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Cómo no crear un Estado palestino

José María Aznar continúa impulsando "Friends of Israel Initiative" ("Amigos de Israel"). El ex presidente del gobierno de España acaba de publicar un artículo titulado "Cómo no crear un Estado palestino". En dicha nota Aznar resalta el craso error que representaría la declaración unilateral de un Estado palestino.

Aznar es el fundador de "Friends of Israel Initiative" ("Amigos de Israel"), asociación en la cual lo acompañan personalidades de la talla de David Trimble, Alejandro Toledo, G. Weidenfeld, Marcello Pera, Andrew Roberts, F. Nirenstein, G. Weigel, R. Agostinelli, C. Bustelo y William Shawcross.

Cabe destacar que mientras José María Aznar se desempeñaba como presidente del gobierno, elogió en varias oportunidades las actividades de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, destacando "sus fines altruistas" y resaltando el "compromiso de España en la protección de los derechos humanos, tal como Raoul Wallenberg lo hizo de modo ejemplar, hasta el sacrificio personal".

Según trascendidos de fuentes fidedignas, Semana entiende que la labor que hace la Fundación Wallenberg con respecto a Armenia, en la búsqueda de armenios que salvaron judíos durante el Holocausto, coincide con los proyectos de libertad, armonía, hermandad y solidaridad impulsados por Aznar, Vaclav Havel y otros miembros fundadores de "Friends of Israel".

Este es el texto completo del artículo de Aznar:

La declaración unilateral de un Estado palestino, y su reconocimiento internacional, sería un enorme error. Un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos es esencial, pero sólo podrá lograrse a través de negociaciones honestas, no por decisiones unilaterales de alguna de las partes.

En los últimos dos años, la Autoridad Palestina se ha negado a sentarse a la mesa de tratativas con el gobierno israelí, escondiéndose detrás de la excusa de la construcción israelí en los asentamientos en Cisjordania. Al mismo tiempo, ha estado negociando la creación de un gobierno de unidad nacional con Hamás, una organización terrorista cuyo objetivo declarado es la eliminación del Estado de Israel.

El gobierno palestino de un unilateralmente establecido y auto declarado Estado, en el que Hamás sea un miembro de la coalición, hará que las negociaciones, y mucho menos un acuerdo de paz, sea imposible: no es posible la negociación, y ningún acuerdo es posible, cuando una parte se compromete a la destrucción de otra.

El presidente de EE.UU, Barack H. Obama, aboga últimamente por un retorno a las conversaciones sobre la base de las líneas anteriores a 1967, con mutuos intercambios de tierras. Pero incluso esas líneas, como originalmente se delinearon en los acuerdos de cese de fuego en 1949, estaban sujetas a negociaciones, de conformidad con las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU, que ambas partes acordaron, en ese momento, sería la base para un futuro acuerdo de paz. Cualquier frontera futura, de acuerdo con estas resoluciones, debe ser el resultado de un acuerdo negociado.

La declaración unilateral de la condición de Estado palestino es también un torpemente oculto dispositivo de deslegitimación. Palestinos serios saben muy bien que no cumplen con los requisitos, internos y externos, para convertirse en un estado viable, y mucho menos para convertirse en un nuevo estado de la ONU, con todas sus obligaciones. Su objetivo es diferente: la declaración unilateral es, en realidad, sólo otra táctica, dentro de una estrategia más amplia, de avergonzar y deslegitimar a Israel.

No hay ninguna base histórica, institucional o legal, sobre la cual reconocer hoy un Estado palestino, excepto como una especie de estado virtual, que existe de algún modo en la imaginación de distintas partes, pero que no tiene ningún vínculo con la realidad. En Cisjordania, los palestinos dependen principalmente de la cooperación de Israel para funcionar. Otros aspectos más modernos de la condición de estado, tales como el respeto a los derechos humanos, la libertad y una democracia que funcione - los cuales se requieren de otros países que buscan el reconocimiento - lamentablemente faltan en el caso palestino.

De hecho, esta carrera hacia una declaración unilateral de condición de estado, incluidas las negociaciones internas con Hamás, está impidiendo la formación más profunda de la sociedad civil en Cisjordania, que ha progresado en los últimos años y que es esencial para una paz duradera.

Una declaración de condición de Estado palestino, por parte de la Asamblea General de la ONU, será un acto de maniobra política que sólo hará aún más difícil encontrar una solución. La acción unilateral tendrá consecuencias imprevisibles, por lo que el verdadero camino hacia adelante es sólo a través de un acuerdo bilateral.

Este no es el momento para gestos destructivos: es hora de animar a todos a sentarse y negociar, cara a cara, sin condiciones previas que no sean el mutuo e inequívoco reconocimiento.

No puede haber dos estados viviendo en paz uno al lado del otro a menos que los palestinos acepten que Israel es el estado-nación del pueblo judío y que los israelíes acepten que el Estado palestino será la patria para el pueblo palestino. En ausencia de esta base, no tendrá lugar ningún verdadero progreso.

El gobierno de Jerusalén ha dicho, en numerosas ocasiones, que está dispuesto a dialogar. Ahora es el momento de la verdad para los palestinos. Deben elegir el camino de las tratativas, con todo lo que ello implica, incluyendo concesiones de ambas partes.

La alternativa para los representantes del pueblo palestino es seguir demonizando a su único posible socio en la negociación, mientras esperan que la comunidad internacional incline la balanza a su favor. Pero el chantaje llevará al desastre. Las negociaciones deben llevarse a cabo de buena fe y no como un medio de ejercer diversas formas de presión internacional.

Es hora de que la comunidad internacional, empezando por la ONU, diga que el tiempo de las ilusiones se acabó. Negociaciones serias sólo pueden ser llevadas a cabo por israelíes y palestinos, sin importar la cantidad de ayuda o de buena voluntad que provenga del exterior. Un Estado palestino declarado unilateralmente, que no sea el producto de tratativas bilaterales, es pedir que Israel acepte lo inaceptable.

Diplomacia exige, sobre todo, lnegociación y acuerdo, no demandas unilaterales impuestas con desprecio.

Todos tenemos un sincero deseo de ver un Estado palestino junto al de Israel, viviendo una paz duradera y estable. Por consiguiente instamos, a todos los líderes de la Unión Europea y del mundo occidental, a rechazar de manera inequívoca la posición actual de la Autoridad Palestina. Instamos a los palestinos a que vean que la única manera en que pueden tener su propio Estado es a través de un acuerdo con los israelíes. Ninguna otra opción debería ser apoyada por la comunidad internacional.

Sólo el diálogo sincero y el reconocimiento incondicional de cada parte por la otra, pueden ser la fórmula para renovar negociaciones y sentar las bases de un Estado palestino viable en un futuro próximo.

Fuente: Yediot Aharonot
Taducción: www.argentina.co.il