Quien vio los noticieros en el país y en el exterior, quizás olvidó algunos hechos simples: Israel no inició el encuentro en altamar, ni comenzó la provocación, ni atacó con armas blancas y armas de fuego a soldados. No es Israel quien debe rendir cuentas.
Israel es un Estado soberano y democrático. La angustia que se vive en Gaza proviene exclusivamente del régimen de Hamás. Esta organización terrorista dispara misiles sobre civiles inocentes y mantiene al soldado Guilad Shalit prisionero en condiciones deplorables. Mientras Hamás siga teniéndolo en sus manos, también el asedio a Gaza debe continuar.
Somos un país complicado. Esa es la sensación que tuve al ver las transmisiones especiales de las noticias en la televisión. ¿Qué es lo que sucedió al fin y al cabo? Muchachos de 20 años, soldados combatientes, los mejores que tenemos, abordaron un navío repleto de personas violentas con armas blancas para evitar su peligrosa intrusión en Gaza.
Los gendarmes no se enfrentaron a activistas de paz, sino a una escuadra terrorista salvaje, armada y asesina, que intentó ejecutar un linchamiento en vivo y en directo.
Los terroristas trataron de matar a los soldados con sus propias manos; golpearles hasta hacerlos sangrar y arrojarlos al mar. Éstos, sin otra posibilidad, se defendieron tenazmente y en condiciones prácticamente imposibles lograron cumplir el objetivo del operativo ocasionando un mínimo de víctimas.
Sí; nueve muertos en dicha situación complicada es mucho menos de lo que hubiera pasado si se enfrentaran a una fuerza militar de cualquier otro país, en situaciones semejantes.
Sólo que en lugar de anular despectivamente y rechazar los reclamos tan ridículos del mundo, aquí todos comienzan a flagelarse: ¿Cómo no supimos, porqué no hicimos, y qué es lo que dirán?
¿No sería conveniente que en un día como éste nos sintamos orgullosos de que los soldados de la flota consiguieron controlar a un grupo de salvajes que trató de matarlos sin que cayera ninguno de los nuestros?
Puede ser que necesitemos sacar algunas conclusiones para el próximo intento de romper el bloqueo a Gaza.
¿Pero porqué todo este lamento y todo este llanto, en lugar de que haya esencialmente un orgullo nacional del tipo más básico y simple?
Fuente: Yediot Aharonot - 1.6.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il