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OK; Israel y EE.UU se derrumban

us irsaelTuvieron que pasar cuatro años para que la figura política de Netanyahu sea retocada por sus enemigos más acérrimos con otro tipo de maquillaje más acorde con lo que actualmente está ocurriendo en Oriente Medio.

No olvidemos que para los aficionados a la política Bibi era poco menos que un desquiciado gritando a los cuatro vientos que los ayatolás de Irán estaban manipulando uranio en sus alambiques del diablo a la búsqueda satánica de su piedra filosofal: la Santa Bomba Islámica, nombre acuñado por el Líder Supremo, Alí Jamenei, y voceado por Mahmud Ahmadinejad, para el divino misil nuclear que barrería, en breve, a Israel del mapa.

Lo de este ex presidente no es que sea para morirse de risa cuando se trata de una cosa tan seria pero lo que nadie le puede quitar a un estudioso de las guerras y conflictos es asombrarse de que un idiota de esta categoría llegó ese cargo. Aunque sé que alguno podrá decir que si lo consiguió Nicolás Maduro en Venezuela, todo es posible en política en lo que se refiere a manipuladores de borregos.
 
Sólo un demente mesiánico a la espera del Mahdi - como Ahmadinejad -se atrevería a negar el Holocausto ante todo el planeta y en todo tipo de entrevistas y discursos en universidades; incluso con sarcasmo, risa y mofa, asegurar que el ente sionista sería «vaporizado» muy pronto y que Israel era un cáncer con metástasis por todo el mundo que sería extirpado por los «cirujanos persas» de la central nuclear de  Bushehr.

Es público y notorio que por muchísimo menos entregaron a la turba, para que lo linchen, a este tipo de gobernantes porque se sabe, por psicología de masas, que tras la figura de estos tarados intelectuales siempre se esconde un genocida en potencia, de gran historial violento y asesino no sólo en política doméstica sino en el diseño de redes terroristas globales como es el caso de Gaddafi, de la familia Assad de Damasco y de Ahmadinejad en las alcantarillas de su servicio secreto iraní.  
 
Pero hay que saber que cuando esto llega a oídos de un servicio de inteligencia, es algo muy serio, demasiado peligroso, y se disparan las alarmas en todo Occidente, no por las estupidecess que diga el imbécil persa de turno, sino porque ese discurso insolente está siempre determinado - según la psicología - por la inmensa emoción vivida por el fanático político musulmán cuando sus ojos iluminados contemplaron que la «espada radiactiva» del nuevo Saladino ya está casi a punto en los laboratorios secretos de Teherán.

Es decir, que medio staff de la política internacional iraní quedó «fotografiada» para siempre y por siempre jamás. Ese es el lenguaje de las agencias de inteligencia occidentales: el «ya te atraparemos» que le juraron a Muammar Gaddafi y a Sadam Hussein.

Creo que es de especial interés recordar la retórica de Netanyahu estos últimos cuatro años. No sólo se espantó cuando los servicios de inteligencia occidentales le enseñaron las pruebas de la «exquisita laboriosidad» clandestina en los sitios nucleares iraníes, sino que se quedó perplejo cuando el Mossad, sus propios espías, le comunicaron que sí, que era cierto, pero que no era para tanto, porque había tiempo de sobra para actuar en consecuencia ya que montar un arma nuclear sugiere determinados protocolos de actuación en tiempos perfectamente medibles.

Las pesadillas de Bibi lo llevaron al extremo y ridículo pedagógico de pasearse por medio mundo - incluyendo la ONU - con su cartulina y su rotulador, dibujando una bomba del siglo XVII con su mecha encendida y todo.

En plena era de comunicación e información, a pesar de que Israel fabrica las más sofisticadas computadoras del planeta, apenas conocidas por la gente común, pizarras electrónicas, cañones tridimensionales de imagen, allí estaba el líder israelí, dando un discurso «analógico» en plena era «digital».
 
¿Quién se atreve a excluir a Netanyahu de la mesa de juego?
 
No sé si debería decir esto porque los estúpidos enemigos del imperio norteamericano sionista «gobernado en la sombra por Israel» se van a poner al día y al tanto de todas las debilidades y contradicciones de los yankees y de los judíos. Pero en todo Occidente la gente se moría de risa viendo, contemplando y disfrutando con la patética explicación a lo Hanna-Barbera Productions, Inc. del pobrecito de Bibi, solo ante un mundo que se volvió loco dejando las manos libres al terror iraní.

Por eso Obama es el tío menos simpático del planeta para los israelíes. Esto no quiere decir que Netanyahu sea un santo albañil de Judea ni que debería ser elevado a los altares del negocio de la construcción de asentamientos en Cisjordania.  

