No hay ninguna posibilidad en el mundo de que al reducirles algunos beneficios a los presos de Hamás en las cárceles israelíes, se contraiga el corazón de esta organización fundamentalista radical y provoque la liberación de Guilad Shalit.
Tengo la sensación de que la mayoría de los ministros del gobierno que votaron a favor de la "Ley Shalit" entienden lo que yo entiendo y recibieron los argumentos que también yo recibí de los organismos competentes.
Si apoyaron la ley, lo hicieron porque prefirieron un acción política populista por sobre un razonamiento político responsable.
Desde el punto de vista público resulta sumamente claro: Hamás secuestró un soldado israelí y no le brinda las condiciones de prisionero que le corresponden; entre ellas, las visitas de un representante de la Cruz Roja.
En Israel están presas muchas personas de Hamás que gozan de condiciones reconocidas en el mundo en estas circunstancias y reciben, como todos los otros prisioneros de seguridad, algunos beneficios adicionales.
Si Guilad Shalit se pudre en el lugar secreto donde lo ocultan, ¿porqué "mimar" a los presos del Hamás?
Es tan obvio que se debería atentar contra las condiciones favorables de las que gozan; ello quizás apresure la liberación de Shalit.
Pero es que no. Los beneficios que reciben los prisioneros no provienen de un buen corazón ni por ingenuidad. Ellos se brindan para asegurar la tranquilidad dentro de las cárceles.
Una situación en la que miles de presos sienten que no gozan de condiciones favorables crea amargura y violencia que conlleva a huelgas de hambre y la identificación inmediata de sus camaradas fuera de la cárcel.
En el pasado, cada vez que estallaba una insurgencia en alguna prisión, ella se expandía por los territorios. El resultado entonces es la negociación con los líderes de los prisioneros y el regreso a las condiciones anteriores.
La pregunta que se repite es ¿qué fórmula utilizar para no dar a entender que nos rendimos al terror?
No hay ninguna posibilidad en el mundo de que al reducirles algunos beneficios a los presos de Hamás, se contraiga el corazón de esta organización radical y provoque la liberación de Shalit. Lo que llevará a la misma, es una negociación en la que se liberará a mil prisioneros de Hamás y el gobierno de Israel deberá decidir si está dispuesto a pagar o no ese precio.
Mucho más cómodo para el ejecutivo es apoyar una ley infantil que ocasionará daño antes de materializarse, pero hasta entonces contará con el apoyo público en lugar de llegar al momento de la verdad con respecto al futuro de Guilad Shalit.
Fuente: Israel Haiom - 25.5.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il