobrepasan en importancia al vulgarismo de los miles y miles de comentarios aberrantes en redes sociales de Internet. Hoy ya es parte de estratos institucionales.
Para Miky Zohar, parlamentario del Likud (el partido de Netanyahu), pese a quemar vivos a un bebé y su padre, «el pirómano que incendio la casa del palestino en la aldea Duma no tenía ninguna intención de asesinar a nadie» [1]. Un día antes, Eliraz Fein, conocida activista de derecha del la colonia judía Ytzhar, en Cisjordania, justificó sin tapujos el accionar de extremistas judíos en los últimos días: «Eliraz Fein expresó su incondicional apoyo a los sospechosos del incendio de la Iglesia de Tabgha y atacó a quienes repudian el terror judío en Duma. 'Judíos que se disculpan son patéticos. Sólo de esa manera se puede disuadir a árabes'», afirmó [2].
Reuvén Rivlin, Presidente de Israel, tomó una posición digna de respeto y admiración. Sus inmediatos y contundentes repudios fueron una estrella fugaz en esta sociedad cada día más fanática. Dicha valiente actitud no pasó desapercibida por la intolerancia de nuestros días. Una ola de anónimas amenazas de muerte obligaron a mayor atención en su vigilancia personal hasta llegar a su cumbre cuando un director de escuela religiosa de Jerusalén canceló una visita presidencial aduciendo su disconformidad con los repudios de Rivlin a los últimos acontecimientos [3].
Sobre este trasfondo, días atrás se dieron a conocer declaraciones de Bentzi Gopstein, fundador y cabecera de Lehavá (Llamarada, en hebreo), una ONG cuyo objetivo declarado es impedir la asimilación de judíos en Tierra Santa. Sus pocos aunque intensos años de existencia le acreditaron a esta organización un notorio accionar violento con el objetivo de discriminar y eliminar en lo posible todo vestigio no judío de Israel. Dos de sus activistas incendiaron el jardín de infantes árabe-israelí de Jerusalén en noviembre de 2014. Los hermanos Shlomo y Najman Tuito fueron detenidos y acusados por el hecho. En el juicio se confesaron culpables y recibieron la irrisoria pena de dos años de cárcel. A la salida del juzgado, entre risas y cantos de alegría, declararon: «Valió la pena. El precio de la condena lo justifica» [4].
Sin la menor intención de desprestigiar la firma, Gopstein proclamó en un panel de debate que «sin ninguna duda hay que quemar iglesias en Israel» [5]. Esta resonante declaración de guerra al cristianismo no conmovió a la sociedad israelí. No es para menos. Tan sólo un par de días antes el poderosísimo servicio de seguridad interior de Israel (Shin Bet) le informó al ministro de Defensa que no hay pruebas suficientes para declarar a Lehavá como organización prohibida y fuera de la ley [6]. Son unos santos.
Atentos al peligro que se le avecina, la jerarquía de la Iglesia Católica en Israel presentó una denuncia en la policía contra Gopstein y su organización por incitación a la violencia. Ante una clara pasividad y llamativo desgano por parte del organismo de seguridad local - conducta no fuera de lo normal en casos de incitar a la violencia y discriminación especialmente de no judíos -, la representación de la Santa Sede en Israel se dirigió al Asesor Jurídico del Gobierno y al Fiscal General del Estado exigiendo la presentación inmediata de una acusación contra Gopstein por incitar al racismo [7]. Gopstein fue interrogado y dejado en libertad.
Nadie se debe sorprender de la reacción apática y desinteresada de parte de la gran mayoría de la sociedad israelí. Lo que llama poderosamente la atención es la repentina e inexplicable desaparición del escenario público de aquellos rabinos que no perdieron oportunidad de fotografiarse y jactarse de sus lazos personales con el Papa Francisco en honor del llamado «dialogo interreligioso». ¿Cómo es posible que un rabino que se considera un amigo personal del Sumo Pontífice lo deje solo y amenazado de fuego por judíos en nombre del judaísmo? ¿Qué confianza puede proyectar un rabino que hoy no hace escuchar su voz en medios importantes como entonces cuando un año atrás declaró: «En nuestro tiempo debe haber un diálogo interreligioso y un compromiso entre las religiones. Un hombre de Dios, ya sea un rabino o un sacerdote, tiene que tener coraje espiritual. Como los profetas, no puede callar ante la iniquidad» [8].
No todos callaron. Julian Schvindlerman no perdió la oportunidad de polemizar y anteponer anteojeras a la colectividad judía para confundir una posible comprensión de la realidad. Quien cumple la función de Asesor Político de la DAIA en Argentina atacó groseramente a la Iglesia Católica pues debe saber que «es Israel el único país de la región donde los católicos están plenamente preservados físicamente y sus Lugares Santos, resguardados». Por lo tanto, sus autoridades deben dejar de preocuparse de extremistas en Israel [9]. Lo que intencionalmente olvidó de mencionar Schvindlerman es que en los últimos cinco años las hordas judías cometieron 44 ataques contra iglesias y mezquitas sin que la policía haya presentado una sola acusación judicial [10]. Impunidad total con fuerte tufo racista.
Da la impresión que cuando en Israel arden iglesias y se escucha en boca del pirómano la plegaria «Baruj Hashem» (Bendito sea Dios, en hebreo) en vez de «Allahu Akbar» (Alá es el más grande, en árabe), al Shin Bet se le queman los papeles y los rabinos del diálogo interreligioso se hacen humo.
Nadie se debe sorprender si en un futuro cercano el Papa Francisco prescinde de la ayuda de quienes pueden llegar a comportarse, como en este caso, como muletas desleales.
Ojalá me equivoque...
[1] «El pirómano de Duma no se proponía asesinar»; Walla; 4.8.15.
[2] «Activista de derecha sobre el ataque en Duma: Acto debido y correcto»; Walla; 3.8.15.
[3] «Presidente de Israel 'persona non grata' en escuela de Jerusalén»; Radio Galei Tzáhal; 22.8.15.
[4] «Dos años de cárcel a pirómanos de jardín de infantes de Jerusalén»; Haaretz; 22.7.15.
[5] «Bentzi Gopstein: Hay que quemar iglesias en Israel»; Canal 10 de Israel; 5.8.16.
[6] «Shin Bet: no hay pruebas para poner a Lehavá fuera de la ley»; Haaretz; 4.8.15.
[7] «El Vaticano a Israel: acusar a Gopstein por incitar al racismo»; Haaretz; 9.8.15.
[8] «Entrevista al Rabino Skorka»; Diario El Mundo; 25.5.14.
[9] «¿A la Iglesia Católica sólo le preocupa los extremistas en Israel?»?; Radio Jai; 11.8.15.
[10] «Facebook Hiddush - ONG judía por la igualdad y la libertad religiosa.