Lo que quiero decir es que todos los desastres que están ocurriendo en Oriente Medio no son otra cosa que «vida y Milagros» de la errática política estadounidense capitaneada en su día por George W. Bush, un presidente «de película» que invadió Irak en 2003 buscando armas de destrucción que nadie encontraba por ninguna parte. Prácticamente una estrella de Hollywood representando al héroe norteamericano vestido de piloto de combate. ¿Me pregunta que dónde están las armas de destrucción masiva? ¡Yo que sé! Tendrían que estar en algún sitio, o no. Pero de cualquier manera, le echan la culpa a Netanyahu.
 
En vista de que fue nombrado por Washington como el «malo» de la película palestina, muy por encima del pésimo mercader - y estrafalario regateador - Mahmud Abbás, presidente de la Autoridad Palestina (AP), Bibi se vio obligado a dejar a un lado los cartelitos analógicos pintados con rotulador y desplegar toda la inteligencia militar creadora de un auténtico y genuino halcón del Parlamento hebreo para que la única democracia de Oriente medio despliegue toda su canasta de procedimientos ante la nueva arquitectura de guerra diseñada por Obama para darle gusto de «multilateralidad colaborativa» a los chinos y a los rusos.
 
Los iraníes no saben que China y Rusia van a lo suyo. Putin es uno de los más grandes genios en el negocio de la guerra. Es capaz de venderle un cazabombardero a un comprador agonizante en su lecho de muerte. Este gran mercader ruso no pierde compostura política y colocó material de guerra en Damasco con el visto bueno de Obama. Hasta los mismos rusos de a pie, creen que el asunto de los 6 cazas interceptores MIG-31 y los misiles antitanques puestos en la capital siria son un «juego» de inteligencia que EE.UU e Israel están tramando para una operación secreta. Pero la economía está por los suelos y el Kremlin debe seguir vendiendo armas hasta en el mismísimo infierno. Nunca mejor dicho.
 
No interpretan el periodo actual ni pueden entender la nueva arquitectura de la guerra.
 
«Nuestra idea y nuestro esfuerzo por destruir el Estado judío no es negociable». Quiero que sepan que esto no lo digo yo, sino la corte de ayatolás de Teherán con su vocero principal en la actualidad, Hassan Rohani, presidente pero dentro de un orden jerárquico porque si se atreve a saltárselo es hombre muerto ya que no habría entendido lo que significa «Líder Supremo» y máxima autoridad moral y militar en la tierra de los persas.

La élite iraní no abandonó su retórica antijudía y antioccidental, en todos sus medios de comunicación, para este nuevo periodo en el que se le ofrece que muestre sus habilidades como potencia regional, supuestamente, capacitada para poner orden en un Oriente Medio que tiene hasta la coronilla al Pentágono. Sería aburridísimo para mí, describir la archifamosa lista persa contra el ente sionista, la arrogante superpotencia estadounidense, el Gran Satán, el Pequeño Satán, los sicaros de la Unión Europea (UE), las ratas infieles de Occidente, los traidores a Alá en la casa saudita, el sabandija egipcio de Al Sisi que se arrodilla y sirve a EEUU, la pérfida Turquía que junto a la basura saudita financia al Estado Islámico (EI) creado por las potencias arrogantes.

Durante estos últimos cuatro años, Bibi fue descrito por Teherán como un pobre desgraciado a quien su amo de la Casa Blanca le dio la espalda. Aquí se contradicen un poco, un poco mucho, porque en Irán no paran de decir que quien maneja los hilos en EE.UU es el lobby judío AIPAC lo que demuestra un notable desconocimiento de la política norteamericana y un tremendo embrollo en el cerebro de la élite persa.

Los musulmanes no entienden esto, y los persas mucho menos. Ahora están terriblemente confusos y no aciertan a comprender, pero sospechan que Estados Unidos podría ser la «Gran Ramera de Occidente». El mundo se les vino abajo porque su leyenda de Babilonia se esfumó entre las brumas de la Historia. No saben interpretar el periodo actual ni pueden entender la nueva arquitectura de la sociedad global y las extrañas triquiñuelas empleadas por el Pentágono para hacer la guerra. Con razón sustentada en el mito, llaman los persas «demonios» a los norteamericanos y a los europeos. Ellos sólo ven que el imperio occidental es la fuente de lascivia y soberbia que los infieles de Washington crearon para gobernar un mundo en el caos. Y al frente, Barack Obama: el Nabucco arrogante posmoderno; el diálogo desconocido e invisible entre judíos y griegos, Homero y Moisés perfectamente confabulados para explicar en la Torá, en la Ilíada o la Odisea, la epopeya del hombre. El gran relato que explica todos los arquetipos de la existencia humana; qué es un hombre, qué es una mujer, qué es la vida, qué es la muerte y qué es la guerra.

Confusos al descubrir que unos extraordinarios y fantásticos relatos orientales son la fuente de la sabiduría del ahora imperio occidental, los musulmanes del siglo XXI no se entienden con estos occidentales de cultura greco-judía que comparten con un gigantesco abanico de cristianos. No saben negociar con ellos y optan erróneamente por la confrontación. Un mal negocio y peor asunto porque los occidentales son expertos en hacer olvidar viejos conflictos con los palestinos, soluciones como «dos Estados» o discutir por tal o cual piedra de Jerusalén. Son capaces de hacerlo olvidar porque un pequeño conflicto se tapa con otro más grande y espectacular. O con una guerra permanente contra la Yihad en todo el mundo. François Hollande, presidente de Francia, recuerda que debemos estar preparados para resistir a más ataques de terroristas musulmanes en la UE.

