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Irán: Dios como verdugo


El domingo 9 de mayo, el gobierno mandó ahorcar a cinco activistas kurdos, incluyendo una mujer, en la prisión de Evin, en Teherán, bajo la acusación de "moharebeh" o sea enemistad con Dios.
 

Obviamente nadie ha podido entrevistar a Dios para saber si él está de acuerdo con todas las barbaridades perpetradas en su nombre. Pero el régimen teocrático de Teherán no duda de sus facultades "divinas" que le permitan trampear elecciones, ejecutar opositores e intimidar a todos aquellos que se atrevan a protestar contra su régimen cada día más arbitrario y represivo.

Sobre la injusticia y el carácter intimidatorio de las ejecuciones no cabe la menor duda. El director del Programa para Oriente Medio y Norte de Africa de "Amnistía Internacional", Malcolm Smart condenó las ejecuciones y señaló que pese a las graves acusaciones contra los acusados, ninguno de ellos tuvo acceso a un juicio justo. Tres de las personas acusadas fueron torturadas y otras dos obligadas a "confesar" bajo presión. Luego fueron ejecutadas infringiendo la ley iraní, que exige que las autoridades notifiquen la ejecución con antelación a los abogados de los presos.

Mehdi Eslamian, uno de los acusados, fue torturado con golpes y latigazos y se le negó atención médica. Otro de los condenados a la horca, el profesor secundario Farzad Kamangar, pasó siete meses recluido antes de poder ver a su familia. Según una carta suya, publicada en Internet en abril de 2008, fue torturado en repetidas ocasiones desde su detención en mayo de 2006. Fue azotado y confinado en una habitación helada, en la cual los guardas jugaron al "fútbol" con su cuerpo, rodeándole y golpeándole con palos mientras "se lo pasaban entre ellos".

Todos los acusados negaron los cargos y denunciaron las torturas. Según el abogado del Prof. Kamangar, Kahil Bahramian "El poder judical está actuando políticamente y ha sido copado por el aparato de inteligencia, militar y de seguridad del régimen".

Bahramian asimismo dijo que el juicio de su defendido fue totalmente irregular, que no hubo ningún jurado y que solo duró 10 minutos. Cuando el abogado pidió permiso para hacer la defensa, el juez simplemente le dijo que presente sus puntos de vista por escrito.

Irán posee una de las tasas de ejecuciones más elevadas del mundo. Amnistía Internacional registró más de 80 ejecuciones durante lo que va de 2010. Para Malcolm Start no cabe la menor duda de la intencionalidad política de esta dura campaña de represión. A su juicio "las últimas ejecuciones parecen ser un intento flagrante de intimidar a los miembros de la minoría kurda y a las personas críticas o contrarias al gobierno en las jornadas previas al 12 de junio, primer aniversario de las reñidas elecciones presidenciales del año pasado".

Pero la intimidación sistemática no se limita a los disidentes más comprometidos y abarca a toda la población. Las autoridades lanzaron una campaña por la televisión del Estado para proyectar una imagen de autoridad. Una reciente serie de televisión llamada "Sabiduría negra" mostró los métodos de la policía para controlar los mensajes electrónicos privados. Un televidente que no quiso dar su nombre,  declaró a Nazila Fathi del "New York Times" que asusta ver hasta qué punto el régimen es capaz de intervenir en la vida de la gente. Es obvio que pretenden intimidarnos e intimidar a nuestras familias".

Todos los que pueden de alguna manera denunciar ese intento de control, por ejemplo abogados y periodistas, están en la mira del régimen. Un caso típico es el del abogado Mohamed Olyaeifard, que protestó contra la condena de muerte de uno de sus defendidos menor de edad. Su cliente, Behnoud Shojaee, fue muerto en la horca por un  homicidio cometido cuando tenía 17 años. Para Amnistía Internacional "Mohammed Olyaeifard ha sido encarcelado únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y debe ser excarcelado de inmediato y sin condiciones".

Si el deterioro de las condiciones para el trabajo de los abogados ha cobrado dimensiones inquietantes aún peor es la situación del periodismo. En una carta del periodista Zhila Bani Ya´quoub al presidente de la magistratura iraní, éste escribió : "Actualmente hay alrededor de 70 periodistas en las prisiones de la República Islámica y muchos más, como yo, están en libertad bajo fianza, sin ninguna seguridad. Tenemos miedo de que cualquier cosa que escribamos pueda ser utilizada como prueba de "propaganda contra el sistema" o "conspiración contra la seguridad nacional". Mis colegas y yo intentamos escribir lo menos posible".

La censura también abarca los libros. En una reciente conferencia para la difusión de la ideología islamista, el Líder Supremo Ali Khamenei hizo un llamado a impedir la publicación de libros contrarios a los valores de la religión y la cultura del régimen islámico de Irán.

La propaganda oficial no se detiene en su ominosa campaña contra sus críticos. El sitio iraní en Internet, Khabaronline denunció que en la provincia de Isfahan , se está distribuyendo un juego de computación en el que los jugadores juegan a matar los líderes de la oposición, como Mir Hussein Mousavi, Mehdi Karroubi y Mohamed Khatami.

Sin duda, el régimen iraní es un peligro para la humanidad pero es en primer lugar un castigo para su propio pueblo.