Ahora, cuando ya ha sido firmada y aprobada, aún los que se oponen a esta transacción no pueden evitar un lagrimón. Gilad Shalit se convirtió en un símbolo. Es el hijo de todos. Y todos estamos emocionados.
Bienvenido. Sólo que la lágrima, y más de una, y la emoción, que es mucha, no pueden evitar la crítica al agravio. Porque la disyuntiva no pasa por la liberación de 1.000 terroristas o 400. Aún 100 terroristas es demasiado. Este canje es un premio al terrorismo.
Este negocio representa el extraordinario triunfo de Hamás. No es una transacción. Es un sometimiento. ¿Acaso no estuvimos ya en este guión? Ya hubo negociaciones de este tipo. ¿Acaso no sabemos exactamente cuáles son los resultados? Parte de la infraestructura del terrorismo regresará a la escena del crimen. Lo único que saben hacer los terroristas es terrorismo.
Sucedió en el pasado. Es lo que puede acontecer en el futuro. En estos casos no existe un cien por ciento de certeza, pero es posible evaluar que la misma no se debe descartar. El día en que se desaten los enfrentamientos, o cuando Hamás decida renovarlos, sabrá que puede hacernos la vida imposible, así de simple, con refuerzos considerables.
La primera negociación con Ahmed Jibril, en 1983, condujo a la liberación de 4.765 terroristas a cambio de seis soldados. En el segundo canje con él, en 1985, fueron devueltos a Israel tres soldados a cambio de 1.150 terroristas. Entre ellos Kozo Okamoto y Ahmed Yassín. En 2003 fueron liberados 400 terroristas a cambio de un ciudadano israelí, Elhanán Tannenbaum, narcotraficante endeudado y capturado en Líbano.
"Un duro golpe" a los esfuerzos de Israel en la lucha contra el terrismo.
En todas las negociaciones la historia volvió a repetirse. Las familias presionaron, el público se acopló, los medios de comunicación intervinieron aún más, el gobierno claudicó, se volvieron a pronunciar las frases llave fijas: "¿Y que pasaría si fuera tu hijo?" "¿A cualquier precio?" y "Es necesario tomar una decisión difícil".
Y eso funciona, siempre tiene vigencia. El aluvión arrastra a todos. También los que se opusieron se convierten con el correr de los días en adeptos; por ejemplo Ehud Barak.
En una aparición ante alumnos dijo: "En todo lo referente a intercambio de prisioneros estamos en una bajada resbaladiza, desde Jibril hasta Tannenbaum; irremediablemente deberemos detener esta pendiente". Con el tiempo se convirtió en el promotor de la campaña de sometimiento. La presión funciona. En la transacción de Jibril, fue el ministro Itzjak Navón quien se opuso con vehemencia.
Y hubo alguien, con funciones de Embajador en la ONU, que envió una carta al primer ministro de entonces, Itzjak Shamir, en el que detallaba sus argumentos oponiéndose a la negociación. El embajador en aquel momento es hoy nuestro primer ministro, Binyamín Netanyahu.
Posteriormente también aclaró en su libro "Un lugar bajo el sol", que la negociación es un "duro golpe" a los esfuerzos de Israel en la lucha contra el terrorismo, en consolidar un frente internacional contra el terror, y también preguntó: "¿Cómo podrá Israel reprochar a EE.UU y a Occidente por adoptar una política de inflexibilidad al terrorismo, cuando él mismo se somete en forma flagrante?
Los terroristas liberados en negociaciones anteriores son responsables de haber vuelto a asesinar a cerca de 200 israelíes. Nadie sabe lo que sucederá esta vez. Dado que la comisión presidida por el juez retirado Meir Shamgar debía haber redactado cláusulas para negociaciaciones de este tipo. No habrán más renunciamientos. Esto trascendió de las conclusiones de la comisión. Con una condición: que las normas tengan vigencia sólo desde la próxima transacción.
Hamás lo lee y suelta una carcajada. Esto es exactamente lo que sucederá la próxima vez. Colocarán el raciocinio y los intereses en el congelador y se someterán a la presión venidera.
Dado que hay una sola cosa segura que se desprende de esta negociación: el ansia por un nuevo secuestro es infinitamente grande; la próxima claudicación es sólo cuestión de tiempo.
!Ojalá se demuestre lo contrario!
Fuente: Maariv - 14.10.11
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il