Ya lo dicen todas las autoridades policiales y militares de la Unión: «O ellos o nosotros». Esta serie de declaraciones se suelen dar cuando EE.UU y la UE se preparan para algo más gordo, porque en los pasillos militares de Occidente, todos señalan el foco iraní. Teherán se está enfrentando a los Aquiles, a los Héctor y a los Ulises del «satánico» imperio de Occidente.

Vivir se está haciendo tan caro que se puede adivinar el futuro inmediato.

El modelo económico chino está agotado y hace aguas por todas partes, lo que obliga al Gobierno de Beijing a abandonar sus sueños imperiales porque una revuelta interna le puede costar muy caro. Rusia se sostiene económicamente como puede gracias a la astucia de Putin. Tanto Rusia como China, están colaborando con Estados Unidos porque la economía del siglo XXI es un conglomerado global en el que «uno no puede vivir sin los otros». Las táctica y estrategias militares en Oriente Medio ni las comprenden ni las entienden los «analistas» que se hicieron llamar así la década pasada. El Pentágono y el Kremlin están poniendo toda la carne en el asador en Siria. Ya lograron que «nadie sea amigo de nadie» en Siria y sólo Washington y Moscú dibujarán el nuevo mapa. En ese mapa caótico, la astucia de Netanyahu consiste en abastecerse de petróleo de contrabando a 5 dólares el barril. El 70% de sus necesidades petrolíferas a precios de risa. ¿No decían los ayatolás que son una potencia regional? Pues se lo roban en las narices de la Guardia Revolucionaria estacionada en Irak. Unos amigos de arriba se lo pasan a unos amigos de Turquía y estos lo llevan a Israel.

Como está tan cara la vida, los británicos y estadounidenses, ya están haciendo lo mismo (robando petróleo por la cara) mientras le dicen a los persas que son una potencia regional «imprescindible» y guapísima, pero que ellos se dediquen a la guerra mientras Occidente hace negocios.

Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica están, prácticamente en bancarrota si no en recesión, cuesta abajo. El futuro de América Latina, concretamente sus clases desfavorecidas, van a sufrir los Gobiernos más corruptos de toda su historia. Yo diría que ya lo están sufriendo. Un auténtico calvario que puede durar más de 10 años. Europa resiste bien pero tiene que arreglar cuanto antes el problema migratorio. En una zona desértica de Emiratos Árabes Unidos llamada Zayed Military City, se está creando desde 2011 una armada secreta que ya está lista para combatir. El presidente francés prepara su venganza contra el terrorismo islámico. Militares franceses dirigen esa «armada secreta» en el Golfo Pérsico.

Los enemigos de Washington, de Europa y de Israel, siguen insistiendo en que Estados Unidos está al borde del colapso como nación y que al caer los yankees, caerán los israelíes. No exagero en absoluto. Los ayatolás dicen que es el momento histórico adecuado para atacar Israel por todas sus fronteras y en todos sitios donde se encuentren. Por los discursos del Líder Supremo, Alí Jamenei, y las declaraciones de la élite militar persa, se traduce que van a por todas porque de verdad creen que es «ahora o nunca». Se volvieron locos. Se creyeron toda la literatura antihegemónica, antisionista, anticapitalista y antiimperialista. En Washington la respuesta es: Está bien, de acuerdo, EE.UU e Israel se derrumban. Estamos casi muertos. Agonizando. Por favor no molesten con preguntas absurdas.

Nadie explica en ninguna parte que Israel se encuentra en auténtico estado de guerra y preparado para atacar a los iraníes en cualquier momento y en cualquier parte de Oriente Medio, incluido Irán.
Nadie les explicó a estos fanáticos mesiánicos que el mejor negocio que pueden hacer EE.UU, Rusia, China y la UE es atacar al Gobierno de los ayatolás y despojarlos del petróleo y del gas. El camino más rápido para superar la crisis económica global. Un respiro de aire fresco para los tres socios «multilaterales» que acabarán con el verdadero problema de Oriente Medio.

Nada más obsceno en esta vida que el discurso de un vendedor de crecepelo antihegemónico y antijudío. Claro que alguien podría decirme que algún día los adelantos de la ciencia podrán conseguir que los calvos tengan una melena más grande que la de Rasputín mediante técnicas sofisticadas de trasplante de cabello.
 
Pero ante lo impúdico de un discurso futurista que niegue la felicidad capilar completa para los relatores del apocalipsis yankee, seguro que luego esperarán ansiosos el prodigioso y espectacular trasplante completo de cabeza.

A lo mejor les viene bien cambiar de cerebro a estos enemigos de Occidente.