El conocido presentador de televisión israelí Yair Lapid anunció esta semana su entrada a la vida política avalado por encuestas que le conceden la oportunidad (al día de hoy) de alterar considerablemente la composición del mapa politico de Israel.
Lapid no hizo todavía ningún anuncio público específico y la gran mayoría de los israelíes no sabe qué realmente piensa y cómo accionaría frente a tales o cuales asuntos nacionales, internacionales, políticos, económicos y sociales del Estado judío.
Sin embargo, ya son varios los años que Lapid nos viene transmitiendo sus impresiones en infinidad de artículos en los cuales, con buen ojo clínico, podremos llegar a conocer sus posiciones, puntos de vista y sensaciones acerca de la realidad israelí.
Lo que aquí sigue es una pequeña reseña de algunas partes de esas notas que fuimos publicando en Israel en línea sin saber que llegaría el día en el cual Lapid deberá demostrar si sus pensamientos coiciden con su accionar.
"Elogio a la prensa israelí" - Yediot Aharonot; 9.11.11
"...Israel es un país fuerte, no a pesar de nuestra libertad de expresión, sino más bien a causa de ella. Israel es fuerte porque todas las partes que operan algún efecto sobre su destino - el gobierno, la Knéset y Tzáhal - saben que el día de mañana podrían ser ellas la historia principal de las noticias en caso de meter la pata. Israel es fuerte porque está dispuesto a sostener duras críticas y porque todo el mundo merece ser representado. La verdad puede ser ciertamente dolorosa, pero la existencia de una prensa libre es nuestra manera de decirle a la nación que puede ser mucho mejor, más justa, más valiente y más digna de nuestro amor..."
"Las evidencias murieron" - Yediot Aharonot; 1.8.11
"...No existe la verdad, o al menos, no una sola verdad. En lugar de exhaustivos estudios y posiciones bien fundamentadas, lo que tenemos con los palestinos es una disputa entre vecinos gritándose unos a otros: 'Ya es hora de que te enfrentes a los hechos'..."
"La rebelión de los esclavos" - Yediot Aharonot; 21.7.11
"...Somos esclavos de un régimen que se convirtió en un club de amigos cerrado en el que permanecen las mismas personas que se intercambian reiteradamente en las mismas funciones, concluyen los asuntos con un guiño de ojo y saben que nunca tendrán que pagar el precio del fracaso.
No somos socialistas, hermanos esclavos, pero sabemos reconocer la injusticia cuando la vemos. La clase media israelí paga por quien está debajo suyo, y eso está bien; pero también paga por quien está encima, y eso está mal.
La economía no es un éxito si una persona no paga el precio de los fracasos.
¿Acaso alguien paga el precio del tren que no llega? ¿el precio de la muerte de la anciana que nadie sacó del pasillo del hospital? ¿el precio del jóven aprendiz que abandonó con rabia impotente el hospital porque ya no puede más?
Por supuesto que no. Porque los esclavos no mueren. Sólo se van cambiando..."
"Carta a un intelectual egipcio" - Yediot Aharonot; 10.2.11
"...Amigo ¿Realmente crees que Israel es quien no permite a los jóvenes de tu país encontrar un trabajo digno con un sueldo decente? ¿Somos nosotros los que originamos que los funcionarios de tu gobierno se metan la plata en los bolsillos? ¿Nosotros falsificamos los resultados de sus elecciones? ¿Nosotros les prohibimos crear un sistema de salud pública? ¿Un sistema de educación? ¿agricultura moderna? ¿desarrollar la industria?
Los intelectuales son personas que rigen al mundo con sus cerebros. Ellos contemplan la vida y tratan de ver en ella alguna ínfima verdad; y si no la encuentran, tratan de crearla. Tienes la oportunidad de reconstruir tu país, ¿quieres edificarlo sobre la verdad, o sobre la triste y cruel mentira que te depare otros cien años de indignación?..."
"¿Los colonos nos toman en cuenta?" - Yediot Aharonot; 2.10.10
"...Lo único que nos ofrecen los habitantes de los asentamientos en este momento es la impresión de que ellos creen saber mejor que nosotros lo que es mejor para nosotros. Ven el mismo país, con los mismos problemas, y llegan a la conclusión de que su solución es mejor. Los colonos creen, sobre todo por cuestiones religiosas, que no hay ninguna posibilidad de que estén equivocados, y que, por lo tanto, están plenamente capacitados para actuar en contradicción con nuestros puntos de vista, incluso en temas que hacen directamente a nuestras vidas. Eso es a la vez problemático e irritante. Un cuatro por ciento de los habitantes del país no puede establecer que sean ellos los únicos que sepan lo que es correcto.
