Imaginen que fueran padres palestinos; sólo supuestamente; dejen volar la imaginación; ustedes son padres palestinos que apoyan la paz con Israel. Seguramente desearían educar a sus hijos en ese espíritu...
¿Hasta qué punto resulta difícil para padres que viven actualmente en zonas de la Autoridad Nacional Palestina educar a sus hijos a desechar la violencia, reconocer al Estado de Israel y anhelar la paz?
El deporte se considera, generalmente, como un elemento positivo, desafiante, sano. Una competencia deportiva para niños es eso. Un torneo de fútbol de la Autoridad Palestina podría ser un evento educativo y placentero si no llevara el nombre de la terrorista Dalal Mughrabi.
Mughrabi llevó a cabo un atentado sangriento en Israel en 1978, en la carretera de Haifa a Tel Aviv. Ella fue responsable directa por el asesinato de 37 judíos inocentes que viajaban en un autobús.
Como lo publicara la ONG "Ventana a la Prensa Palestina" hace dos semanas, la televisión palestina conmemoró el 50 aniversario del nacimiento de la terrorista. Todo con el respaldo del presidente Mahmud Abbás. Una orquesta de niños tocó en su honor durante el acto.
En los últimos dos años se realizan también campamentos de verano de la Autoridad (no Hamás; la Autoridad Palestina, los buenos, los moderados) a nombre de dicha "mártir". Un centro de computación a su nombre fue subvencionado por Abbás. Últimamente, una plazoleta en Ramallah lleva su nombre. Realmente enternecedor.
La Autoridad Nacional Palestina, con Abbás a la cabeza, es considerada, por algún motivo, copartícipe en el anhelado sueño de paz entre nosotros y ellos. Una paz como esa, si es verdadera y profunda, debe basarse en la confianza, la tolerancia y la buena voluntad de ambas partes.
En la Autoridad argumentan que no existe una instigación anti israelí. Eso es parcialmente real. Lo que aparece en la televisión, en los libros de estudio y en muchos carteles publicitarios son puras demonizaciones. La sedición es continua; desaparece una y aparece otra.
Se trata de una educación sistemática, un lavado de cerebro que envenena la mente de los niños, acorde a las palabras de la Secretaria de Estado norteamericana, Hilary Clinton, quien recientemente se refirió al tema.
Si dos escuelas de la Autoridad Palestina llevan el nombre de la asesina Mughrabi, ¿que habrá en el subconsciente de los alumnos que estudian allí? Que el asesinato de judíos es positivo; un motivo de orgullo.
Si en las transmisiones televisivas presentan a Palestina "desde Gaza y Ashkelón en el sur hasta Haifa y Akko en el norte", si enseñan a los niños que Tiberíades es una importante ciudad palestina y el Kineret la fuente de agua palestina. Si Yaffo es llamada "La puerta palestina hacia el mundo" ¿qué pueden entender sus hijos de todo esto? Que Israel no existe.
En programas televisivos de preguntas y respuestas y en los crucigramas en los periódicos, los niños deben responder o resolver interrogantes como "¿Cuál es el puerto más importante de Palestina: Akko, Yaffo, o Haifa?"; "Nombra tres países que limitan con Palestina": Egipto, Líbano y Jordania; "¿Cuál es la superficie del Estado Palestino?": 27 mil kilómetros cuadrados?, es decir, un territorio que incluye todo Israel. De la pregunta resulta claro que el Estado palestino ya existe y que Israel es sólo usurpación.
Ahora imaginen nuevamente que ustedes son padres palestinos que apoyan la paz con Israel. Su educación hacia la tolerancia y la aceptación de una existencia judía vecina es imposible de lograr. Es su palabra contra el de las instituciones, los medios, los crucigramas, os maestros, los libros de estudio y las canciones.
¿Qué harían? ¿Cómo conseguirían llevarlo a cabo?
Fuente: Haaretz - 5.2.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il