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¿Qué quiere Erdogán?

¿Qué es lo que quiere Erdogán? Más allá de sus jueguitos de honor, sus ataques de ira y sus demandas de disculpas, la situación del primer ministro turco se ha complicado y, a falta de logros, está tratando de obtener puntos a cuesta de Israel.

El pasado 17 de agosto, hace dos semanas, se acabó la paciencia del premier turco, el gobernador absoluto de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien dió órdenes de empezar una guerra contra las áreas dominadas por los kurdos en el norte de Irak. Los bombardeos aéreos ininterrumpidos causaron la muerte de muchos civiles kurdos. Al mismo tiempo que Assad asesinaba a los sirios, Erdogán hacía lo propio con los kurdos, considerados por los turcos como "terroristas del PKK" (Partido de Liberación Kurdo).

Erdogán envió tropas a la frontera con Kurdistán en Irak, incluyendo cientos de vehículos blindados; pero sobre la montaña que separa a ambos países, Turquía e Irak, se ubicaron cientos de madres kurdas que juraron no bajar de allí hasta que cese el cruel ataque. Miles de personas, kurdos que viven en Turquía, se movilizaron hacia esa montaña, pero el ejército turco les impidió llegar. ¿Democracia, no?

Así fué como se derrumbó la política de paz de Erdogán con los kurdos en Turquía; casi 14 millones de personas declararon la autodeterminación este verano, sin ocultar sus intenciones de desprenderse de ese país. Este es el peor escenario que le puede suceder al gobierno turco. ¿Y qué podrán hacer los aviones de Erdogán? Más kurdos se van sumando a la lucha, que no podrá ser resuelta por medios militares. El ataque de ira de Erdogán sólo logra exacerbar las aspiraciones de independencia kurda.

Históricamente, dos estados apoyaron en forma activa la lucha turca contra los kurdos: Estados Unidos e Israel. Israel les vendió aviones no tripulados para recoger información y Estados Unidos les proporcionó inteligencia, refiriéndose al PKK como una organización terrorista. Sólo que Israel se ha alejado de Turquía, y Estados Unidos está por abandonar Irak a fines de Diciembre. ¿Quién ahora les brindará información a los turcos? Éstos se encuentran en un stress profundo, mientras que los kurdos se fortalecen cada día más.

Las pérdidas del ejército turco son considerables. El mes pasado murieron más de 40 soldados en emboscadas y por causa de minas colocadas por los kurdos. Los turcos se muestran impotetes. Mientras tanto han arrestado a más de 3.500 dirigentes políticos kurdos en Turquía, parte de ellos miembros del parlamento, con la intención de reprender el levantamiento, pero sin lograrlo. Los kurdos exigen la liberación de todos sus prisioneros, más de 20.000, cosa que Turquía no está dispuesta a hacer.

Así es como se maneja la política exterior e interior de Erdogastán: caprichos, ataques de ira y pérdida de paciencia del líder Erdogán. Él no sabe exactamente qué hacer frente a Assad (de quien los turcos sospechan que ha vuelto a apoyar a los kurdos en Turquía); no sabe cómo manejarse con los kurdos en ambos frentes, mientras su enemistad con Grecia y Chipre se va acrecentando. En una u otra ocasión "pierde la paciencia" en algún frente. Así se comporta la dirigencia de un país miembro de la OTAN.

En tales condiciones ¿dónde puede demostrar algún logro? Contra Israel. ¿Por qué no habrá de vapulearlo, demostrando así que él es el gobernador de Oriente Medio? Después que Europa ha dejado bien claro que Turquía nunca iba a ser parte de la Unión Europea, y después de que los estados árabes le dieron a entender que no están interesados en su liderazgo, quedaron sólo Israel y Hamás. Sus incontrolables ataques de ira contra Israel son el resultado de su fracasada política exterior en todos los frentes. No se trata de Israel, sino de Erdoganmismo.

Turquía se ha convertido en una democracia totalitaria. Sobre el papel aparenta ser un régimen democrático, pero en realidad se va pareciendo a un gobierno totalitario, en el cual cientos de periodistas y activistas fueron llevados a prisión bajo cualquier pretexto y acusación. La policía secreta actúa contra los partidos opositores; el ejército está controlado por Erdogán, al igual que la prensa. Cualquiera que intenta oponerse, es detenido bajo pretextos como evación de impuestos, descalificación pública, peligro para la sociedad, etc. Si Turquía era el modelo democrático de Obama, éste se ha esfumado rápidamente, convirtiéndose en otro gobierno al estilo Oriente Medio - Erdogastán - que será desmenuzado en el future por luchas tribales, como sucede hoy en la región.

