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El fin del precio al por mayor

Los útimos sucesos en Oriente Medio determinan que las revueltas árabes están poniéndole fin a la era de "Oriente Medio a precio mayorista" y marcando el comienzo de una nueva: "Oriente Medio a precio minorista". Todos tendrán que pagar más por su estabilidad.

Empecemos por Israel. Durante los últimos 30 años, Israel disfrutó de paz "al por mayor" con Egipto, gracias a un acuerdo fundado en la voluntad de un solo hombre: Hosni Mubarak. Pero esa singular operación se acabó. Hoy, después de Mubarak, Israel está obligado a pagar a precio minorista si es que desea mantener el tratado de paz con Egipto de un modo que todavía resulte estable. Tendrá que hacer la paz con 85 millones de egipcios. Se terminaron aquellos días en los que una simple llamada telefónica a Mubarak por parte de Israel bastaba para acabar con cualquier crisis en las relaciones.

Amr Moussa, el jefe saliente de la Liga Árabe y el favorito en las encuestas para suceder a Mubarak en noviembre, mes en el que Egipto celebrará las elecciones, lo dejó en claro recientemente durante una entrevista con The Wall Street Journal. En relación a Israel, Moussa declaró: "Mubarak tuvo una determinada dirección. Esa fue su política particular. No creo que debamos continuarla. Queremos ser un amigo de Israel, pero eso supone la relación de dos partes. Esa amistad no depende sólo de Egipto. Israel también debe desear ser amigo".

Moussa debe mucho de su popularidad en Egipto a la fuerte postura que mantiene en relación con Israel. Espero que tenga una visión más amplia. Cabe señalar que durante la década que estuvo al frente de la Liga Árabe, invirtió una gran parte del tiempo a la tarea de lidiar con Israel y no hizo prácticamente nada para destacar u ocuparse de las conclusiones del Informe sobre el Desarrollo Humano Árabe de las Naciones Unidas de 2002, redactado por un grupo de académicos árabes bajo la dirección de un egipcio, donde se señala que el pueblo árabe sufre actualmente de tres enormes déficits: déficit de libertad, déficit de conocimientos y déficit en materia de autonomía para la mujer.

Sin embargo, el actual gobierno israelí muestra más bien pocos signos de estar preparado para una paz al "por menor". No podría afirmar con toda certeza que Israel cuente con un socio palestino para una paz segura que lleve a Israel a poner fin a su ocupación en Cisjordania. Pero puedo decir con un cien por ciento de seguridad que Israel tiene un gran interés en hacer el máximo esfuerzo para ensayar esa posibilidad. El mundo árabe atraviesa actualmente una turbulenta transición hacia un destino todavía incierto. Israel debe hacer todo lo posible para abandonar ese "hábito de su propia historia"; el camino se le va a poner realmente complicado.

No obstante, y por desgracia, la principal estrategia de Irán, Siria, Hezbolá y Hamás habrá de basarse en arrastrar a Israel dentro de la historia árabe como una forma de desviar la atención en un intento por obliterar las maneras extremas con que estos regímenes antidemocráticos están reprimiendo a sus propios pueblos, y para deslegitimar aún más a Israel, asegurándose de que siga manteniendo la condición de continuo ocupante de los territorios palestinos en Cisjordania.

No hay que hacerse ilusiones: El objetivo principal del llamado "Eje del mal" hoy es bloquear a Israel en Cisjordania de tal manera que sea pasible de ser denunciado por la comunidad internacional como una especie de estado apartheid judío, con una minoría judía a cargo del control permanente de una mayoría palestina, si se suman los árabes israelíes y los árabes de Cisjordania. Con un mundo árabe más democrático, donde todos pudieran votar, eso sería un desastre para Israel. Puede que sea algo inevitable, pero sería una locura si Israel colaborara para que efectivamente ocurra así, al no perseguir agresivamente una opción de retirada segura.

El segundo grupo obligado a pagar el precio de la estabilidad "al por menor" está constituido por las monarquías árabes: Arabia Saudita, Bahrain, Kuwait, Jordania y Marruecos. Estos gobiernos han comprado durante décadas estabilidad mediante una estrategia reformista de "compra al por mayor", ofreciendo falsas reformas - gabinetes de reorganización que nunca fueron pensados para compartir el poder real - y distrayendo a su pueblo con espejitos de colores. Sin embargo, estas monarquías insisten en subestimar por completo la profundidad de lo que acaba de estallar en la región, y que no va a agotarse tan fácilmente: una profunda búsqueda de dignidad personal, de justicia y libertad. Por lo tanto, no les queda otra alternativa que compartir más poder.

El tercer grupo que se verá obligado a "pagar al por menor" - al menos, eso espero - son los Hermanos Musulmanes de Egipto. Bajo Mubarak, y de un modo extraño, las cosas eran relativamente sencillas para la Hermandad. Mubarak se aseguró de que ningún partido egipcio auténtico, legítimo, progresista y moderno pudiera surgir entre él y los Hermanos Musulmanes. De ese modo, el ex presidente podía acudir a Washington una vez al año y decirle a su homólogo: "Mire, la cosa es conmigo o con la Hermandad Musulmana. Nosotros no contamos con moderados independientes y seculares".

En consecuencia, para obtener sus votos todo lo que los Hermanos Musulmanes necesitaban decir era: "Mubarak es un sionista y el Islam es la respuesta". No había ninguna necesidad de pensar arduamente en términos de trabajo, economía o globalización. Mubarak consiguió negociar "al por mayor" por el simple hecho de ser el único vehículo auténtico de protesta contra el régimen. Pero ahora los Hermanos Musulmanes van a verse obligados a obtener sus votos "al por menor". Eso espero.

La pregunta clave es esta: ¿Es legítimo pensar en una alternativa a la Hermandad Musulmana, íntegra, legítima, auténtica, progresista, moderna y nacionalista, capaz de organizarse y actuar eficazmente frente a los islamistas en las elecciones egipcias, para luego dedicarse a gobernar de manera efectiva?

Woody Allen señaló de manera genial que el 80 por ciento de la vida recién está saliendo a la luz. Pero es incorrecto: el 80 por ciento de la vida finalmente está logrando hacer cosas. Los centristas egipcios de la plaza Tahrir deben demostrar ahora que son lo suficientemente capaces para formar partidos políticos, y de ese modo, comenzar a hacer bien las cosas. Ya nadie va a negociar "al por mayor".

Fuente: The New York Times - 26.5.11
Traducción: www.argentina.co.il