Las recientes revoluciones en Túnez y Egipto, y las manifestaciones candentes en diferentes ciudades de los países árabes, demuestran, si es que todavía hace falta una prueba, que el mundo árabe jamás desapareció.
En su lugar, diferentes países árabes comprueban que cada uno se caracteriza por una población y normas de conducta propias. Como resultado de ello, se desarrollaron estados nacionalistas territoriales con identidades aisladas.
La retrógrada Liga Árabe - así continúa el argumento - representa una expresión más de la bancarrota del mundo árabe. No obstante, las revoluciones en Túnez y Egipto, y las manifestaciones candentes en diferentes ciudades de los países árabes - que también en ellos podrían conducir a revoluciones adicionales - demuestran, si es que todavía hace falta una prueba, que el mundo árabe jamás desapareció.
Esta es la paradoja: Por un lado, la identidad territorial sí se amalgamó en cada uno de esos países a través de parámetros de identificación: sistema educativo, medios de comunicación, festividades características de cada país, arqueología y cultura popular.
Paralelamente existe una identidad árabe que se manifiesta principalmente en el idioma, en la cultura y en la historia. Así, "Al Jazeera" transmite no sólo para ciudadanos de Qattar sino a todo el mundo árabe; los periódicos serios, "Al-Hayat" y "Asharaq Alawsat", que se publican en Londres, son escritos por eximios intelectuales árabes y leídos por árabes intelectuales en todo el mundo.
Así, películas egipcias o libanesas se pryectan en todas partes del mundo árabe. En este caso, el concepto "mundo árabe" trasciende su marco territorial regional e incluye árabes de Europa y de otros lugares.
Sin embargo, la importancia de los últimos acontecimientos se enclavaron de tal manera que la existencia del sistema árabe se puso en evidencia también desde el punto de vista político.
El efecto de la filtración de los sucesos en otros países árabes, se lleva a cabo principalmente debido a los lazos idiomáticos, culturales e históricos, que convierten al mundo árabe en un sistema en el que un acontecimiento que ocurre en un lugar, influye inmediatamente en otros.
El hecho de que actualmente no se ven manifestaciones similares en otros países que sufren de problemas económicos y culturales parecidos (por ejemplo en África y Asia), demuestra que el efecto "árabe" de los eventos es cardinal.
Una excepción es Irán, que no es un país árabe, pero de una manera u otra es quien comenzó el proceso con manifestaciones hace ya un año y medio, y que fueron reprimidas duramente por el régimen.
Esto y más: Irán siempre tuvo una influencia decisiva - para bien o para mal - en el mundo árabe, que proviene de su cercanía geográfica y de tener influencia sobre la población chiíta de esos países. Es de suponer que este predominio actúa también en sentido contrario, y que las manifestaciones en el mundo árabe incitan a los ciudadanos iraníes a salir a las calles.
¿Cuál es la importancia de la hipótesis de que existe un "mundo árabe"? Primeramente, no nos asombremos del fenómeno filtración; si Egipto siempre lideró procesos y maniobras en el mundo árabe, es de suponer que también la actual revolución conducirá a manifestaciones, levantamientos y quizás hasta revoluciones en dichos lugares.
Segundo, aún en momentos de crisis - como la conquista de Irak por EE.UU - se pone de manifiesto este núcleo. Es decir, la sensación de identidad de los países del sistema se fortalece a raíz de la burda intromisión de un estado que se encuentra fuera del mismo y lo amenaza.
Finalmente, en determinados casos este sistema logra también crear un amplio consenso pan-árabe: En el pasado sucedió por las guerras contra Israel; últimamente, en 2002, el mundo árabe se unió alrededor de la iniciativa de paz saudita aprobada por 22 países de la Liga Arabe. Fue ésta la segunda iniciativa pan-árabe, posterior al programa de paz de quien, con el tiempo, se convirtiera en Rey de Arabia Saudita, Fahed, y que fue adoptada por la Cumbre Árabe en 1982.
No debemos deducir de ello que la existencia del "mundo árabe" es el diagnóstico a nuestro aislamiento en la región; la soledad esencialmente nace de la inoperancia por nuestra parte.
Fuente: Haaretz - 25.2.11
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il