Los turcos estaban convencidos de su triunfo sobre Israel en las investigaciones de la Comisión Palmer constituída por la ONU - fueron ellos mismos quienes aportaron la idea de formarla, y cuando entendieron que era justamente Israel quien saldría favorecido con las conclusiones, explotaron de rabia. Ellos esperaban que el resultado del informe les iba a posibilitar romper el bloqueo a Gaza, y al final resultó que la comisión impidió cualquier intento futuro de acabar con el sitio. Si hasta ahora los turcos se peleaban con Israel, en este momento la ley internacional está en su contra.

La mayoría de los medios de comunicación en Israel, no todos, actuaron de acuerdo a las leyes conocidas, y agrandaron el conflicto con Turquía más allá de sus proporciones reales; casi como el inicio de una guerra mundial.

Tenemos un problema muy serio con nuestros medios, que crean por sí mismos escenarios y acontecimientos, en lugar de informar en forma objetiva. Así sucedió con el asunto de la sillón del embajador turco luego del incidente de la flotilla: en lugar de enfatizar el triunfo estratégico israelí en lo que respecta a Gaza, se ocuparon de la altura de la silla. Pero cabe recordar que hay varios interesados trabajando detrás del escenario, sobre todo Estados Unidos, para que esta crisis no sufra una escalada.

¿Por qué Gaza es tan importante para Erdogastán? Simplemente, porque es el único lugar del mundo donde lo reciben con honor. Europa no lo quiere. Estados Unidos está furioso por los ataques a los kurdos en Irak, ya que desestabilizan al país poco antes de la planeada retirada del ejército norteamericano, y los países árabes le niegan amablemente su intromisión. Sólo Hamás, que está lejos de Irán, recibe con agradecimiento su intervención. Es la única opción que le ha quedado. Gaza es una estaca para los turcos en esta zona, mas aún por la cercanía ideological con los Hermanos Musulmanes de la franja y su odio a Israel.

Lo más ridículo es que el ministro de Exteriores, Dabutouglu, sigue en su cargo a pesar de que todas sus teorías han fracasado. Él llegó al puesto con la idea de establecer relaciones de paz con todos sus vecinos, lo cual no tenía ninguna posibilidad, menos aún con un partido extremista en el gobierno y un gobernante con nervios débiles. Ahora Turquía se encuentra en disputa con casi todos los países que la rodean. En cualquier momento puede estallar un conflicto bélico, después de haber posicionado sistemas antiaéreos en su territorio contra Irán, además de su actitud contra Assad, patrocinado por Ahmadinejad. Contra Irak ya está en guerra. Con Chipre la enemistad y las amenazas militares son cosa diaria. Con Grecia no tiene ninguna relación, y para colmo los griegos están construyendo un obstáculo naval entre ellos y Turquía. Con Bulgaria nada cambia y el armisticio con Armenia no funciona. ¿Por qué tenemos que ser justamente nosotros la hoja de parra que tape el desnudo turco?

Entonces, ¿qué se puede hacer? Dos cosas: la primera es un confrontamiento frío e indiferente; no responder a los ataques de ira de los turcos y dejarlos que se hagan la fama del matón del barrio, que ya está siendo considerado así por los países occidentales. La indiferencia es la mejor arma contra él, igual que hicimos con Ahmadinejad. El peor castigo que se le puede proporcionar a personas dependientes como Ahmadinejad y Erdogán es ignorarlos.

La segunda: si tanto desean la responsabilidad sobre Gaza, establecer un acuerdo secreto con los turcos según el cual ellos tomarán toda obligación sobre la franja, bajo inspección de la OTAN, por vías marítimas. Una vez a la semana zarpará un navío de Turquía con destino a Gaza con ayuda humanitaria, después de haber sido examinado por las autoridades del país y la OTAN. Esta "concesión" será recibida con alegría y asombro por Erdogastán, y liberará finalmente a Israel de cualquier compromiso con Gaza. A cambio de ello, Israel podrá obtener ganancias secretas a través de Estados Unidos y Europa en el conflicto con los palestinos. Si se hace como se debe, aquí no hay mucho que perder, sólo ganar.

Si esto sucede, ya no estaremos jugando con las cartas que nos repartieron los turcos, con polémicas inútiles de honor y disculpas como en un bazar turco, sino que estaremos repartiendo los naipes y cambiaremos definitivamente el tapete. Al poco tiempo Hamás se va a hartar de la intromisión impuesta por los turcos. De ser un amigo de Turquía, pasará a ser su peor enemigo; tratrará constantemente de deshacerse de él, y cuanto antes mejor. ¿Y quién más se pondrá contra Turquía en este caso? Egipto.

Dejémosle a ellos que se compliquen la vida con sus flotillas y sus vuelos; no nosotros.

En ambos casos, se trata de distanciarse de Turquía, dejarla complicarse consigo misma y con otros, pero no con nosotros. Yo ya no me hago muchas ilusiones con Erdogastán.

Fuente: Gplanet.co.il
Traducción: Sergio Goldfeld