Sin prestar atención que sus palabras serían inmediatamente filtradas del fórum cerrado donde disertaba, la canciller norteamericana, Hillary Clinton, dio a conocer su profunda preocupación por la posible degeneración de la democracia israelí a raíz de los últimos proyectos de leyes que tratan de frenar y limitar el accionar de organismos de defensa de los derechos humanos, a la par que se profundiza la discriminación de mujeres arribando a niveles parecidos a los de Irán (Ynet; 4.12.11) .
En una clara manifestación de desprecio hacia la administración de la mayor potencia del mundo, para el gobierno de Israel fue necesaria sólo la aparición de Yuval Shtainitz, ministro de Finanzas, para rebatir la recriminación de la secretaria de Estado norteamericana, aduciendo sin ningún argumento serio que "Hillary Clinton exageró en sus apreciaciones. No hay ningún tipo de amenaza a la democracia israelí" (Ynet; 4.12.11).
El pasar de unas pocas horas fue suficiente para demostrar cuán lejos de la realidad está parado el ministro de Finanzas, o mejor dicho, falló seriamente en su misión de confundir al mundo.
Ofir Akunis es uno de los más sobresalientes miembros del Parlamento del partido Likud de Netanyhau y de los que lleva la vanguardia de proyectos legales destinados a arremeter contra toda institución, persona o periodista que tenga la osadía de poner en tela de juicio el accionar del gobierno actual. En la misma fecha, en una entrevista televisiva, cuando le insinuaron la semejanza de su actividad con el macartismo, no tuvo la menor duda en afirmar que "el senador norteamericano McCarthy tenía razón en todo lo que dijo. Un hecho: había espías soviéticos" (Haaretz, 4-12-2011).
Ahora es oficial, Israel se organiza para perseguir a quienes el gobierno y sus secuaces consideran los enemigos de adentro. Quien se le ocurra criticar cualquier accionar del ejecutivo, es muy probable que en poco tiempo pueda ser culpado de ser espía de Ahmadinejad cuyo único objetivo es tirar una bomba atómica sobre Israel para hacerlo desaparecer.
Gracias a estos parlamentarios, conocidos rabinos e instituciones que apoyan la colonización y conquista territorial de los judíos en toda Cisjordania, nadie se puede sorprender que paulatinamente se esté creando el ambiente propicio para comenzar con la caza de brujas. Los síntomas ya están a la vista.
Días atrás fue detenida una persona que sospechosamente se paseaba entre los distintos locales del conocido mercado Majané Yehuda de Jerusalén. Interrogado por la policía, este colono judío de Cisjordania, reconoció que es parte de un proyecto denominado "Trabajo judío" cuyo objetivo es hacer un mapa para señalar y advertir al público de no comprar en locales comerciales que emplean árabes. "La extrema derecha de Israel está preparando un mapa con la ubicación de negocios judíos que emplean árabes" (Haaretz; 21.11.11). En Israel, la única democracia de Oriente Medio, este sujeto fue liberado de forma inmediata sin culpa y cargo.
Según informaciones que fueron captadas por la policía y los servicios de seguridad, grupos violentos de la extrema derecha se proponen poner en práctica un atentado contra Zahava Gal-On, miembro del Parlamento israelí por el partido de izquierda Meretz. En este caso la solución no fue desbaratar el complot, sino ponerle guardia permanente a la diputada. Estos servicios de seguridad que son capaces de encontrar con facilidad una aguja en un pajar palestino, misteriosamente muestran su impotencia en descubrir delincuentes judíos cuya procedencia la sabe hasta la persona más desinformada (Leer: "Cuando los servicios de seguridad realmente no quieren"; Yosi Melman; http://daniel.kupervaser.com/blog/?p=583).
Día a día estamos progresando en esta escalada de un extremismo fascista cuyo resultado inmediato es la descomposición institucional de la sociedad israelí. En nombre del judaísmo y del sionismo se cometen atrocidades antidemocráticas frente a una incomprensible pasividad de la mayoría de la sociedad judía de Israel.
El liderazgo judío de la diáspora no es una excepción. Sus dirigentes se comportan como miembros embelesados de un club de fans de Israel que aplaude el show de gala del gobierno hebreo cuando en realidad, frente a sus ojos, están haciendo añicos el sueño de 2000 años.
Ojalá me equivoque.