La existencia de Israel, que hasta hace unos años parecía estar garantizada, ha sido puesta frente a un nuevo signo de interrogación. En esta ocasión, no es por las amenazas de nuestros enemigos, sino por nosotros mismos. El gran temor que estamos enfrentando tiene que ver con la desintegración, el aislamiento internacional, la división en sectores que sólo se preocupan de sí mismos y la pérdida de nuestra identidad nacional..."
"¡Feliz Año Israel!" - Yediot Aharonot; 30.8.10
"...Fue un buen año, pero nos sentimos mal porque el discurso en Israel es francamente terrible. El tipo de diálogo en el que nos ocupamos es violento, superficial y, en sí mismo, erróneo. Nadie escucha, nadie permite que alguien acabe una frase y todo resulta ser siempre algo personal, insultante y automáticamente clasificado en "a favor de nosotros" o "contra nosotros". Y los que están contra nosotros son necesariamente corruptos y mentirosos. Hemos perdido el rasgo más elemental de la civilización: la capacidad de escuchar a alguien que piensa diferente y aceptar que puede tener razón. El problema aquí no es la esencia, sino más bien, el estilo. Nos hemos vuelto un país de comentaristas de gacetillas de chismes, terreno fértil para la difamación que sustituye cualquier posibilidad de discusión directa sobre las cosas mismas..."
"Carta a mi amigo ortodoxo" - Yediot Aharonot; 30.4.10"
"...El 20% de los alumnos del Estado son ortodoxos, el 20% de los habitantes del país son jubilados, el 20% de los ciudadanos son árabes. No tengo ningún problema con ninguno de ellos. Está permitido ser ortodoxo, árabe, y por supuesto jubilado, ¿acaso no lo seremos alguna vez? Sólo que si aún hoy en día no resulta claro cómo el 40% de los habitantes del país logra sustentar al 60%, ¿te imaginas lo que sucederá aquí dentro de diez años?
¿Quieres educación privada para tus hijos? Ningún problema. Págala. No existe país alguno - ¡ni uno solo! - en el cual es el gobierno quien mantiene la educación privada.
No te hablaré de ideología, ni tampoco de cómo puede ser que no te afecte el hecho de que vivas de mi bolsillo, pero ya no tengo cómo pagar todo eso. Tenía; se terminó; no hay más. No sólo para tus hijos ya no tengo qué dar, tampoco para los míos. ¿Comprendes cómo me siento?
Nuestros hijos van camino a un mundo en el que no podrán vivir juntos. Yo les doy a los tuyos, aún en contra de mi voluntad; pero mis hijos simplemente no podrán ni querrán hacerlo..."
"Dos Estados para un pueblo" - Yediot Aharonot; 6.11.09
"...Uno de los Estados es liberal, la libertad de expresión es un valor trascendental y la democracia fluye pletórica de impulsos. Allí se respetan los derechos de los homosexuales y hay sensibilidad hacia minorías o niños refugiados. Se avanzó tan lejos con el tema de los derechos humanos, que algunos de los parlamentarios argumentan abiertamente, que ellos representan al enemigo.
El otro Estado es cada año más religioso, más tétrico y conservador. Las mujeres tienen prohibido sentarse al lado de los hombres en los autobuses, 48% de los niños de jardines de infantes aprenden sólo religión (musulmanes o judíos). En sus escuelas está prohibido introducir computadoras o enseñar ciencias, inglés y matemáticas. Se rige por leyes de la Edad Media que determinan qué se puede comer, cuándo viajar y en qué días se puede ver una película.
Uno de los Estados importa trabajadores extranjeros; el otro, los expulsa.
Uno de los Estados está comprometido hasta la médula con la paz. Está dispuesto a devolver territorios que, a su entender, parte de ellos son sagrados. Ha llegado al borde de una guera civil en pro de la paz, pero enfrentó a sus ciudadanos y les dijo estar convencido del precio a pagar.
El otro Estado hace lo imposible por frustrar cualquier posibilidad de paz. Levanta asentamientos en lugares donde la mayoría es población enemiga que retrocede reiteradamente de sus compromisos internacionales. Domina una población civil y origina un resentimiento que se hereda de generación en generación. Su gobierno demuestra una debilidad espantosa ante pequeños grupos que logran imponerle su política violenta, contraria a la ley y a todo raciocinio.
Uno de los Estados fue creado como una respuesta contundente al Holocausto. El otro permite morir de hambre, de vergüenza y en el olvido a los sobrevivientes de la Shoá..."